"Take your breath til nothing's left.
Stars of life upon your chest.
And I know you wherever you go."Por la mañana, Hong'er pudo conseguir vendas para cubrir su cabeza y comenzó a deambular por las calles. Dado que su padre lo había echado, no tenía a donde ir, no había más familiares con los que pudiera refugiarse, ni siquiera tenía amigos que lo apoyaran y no quería ir a pedir asilo a alguna casa rica para ser tratado como esclavo.
Así pues, lo único que podía hacer era caminar. Caminar y caminar hasta poder encontrar algún sitio donde poder dormir. La comida no le preocupaba, años de ser excluido de su propia familia le habían dado experiencia en tomar pocos bocados de comida, lo suficientemente pequeños como para no ser notados pero lo suficientemente grandes para saciar su hambre. Era un niño pequeño, así que de todas formas no necesitaba comer demasiado.
Tras lo sucedido la noche anterior con los otros niños, Hong'er prestó especial atención para no sobresalir entre la multitud. Para él era más seguro permanecer en el anonimato, en las sombras, al margen del mundo. Pensó en qué podría hacer para mantenerse a flote, ya no tenía una casa a donde volver así que debía mantenerse por su cuenta y conseguir un trabajo.
¿Pero quién querría tener en su trabajo a un niño feo como él?
La perspectiva final de Hong'er no era algo que le gustara especialmente: tendría que ser un mendigo.
— ¡Allí! ¡Es ese mocoso! ¡Atrápenlo!
Hong'er dio un respingo, volteando a todos lados en el momento que la gente a su alrededor se alejaba con idénticos rostros de espanto conforme seis soldados avanzaban con paso firme, guiados por un joven vestido de verde. Solo le tomó un vistazo darse cuenta de que esas personas iban tras él, y su presentimiento se confirmó cuando aquel joven sonrió ufano señalando su humilde persona.
— Tráiganlo. Debe sufrir un castigo por perturbar el desfile.
Aquellos hombres se dirigieron al niño, sin una sola expresión, listos para apresarlo. Hong'er sintió pánico, retrocediendo para poder escapar cuando una mano se cerró sobre su brazo con fuerza. El pequeño gritó soltando un golpe a aquella mano y el hombre lo soltó con algo de sorpresa mientras otro de los sujetos intentaba atrapar al niño, pero todo lo que recibió fue una patada propinada por su presa. El hombre estaba sorprendido de ver como esa pequeña cosa desnutrida y escuálida podía defenderse con tal fiereza, una fuerza que se supone, no debería tener. Hong'er había logrado abrirse paso entre aquellos hombres y corrió, pero fue sencillo para aquellos sujetos alcanzarlo nuevamente.
Entonces, la lucha realmente comenzó. El pequeño Hong'er gritó, pataleó, incluso mordió, pero al final fue apresado entre los seis hombres y metido en un costal. No sabía qué pasaba, pero de repente sintió golpes, escuchaba gritos, exclamaciones...
El dolor palpitó recorriendo su pequeño cuerpo que aún no se recuperaba de las heridas pasadas. El dolor en el pecho regresó, aumentando cada vez más, sentía dolor en nuevas partes del cuerpo, terminó haciéndose un ovillo dentro de aquel saco, sujetando su cabeza con fuerza, cerrando los ojos en un intento de mitigar el agonizante martirio que lo acometía, deseando que aquella tortura llegara a su fin en algún momento.
Ah... ¿realmente era su destino morir de forma dolorosa?
De repente, dejó de moverse. Hong'er se apretó aún más en su diminuto espacio temiendo que hubiera más golpes a él, como si no fuera suficiente con los que había tenido hasta ese momento... sin embargo, para su sorpresa sintió una mano palpando su cuello y de repente fue cargado en brazos por alguien. Su corazón palpitó con fuerza al escuchar de nuevo aquella voz que le había hablado tan gentilmente el día anterior, gritando de rabia.
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La estrella de la soledad
FanfictionMuchas cosas se dicen sobre el rey demonio Lluvia Sangrienta que busca la flor. Existen cientos de leyendas y rumores alrededor de su figura, siendo una cosa algo constante e innegable: el reino celestial le teme, el reino mortal lo adora y el reino...