Catorce

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-¡oye, responde me estas asustando! -hablo de nuevo seojun-

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-¡oye, responde me estas asustando! -hablo de nuevo seojun-

-¡me golpee mi nariz, mis mejillas y mi frente! -soltó de golpe mientras lloraba- ¡me duele la cara!

Tallaba sus ojos en un intento de limpiar las lágrimas, acción que hizo a su maquillaje comenzar a correrse.
Seojun la miraba, vio la frente de su contraria algo roja gracias al impacto, se sintió culpable.

-¡maldito suelo, porque lo hacen tan duro! -volvió a hablar ella casi en un gritito- ¡maldito seojun, es por tu culpa que me haya caído!

-¿pero porque es mi culpa? -Trato de defenderse- ¿porque venias corriendo hacia mi?

-¡quería preguntarte porque me haz estado evitando desde que llegué, yo solo quería pasar un buen rato contigo y los demás! -volvió a soltar, arrugado su nariz y ojitos aún más-

El más alto no pudo evitar sentir que soojin se veía como una niña pequeña en esos momentos, y lo que dijo había sido realmente adorable para sus oídos.
Pero entonces se volvió a sentir culpable al comprender la situación, si, había estado evitando a soojin, ¿porqué?, bueno no lo sabía, cuando la vio y pensó que era linda, se asustó al recordar que antes no la había visto de esa manera. Después cuando vio cómo reía junto a jeon, se sintió algo molesto pues el también quería ser participe de las risas, luego se molesto con el porque el había sido el que rechazo ser el protagonista en primer lugar.

¿Realmente confuso verdad?, bueno, así era últimamente la vida y cabeza de seojun.

-lo siento... -hablo el-

-¿acaso no me veía lo suficientemente linda para ti?, enserio creía que este look les gustaría a todos, incluso más a ti porque es más tu estilo, ¿no soy suficientemente bonita para este trabajo?

Ahora mismo la cajita de seguridad que horas atrás había abierto soojin, se cerraba por completo, dando paso a su inseguridad, dejándola hablar solo a ella.
No le gustaba sentirse así de frágil, y mucho menos ante un chico pues, con los hombres que se había mostrado así, dejándoles ver su miedo e inseguridad, habían sido su padre y suho, y bueno, no eran exactamente recuerdos muy buenos.

Seojun por su parte, se golpeaba mentalmente, y en un impulso se abalanzó sobre soojin, abrazándola para calmar su llanto, esta se sorprendió pero no lo alejo.

-lo siento, te veías realmente linda, incluso ahora, con chorreras y el maquillaje corrido, te ves y eres realmente linda, mucho más de lo que este trabajo merece, ya no llores soojin...disculpa a este estúpido piernas largas, no te ignorare más

Y seojun no pudo verlo, pero las mejillas de soojin se habían pintado de un rojo carmesí intenso, y su corazoncito latía con fuerza, golpeando su pecho.
Por miedo ante esto, cerró sus ojos y escondió su rostro en el pecho del contrario.

El resto de la tarde había pasado mejor que el inicio, pues seojun se había encargado de acercarse a soojin durante la sesión, acompañando a jeon en su trabajo de hacerla reír

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El resto de la tarde había pasado mejor que el inicio, pues seojun se había encargado de acercarse a soojin durante la sesión, acompañando a jeon en su trabajo de hacerla reír.
Además también le había regalado un juiguito por haberla echo caer por su culpa, así que ahora soojin se tomaba su jugo mientras esperaba a jeon, fuera de la empresa. El momento de su salida había llegado.

-lamento la demora, no encontraba mi zapato -hablo jeon llegando con ella, ella le sonrió y negó con la cabeza en señal de que no había problema- ¿nos vamos?

Soojin solo asintió, y comenzaron a caminar uno al lado del otro, hacia el estacionamiento donde estaba el auto del peliazulado.

Ahora mismo soojin y aquel carismático chico, disfrutaban de un helado, ella había escogido de vainilla y el de fresa, cosa que le resultó curiosa a ella pues, solo conocía a una persona que le gustaba el helado de ese sabor, su papá.
Platicaban de lo nervioso y ansioso que estaba jeon puesto que dentro de poco debutarian junto a seojun, y soojin lo animaba diciendo que cuando sean famosos, muchas chicas se volverán amantes del helado de fresa y té de limón gracias a él.

La estaban pasando bien, tenían cosas en común y cosas en las que eran muy o demasiendo opuestos, sus personalidades eran parecidas en el aspecto de que aveces podían ser demasiado tímidos, y otras demasiado extrovertidos, así que entendían el porqué pudieron volverse cernanos fácilmente.

Jeon acompañaba a soojin hasta su departamento, puesto que no había encontrado lugar cercano donde estacionarse, tuvo que ir hasta la esquina y dejarlo hay, caminaban en un silencio cómodo para ambos.
La más bajita pensaba en lo divertido y algo gracioso que fue por completo ese día para ella, y también en que hacía bastante tiempo que no se sentía tan cómoda con un chico que no fuese su mejor amigo o jefe. Tal vez había conseguido un nuevo amigo, eso la ponía feliz que inconscientemente le provocaba sonreír.
Pero, jeon realmente tenía otras ideas en la cabeza, el desde que vio a la pelinegra supo que se sentía, por eso mismo puesto de ser tímido le pidió su celular, fue el primero en mandar un mensaje y seguido era el que iniciaba las conversaciones. Sabía que soojin le gustaba, lo había comprobado esa tarde, al verla tan linda con los diferentes vestuarios, al escuchar su risa durante las fotos, y en aquella salida al descubrir más cosas sobre ella. Así que si, planeaba decirle aquello a su contraria.

-gracias por acompañarme, me divertí mucho -sonrió- espero que podamos salir nuevamente pronto

-yo también me la pase muy bien -contesto devolviéndole la sonrisa- soojin -hablo tímido, ella le contestó con un ademán con la cabeza indicando que podía hablar- hoy...no creí que me sentiría tan cómodo con alguien que no conociera desde hace mucho, digo se que apenas llevamos algunos días hablando pero

Callo por unos segundos, levantando su mirada y encontrando el rostro confundido de la chica, que lo miraba curiosa, agarro valor al mismo tiempo que aire, apretando sus puños volvió a hablar

-me gustas

Y la mente se soojin, dejo el planeta tierra, mientras que gogo gritaba de frustración puesto que la protagonista no había escogido a su precioso baek inho y ni al final le había entendido.
















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