Capítulo 17: La chica indicada

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Narra Mamoru

Me encontraba profundamente dormido, hasta que dentro de mi inconsciencia pude percatarme de una voz femenina que había dado un pequeño grito.

De forma muy lenta, comencé a moverme hasta lograr abrir los ojos y darme cuenta de que me encontraba en medio de mi habitación y completamente a oscuras, lo único que podía distinguir era el brillo de la luna entrar a través de la terraza de mi alcoba y sus puertas abiertas de par en par.

En cuanto noté esa hermosa luz, un extraño impulso me hizo girar mi rostro hacia el lugar del que provenía, solo para observar una figura casi celestial.

Debido a que acababa de despertar, y a las penumbras de mi habitación, mi vista aún no funcionaba de forma correcta, por lo que de momento no me di cuenta de quién se trataba.

La silueta que percibía se encontraba de espalda hacia mí viendo fijamente a la luna, inmóvil. Fue un momento casi mágico, su cabello largo y ondulado brillaba en un tono tan dorado que daba la impresión de estar confeccionado con hilos de oro, y su vestido blanco moviéndose con la suave brisa, la hacía parecer un ángel.

—¿Luna? ¿Eres tú?— exclamé en voz baja esperando una respuesta, aunque eso no pasaría. La mujer que yo creía ver no podía ser ella pues se había marchado de este mundo hacía muchos años. —¿Quién eres?— cuestioné de nuevo, pero al parecer esa misteriosa mujer no me escuchaba, por lo que decidí acercarme a ella y descubrir su identidad yo mismo. En medio de la debilidad que mi cuerpo sentía, di pequeños pasos sujetándome de lo que se encontraba a mi alrededor hasta llegar al lugar indicado.

Recorrí el corto camino con la mirada dirigida al suelo intentando no tropezar con nada, pero justo cuando llegué detrás de la joven elevé mi rostro para verla y me di cuenta de que se trataba de Serenity.

—¿Quién será esa mujer?— habló ella sin que yo comprendiera a lo que se refería.

—¿De qué mujer hablas?— le dije colocando mi boca junto a su oído en un susurro que la hiciera notar mi presencia.

—¿Qué haces despierto? No estás bien, necesitas descansar— Serenity me habló con una preocupación que nadie, además de Kunzite y Luna, nunca antes me había demostrado.

—Yo creo que la pregunta es ¿Qué haces en mi habitación?— le cuestioné con un tono lleno de picardía aunque sin ninguna otra intención más que la de ponerle un poco de diversión al momento, cosa que resultó muy bien, pues ella de inmediato se sonrojó.

—Yo.. mmm... Bueno... Pues... Es que...— después de mucho titubear pudo terminar su oración —Estaba preocupada por ti. Le prometí a Kunzite que te cuidaría— esa respuesta me alegró aún más la noche.

—Me alegra saber que has mejorado tu relación con mi más grande amigo— era muy bueno saber que Kunzite y Serenity habían vencido esa barrera de hostilidad que yo mismo les había creado Después de todo lo sucedido, mi hombre de mayor confianza estaba comenzando a mantener una relación cordial con aquella hija que perdió y de la que estaba más que seguro que el destino había traído de regreso a casa.

—Creo que si, al menos un poco— afirmó Serenity dándome la certeza de que para ella también eran agradables la compañía y la protección que mi fiel amigo le ofrecía. —pero eso no importa. Será mejor que vuelvas a dormir, necesitas reponerte— me expresó ella y acomodó sus brazos alrededor de mi cintura para llevarme hasta mi lecho y poder continuar con mi descanso, pero como ya había pasado un poco de tiempo no supuse que fuera fácil conciliar el sueño nuevamente.

—Está bien, volveré a dormir, aunque tal vez me cueste un poco de trabajo conciliar el sueño— le expresé al mismo tiempo que me colocaba en una posición cómoda para mí pero por fortuna ella tenía un plan.

EL PRÍNCIPE DE MEDIO ORIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora