"Still I write my songs about that dream of mine
Worth everything I may ever be"Había hablado de más.
Había dicho cosas que no debía, y se odiaba por eso, porque ahora esa cosa que iba detrás de Su Alteza sabía quién era él, sabía sobre el deseo de Su Alteza y, más importante, sabía más sobre el frágil estado del Príncipe Heredero y sabía cómo atacar directamente para hacerlo caer al precipicio.
No podía permitir que eso ocurriera. Pero... Él era un simple fuego fantasmal. ¿Qué podía hacer? Aún no era lo suficientemente poderoso, ni siquiera tenía un cuerpo, pero... pero... debía intentar. No había forma en que estuviera tranquilo mientras la persona que intentaba proteger estaba en riesgo y a merced de aquel monstruo cubierto con una máscara. No sabía exactamente qué planeaba hacer el Blanco Sin Rostro contra Su Alteza, por lo que todo lo que podía hacer era mantener alejado al Príncipe Heredero de la trampa creada por la calamidad. Con esa idea en mente, logró reunir una gran cantidad de fuegos fantasma, como él, pudo convencerlos de ayudarle para detener a Su Alteza cuando lo vio acercarse al sitio donde aquella calamidad lo estaba guiando.
Todos ellos crearon una gran pared que bloquearon el paso del Príncipe Heredero.
— No vayas allí— dijeron todos al unísono.
Por favor, Alteza. Escúchenos
— No hay cosas buenas por delante.
Solo le espera la desgracia
— ¡Date la vuelta, no sigas caminando!
Entonces, Su Alteza lo miró. Sus ojos vacíos estaban llenos de tristeza, desesperación, decepción... estaba a punto de perder la luz que lo había caracterizado. Verlo en un estado tan dolorosamente familiar le llenó de tristeza y al mismo tiempo aumentó su determinación para mantener a su persona especial lejos del peligro con toda la fuerza que tuviera.
— Muévete— dijo el príncipe con frialdad.
Pero él no se movió.
— ¿Por qué sigues bloqueando mi camino?
Porque quiero protegerlo
Las voces fantasmales seguían repitiendo las mismas palabras: "no vayas", pero el Príncipe Heredero no respondió, e incluso dispersó a los fantasmas, quienes flotaron rápidamente para situarse frente a él nuevamente para impedir su avance.
— ¡Sigan siguiéndome y dispersaré sus espíritus!
Estas palabras hicieron huir a todos, menos a él. No le importaba perder su espíritu si así podía mantenerlo a salvo; morir por él era su mayor honor y lo seguiría fielmente aún si ello lo ponía en riesgo.
— Incluso un pequeño fuego fantasma como tú es así...— murmuró Su Alteza—. Todos ustedes son así... ¡todos son así!
Finalmente tuvo que dejarlo ir. Tanta desesperación, tanto resentimiento... era doloroso verlo. El pequeño fantasma que una vez fue Hong'er volvió a sentirse inútil e impotente. Él sabía mejor que nadie lo que era sentirse de ese modo, y sabía que lo mejor era mantener la distancia por lo que tuvo que dejarlo seguir y todos los demás fuegos fatuos que había reunido se dispersaron perdiéndose en la noche.
Hong'er esperó un momento antes de seguirlo de nuevo. Su sorpresa fue mayúscula al darse cuenta de a dónde se dirigían: era un templo ruinoso del Príncipe Heredero. El fuego fantasma se inquietó y huyó para reunir nuevamente a esos fantasmas, algo grave iba a suceder, necesitaba su apoyo. Entonces se dio cuenta: el monstruo estaba atrayendo personas hacia ese templo donde Su Alteza se había refugiado. ¿Por qué? Claramente no sería para nada bueno, pero no sabía el objetivo detrás de esto.
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La estrella de la soledad
FanfictionMuchas cosas se dicen sobre el rey demonio Lluvia Sangrienta que busca la flor. Existen cientos de leyendas y rumores alrededor de su figura, siendo una cosa algo constante e innegable: el reino celestial le teme, el reino mortal lo adora y el reino...