Capítulo 27: Reencuentro

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Pasaron tres días, sin novedad alguna. Pensé que tal vez al saber que estaba viva, mi padre vendría a buscarme de inmediato, cosa que no fue así. En verdad estaba confundida.

—Serenity, quiero que me disculpes, pero esta tarde no podré acompañarte al despacho, pero te compensaré por eso, lo prometo.

—No te preocupes, en realidad, no tenía ánimos de leer el día de hoy— le dije con melancolía en mi voz.

—¿Te sucede algo Serenity? Te noto un poco triste.

Era evidente que estaba triste, pero no podía decirle que era por que mi familia no había ido por mi, aunque en el fondo entendía los motivos de esa reacción. Mi padre no era ningún tonto, siempre estuvo obsesionado con la seguridad, así que para llegar hasta aquí debió haber sabido que tendría que enfrentarse a alguien más que poderoso en todos los aspectos, era lógico que antes de aparecer debía idear una estrategia más que perfecta para evitar errores y que alguien saliera mal librado .

—Pensaba dejarte sola un momento y después llevarte a la laguna por la noche, pero dado tu estado de ánimo creo que es mejor que me acompañes a donde voy a ir. No quiero que te quedes aquí sola y encerrada en tu habitación. Además, creo que ya es tiempo de que salgas de nuevo del palacio y puedas ver la ciudad de noche.

—No Mamoru, gracias pero no tengo ánimos de salir a ningún lado— le dije con pesadez en la voz.

—Anda, acepta acompañarme por favor. Esta es una reunión de negocios muy importante, y no quiero ir solo. Además, Kunzite no luce tan lindo en vestido como tú— esa manera tan agradable de ser me cultivaba cada vez más, pero aún así yo deseaba volver con mi familia.

—¿Reunión de negocios? Creo que Kunzite es mejor acompañante para eso que yo. Seguramente me aburriría muy rápido y no sabría ni qué decir— alegué.

—No necesito que digas nada, además, te llevaré del brazo, y a mi lado, tal y como tú estás acostumbrada, ¿Que dices? ¿Aceptas? — sin duda para Mamoru ese sería un esfuerzo sobrehumano, pues él era bastante rígido con sus costumbres.

—Está bien, pero no me preguntes nada porque no sabré ni de qué están hablando— acepté sin mucho entusiasmo, pero qué otra cosa podía hacer. Cuando a Mamoru se le metía algo en la cabeza no había poder humano que lo hiciera cambiar de opinión.

Tan pronto como terminé de hablar con Mamoru, me dirigí al enorme guardarropa que estaba en mi habitación para elegir algo acorde a la ocasión. Después de recorrer el sin fin de hermosos vestidos que tenía en la colección, elegí uno un poco sencillo pero hermoso. Era blanco en su totalidad, confeccionado de una delgada, fina y suave seda, con las mangas aglobadas, adornado en la parte superior con diseños dorados que parecían griegos. De inmediato me lo coloqué y para ser franca, me gustaba cómo lucía.

Pasó alrededor de una hora, hasta que Kunzite fue a buscarme para llevarme directo con Mamoru, quien al verme, quedó boquiabierto.

—Serenity, luces como una verdadera princesa. Hasta podría llamarte "Princesa Serenity" — me dijo con un poco de admiración en su voz. Debo reconocer que en este punto, ya no quedaba nada del Mamoru frío y autoritario que conocí en un principio.

—¡Gracias! Pero solo llámame Serenity, eso de "princesa" no va muy bien conmigo— expresé sin imaginar que obtendría una respuesta que me dejaría bastante sorprendida.

—Esta noche, después de la reunión con los empresarios que desean verme, te tengo preparada una sorpresa. Si todo sale bien, después de eso, todos deberán llamarte "Princesa"— Mamoru quedó en silencio mientras me guiñaba un ojo y me ofrecía su brazo para dirigirnos a su automóvil.

EL PRÍNCIPE DE MEDIO ORIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora