- Hola, ¿hablo con Damiano? -pregunté a la mañana siguiente por el teléfono, sentada en una de las tumbonas del jardín.
- Sí, soy yo -respondió él. Tenía la voz un poco ronca-. ¿Quién pregunta?
- Soy Marlena, la hermana de Sandro. Ya sabes, el que se va a casar.
- Ah, sí. El novio de Gabriella. Enhorabuena.
- Gracias... eh... oye, no sé si mi hermano te ha hablado de mí...
- Claro que me ha hablado de ti. Quiere que toquemos contigo en la boda. Estaba esperando tu llamada, de hecho.
- Sí, lo sé.
- Tú tocabas la guitarra, ¿Verdad?
- Sí.
- Y también cantas.
- Sí.
- Entonces tenemos que ver qué canciones hacemos y cómo formamos los dúos. Dime, ¿te parece bien que quedemos todos juntos esta tarde?
- ¿Esta tarde? -dije insegura, recordando que ese día era domingo y mi madre se quedaba en casa.
- Sí. Tranquila, quedaremos en un sitio público si así te sientes segura.
- No es por eso, eh... Verás es que hoy no me viene bien. Tengo... planes... Sí, tengo planes.
- Eh, vale -dijo él.
¿Cómo iba a decirle a un desconocido por teléfono que mi madre me tenía encerrada en casa y que solo podía salir si ella no estaba? Preferí decirle directamente que tenía planes, aunque sonara a excusa.
- ¿Entonces mañana? -preguntó.
- Sí. Mañana sería perfecto.
- ¿Para comer? Hay un restaurante al lado de Termini que hace pizzas artesanas gigantes.
- Si hacen pizzas vegetarianas, me apunto.
- Claro que las hacen.
- Perfecto, me puedes mandar la dirección y así no me perderé.
Termini era una estación de tren, tranvía, autobús y metro, así que no creía que fuese muy difícil llegar.
- ¿Cómo te reconoceremos? -preguntó él después de enviarme la ubicación.
- Seré la chica del pelo azul -indiqué.
- Vale.
Quedamos en que nos veríamos con el resto de su grupo sobre las doce y media. Yo era una chica bastante asocial, así que me suponía un poco de estrés eso de quedar en un restaurante con gente que no había visto antes. O gente que no creía haber visto antes.
El resto de aquel día de domingo lo pasé en el jardín. Mi madre seguía encerrada en su cuarto, saliendo solo para ir al baño y llevarse comida. Era horrible tener que convivir con alguien ausente, pero era peor aún cuando dejaba de estar ausente y te trataba como una mierda.
Chiara estuvo intercambiando mensajes de texto conmigo, intentando que no me aburriese. Hablábamos de cosas variadas, como un profesor de su universidad que, según ella, estaba muy bueno, o las asignaturas que debía recuperar en septiembre. Decirme a mí el contenido de estas por teléfono la ayudaba a repasar.
Al día siguiente, salí una hora después que mi madre. Los vecinos me veían saltar la valla del jardín casi todos los días del verano desde hacía seis años y, sin embargo, nunca le habían dicho nada.
Para llegar a Termini desde Parioli solo tenía que coger el tren y luego el metro. Llegué en veinte minutos. Al parecer, todavía no habían llegado, así que me senté en una mesa a esperarlos.
ESTÁS LEYENDO
Girls Bite Back (Victoria de Angelis)
FanfictionEn esta historia se dispone un escenario ficticio en el que el nombre de Marlena, que aparece en repetidas canciones del grupo de música italiano Måneskin, pertenece a una muchacha a la que nuestros ídolos conocieron antes de hacerse famosos, la cua...