A sus 25 años de edad Samantha Smith creía tener su vida hecha perfecta.
Con un novio amoroso y atento, pero la vida aveces da un giro inesperado y lo peor de todo es que te das cuenta de que la persona en quién creías amar y confiar es el primero...
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Dylan:
La tarde se me paso volando con el encuentro con kloeh Millet más los asuntos de la empresa. No niego que luego de tantos años me dio gusto volver a verla, el recuerdo de mi adolescencia me llega y una sonrisa se escapa de mis labios al recordarlo.
A kloeh la conozco de un internado en Milán, ella fue mi primera novia y con quien he experimentado en el ámbito sexual por primera vez. ¿Qué si la quería? Si la quise en algún momento por que fue como lo llaman muchos: "el primer amor".
Miro en el Rolex la hora y veo que son las 18:10 pm, cojo mi móvil y marco el número de Samantha para que me pueda reservar un restaurante, como mi asistente es su deber hacerlo; un tono, dos tonos y en el tercero contesta.
-Hola -saluda dudosa.
La voz se le escucha algo triste y quebrada, hace que se me estruja el corazón llegándome el remordimiento de todo lo que le había dicho.
-Señorita Smith, soy Dylan -hablo -, necesito que me haga una reserva en el restaurante TAO Downtown para dos personas.
La línea se mantiene en silencio y escucho como suelta un suspiro.
-¿Sabe usted verdad que no estoy en días de trabajo? -dice al otro lado del móvil con una voz enojada.
-Entonces, puede ir haciéndose la idea de su despido -hablo para que sepa que no estoy para sus juegos.
-Espero que se atragante con su cena -exclama antes de colgar la llamada.
Me quedo mirando el móvil unos segundos ¿acaso me deseo la muerte? tan mal la dejé, me dirijo al baño a tomarme una ducha. Luego de varios minutos salgo con una toalla enrollada a la cintura.
Busco en el armario donde esta colocado toda mi ropa, opto por llevar una playera manga larga de color negro, unos jeans azul oscuro y calzo mis mocasines color negro. Me veo en el espejo para peinarme el cabello como siempre, estoy conforme con el resultado la playera me queda ceñido al cuerpo marcando mis músculos.
Cojo mi billetera, las llaves del land Rover y me coloco mi rolex antes de salir del edificio. Me dirijo al ascensor presionando la planta baja y pido al valet-parking que me traigan la camioneta, ordeno a mis guardaespaldas que se alisten para que salgan conmigo.
Desbloqueo mi móvil entrando al chat de kloeh, leo la dirección de su departamento y aprovecho y le envió un mensaje avisándola que llegaré dentro de 15 minutos. El gps me indica girar a la derecha para retomar la avenida 1220 Park entre 95 St. y 96 St.
Miro por el espejo retrovisor y veo a mis guardaespaldas venir tras mío. Doy una vuelta en una curva y me adentro en una zona de clase alta pero nada extravagante. Estacionó la camioneta enfrente de su edificio y salgo encaminándome a la entrada, observo a una persona parada y me imagino que es el portero, le digo que avise a kloeh de que estoy aquí y me percato de que no me saca los ojos de encima.
