A sus 25 años de edad Samantha Smith creía tener su vida hecha perfecta.
Con un novio amoroso y atento, pero la vida aveces da un giro inesperado y lo peor de todo es que te das cuenta de que la persona en quién creías amar y confiar es el primero...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sam:
Uno, dos, tres, sigo repitiendo mientras mantengo la vista por todos lados, tengo un bebé en mis brazos que jamás he visto, el llanto se escucha cada vez más fuerte y no cesa por nada del mundo, una mujer me persigue, corro como puedo esquivando los árboles, las ramas crujen bajo mis pies al pisarlos.
Dos perros doberman vienen tras de mi junto a la susodicha que no logro reconocer, sus pasos se esuchan a medida que avanza hacia a mi. El llanto sigue aumentando y siento la necesidad de proteger a la criaturita que yace en mis brazos, trato de buscar una salida, pero las neblinas no me ayudan mucho, no hay luz, solo la oscuridad de la noche...
Uno
Dos
Tres
Sigue repitiéndose un eco en mi cabeza por lo cual tengo que luchar para escapar de las garras de quien me persigue. Me encuentro frente a un abismo sin escapatoria, la mujer está por alcanzarme y no tengo salida, sostengo con fuerzas contra mi pecho la manta y pido al cielo encontrar el camino para salir con vida. La mujer nos encuentra y sonríe al soltar a los caninos que vienen rabiosos hacia mí, no pienso más y me tiro al vacío donde la oscuridad me consume, abro los ojos y en el cielo destacan tres estrellas.
Uno
Dos
Tres...
Me incorporo en la cama con la respiración agitada "Solo fue un sueño Sam, solo fue un sueño" me repito y siento unos brazos sujetarme, giro la cabeza encontrándome con los ojos adormilados de Dylan.
—Cariño, ¿Estás bien? —pregunta fijandose en mí aspecto.
No digo nada solo lo abrazo tratando de que el mal sueño se vaya. Quedo unos segundos más abrazandolo cuando siento que estoy mejor y que nada es real.
—¿Es la misma pesadilla? —vuelve a preguntar acariciando mi mejilla.
—Sí —susurro —. Es la misma.
—Ven aquí —me pide y me abraza acariciando mi cabello —. Vuelve a dormir, estoy aquí mi amor.
Dejo que me acaricie, me cuesta volver a conciliar el sueño, mañana debo ir al hospital por los estudios que me han realizado en la semana, el desmayo que tuve en aquella fiesta y los mareos constantes de cada día me alertaron que algo no iba bien conmigo. Vuelvo a tratar de dormir, el local se inaugura mañana y debo estar lista para ello.
~○~○~○~○~
En la mañana me dispongo a ir al hospital por los resultados y consultar de paso, pido a Rous que me venga a buscar porque no quiero que Dylan falte a la empresa, hoy tiene entrevista con la nueva asistente que me reslpadara.
—Gracias Rous, por pasar por mí.
—No agradezcas Boo, para eso estamos las amigas —me sonríe.
