treinta y nueve

180 24 0
                                    

– ¿ah? –soojin lo miro de arriba abajo, tratando de encontrar la broma– ¿hablas enserio?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– ¿ah? –soojin lo miro de arriba abajo, tratando de encontrar la broma– ¿hablas enserio?

– ¿hm, por qué no lo haría? –Dojun sonrió, extendiendo aún más la invitación– estamos felices ¡asi que hay que festejar!

Soojin tomó la tarjeta color blanco en sus manos, la analizó, tenía letra cursiva y un bonito olor a galletas de chocolate.
Leyó minuciosamente cada párrafo, no evitando rodar los ojos un par de veces, Dojun la veía atento, en el mostrador, Sojeon le daba un par de miradas a ambos mientras fingía anotar cosas en su libreta.

– yah, oppa –soojin volvió a mirar al más alto– ¿es una broma? ¡Esto no se trata de hacer una fiesta!

– ¿por qué no festejaria que mi querida Soojin-ah porfin se libró de esa horrible Universidad? –sonrió–

– no era horrible, de hecho, es de las mejores escuelas de Medicina en Corea

Ahora fue turno de Dojun de rodar los ojos.

– de las mejores o no, eres libre de ella ¿no es esa buena razón para festejar? –la miro, acercándose a ella, la tomó de los hombros– Soojin-ah, estoy orgulloso de ti –sonrió, mirándola alentadoramente– haz hecho un buen trabajo, lo sabes ¿verdad?

Soojin sintió que sus ojitos se aguaban apesar de su resistencia.
Dojun no sólo fue un adulto random que encontró en la calle y evitó que asaltaran, o que le ofreció trabajo y muestras gratis como agradecimiento, tampoco era solamente el hermano mayor de su mejor amigo.
Han Dojun era por mucho, la figura paterna más cercana que tenía.

– a partir de ahora –volvió a hablar– asegúrate de solo hacer todo lo que quieras, ¿entendido?

Soojin asintió, el hombre la atrajo hacia el, en un abrazo que Soojin correspondió gustosa.
Cuando se separaron, Dojun retomo el tema principal.
La fiesta de celebración para Soojin, por dejar la carrera de Medicina.

– Gogo, Sojeon y yo nos encargaremos de todo –avisó– tú solo tienes que traer a tus amigos ¿okey?

Soojin lo pensó.
¿Amigos?, ella no tenía muchos, ahora podía contarlos con los dedos de sus manos, le sobrarian dedos.

– ¿hm, pasa algo? –la voz de dojun la volvió a la realidad– te haz quedado callada

– añio –sonrió nerviosa– no pasa nada

– ¿segura? –asintió– bien, entonces pongámonos de acuerdo más tarde, es hora de abrir

El mayor sonrió en grande, alejándose de los muchachos para ir a preparar los ingredientes del día.
Soojin se quedó parada frente al mostrador, Sojeon mirándola.

¿kenchana?

– ¿ah? –lo miró nerviosa–

– sabes que puedes decirle a Dojun y Gogo si no quieres la fiesta ¿verdad?, ellos lo entenderán

Nos volvemos a encontrar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora