Capítulo 38.

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Dylan:

La noticia se ha propagado como agua en el mundo de la moda, las portadas de las revistas sólo son imágenes mías y de Sam anunciando que seremos padres, he pasado un buen cumpleaños, el mejor de todos diría.

En los últimos años habia sido ir de fiesta y enredarme con 4 a 5 mujeres en la noche, podría decir también que había ocasiones en donde despertaba en medio de una decenas de ellas, pero todo eso a cambiado con la llegada de Sam a mi vida y ahora más con la bendición de ser padre.

No creía en Dios, sin embargo, me ha demostrado muchas oportunidades nuevas y la creencia que había perdido ahora ha vuelto de a poco, estoy feliz, emocionado y por sobre todo entusiasmado por lo que haré hoy, retiro la caja fuerte que tengo en mi despacho del Pent-House observando el estuche aterciopelado de color negro, lo abro viendo la maravilla de joya que se encuentra dentro de ella, en cuanto la compré supe perfectamente que sería para Sam.

Mi vida ha llevado muchos altibajos en estos 4 años, un ser miserable que vivía en medio de la oscuridad pensando que se le ha arrebatado algo importante << En ese momento lo fue>>, la perdida de Luciana solo me había hecho un ser sin sentimientos, egoísta y amargado.

Vuelvo a guardar el estuche en la caja fuerte y salgo del Pent-House camino a la empresa, proponerle a Sam que nos casemos y que venga a vivir conmigo es lo que quiero hacer esta noche, ya no puedo tenerla a ella ni a mi bebé lejos de mi, porque son míos y de nadie más.

El trabajo de estos días se han vuelto agobiantes, duros y exhaustos. Al llegar a la empresa me dirijo a mi despacho subiendo en el ascensor, la puerta se abre encontrándome con Lea mi nueva secretaria, joven, de pelo negro y ojos de color avellana, es amable y cuando me ve una sonrisa adorna su rostro.

-Buenos días, Señor Marchetti -saluda entrando detrás de mi.

-Necesito que se comunique con la señorita Brown para ver el asunto del desfile -ordeno -, también necesito que me reserve una mesa para dos personas en el restaurante más prestigioso de Los Ángeles.

Observo como anota todo en su libreta y por un momento me hace recordar a Samantha.

-¿Algo más? -su mirada me recorre y se detiene en mis ojos.

-Solo eso, ya puede retirarse.

Ella asiente y se va dejándome trabajar con los asuntos de la empresa, el desfile que se realizaría dentro de 2 meses se ha reducido a la semana que viene, la organización MM (Mundo Moda), ha pedido hacer el desfile lo antes posibles ya que vienen las épocas navideñas.

Unos toques en la puerta detienen lo que estaba haciendo, digo que pasen, es Valentina quien entra con portafolios y carpetas en sus brazos luciendo un vestido suelto de color blanco.

-Que poco caballeroso de tu parte no ayudarme -bufa dejando las cosas que trajo sobre la mesa que está a un costado.

-Eres mitad hombre así que tú puedes con todo.

Ronda los ojos retirando la silla y quedando frente a mi. Sus ojos azules quedan junto a los míos y me observa durante unos segundos.

-¿Que tengo? -me toco la cara pensando en que podría tener un moco.

-Nada, solo puedo observar lo feliz que te encuentras -me sonríe -, estoy contenta porque he notado el cambio que tienes, después de tanto tiempo puedo estar tranquila y más al saber que seré tía.

-Gracias Valen, por fin encontré la calma para esta vida en tinieblas -observo la hora en mi reloj y noto que la hora no me esta favoreciendo con todas las cosas que tengo pensado hacer hoy -. Bueno, basta de sentimentalismo y trabajemos ya.

INGENUOS. (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora