Cuando llegué a Piazza Navona eran algo así como las cuatro de la tarde. Hacía un calor horrible, pero tenía que ser a esa hora porque a las ocho tenía que estar de vuelta en casa de mi madre.
Victoria me esperaba sentada en la fuente de Neptuno, rodeada de turistas y gente que hacía numerosas fotos a la fuente. Lo único que yo pensé en ese momento era que le estaban echando fotos al monumento equivocado, el verdadero lo tenían justo delante, y era aquella chica de la melena rubia y los ojos azules, que esperaba pacientemente con los tobillos cruzados y apoyados sobre un monopatín.
Llevaba un top de estilo palabra de honor, aun que muy sencillo, de color verde, y un pantalón pirata negro e iba calzada con unas deportivas. Hasta la ropa más sencilla la hacía parecer una diosa. Aunque a lo mejor mis sentimientos por ella hacían que lo magnificase todo.
Cuando me vio, Victoria me sonrió, se puso de pie sobre el monopatín y vino hacia mí. Al llegar hasta mí, yo agarré sus brazos para frenarla y ella soltó una carcajada. No pude evitar sonreírle cuando se bajó al suelo y me saludó con un tierno beso.
- ¿Y esto? - pregunté señalando el monopatín.
- No me apetecía venir en autobús -se encogió de hombros.
- ¿Has venido patinando desde tu casa hasta Piazza Navona? -me extrañé.
- Sí.
- Estás loca.
- Sí, pero tú estás loca por esta loca -se burló.
"Y que lo digas", pensé.
- ¿Quieres ir a Tre Fontane? -pregunté, acercándome a ella y cogiendo su mano.
- ¿Que si quiero ir a la mejor heladería de toda Italia? ¡Eso no se pregunta! -exclamó dando un saltito de emoción y prácticamente tirando de mí hacia Tre Fontane.
Ese día, la heladería estaba más vacía que la primera vez que había ido, que casualmente también había sido la primera vez que vi a Victoria, tras chocarme con ella debido a la multitud de clientes hacía más o menos un mes.
Pudimos coger una mesa tras pedir los helados, el mío de menta y chocolate y el suyo de galleta y vainilla. Victoria se empeñó en invitarme, por mucho que le insistí para que no lo hiciera. Había un ambiente animado y sonaba la radio de fondo. El camarero había puesto una emisora en la que ponían exclusivamente música italiana, aunque eran canciones de todos los tiempos. Justo en ese momento estaba sonando una canción que era internacionalmente conocida, y probablemente la canción italiana más versionada de la historia.
- ¡Vooolaaaareee! ¡Ooooh! - cantó Victoria al llegar el estribillo.
- ¡Caaaantaaaareee! ¡Ooooooh! -continué yo alegremente.
- Nel blu dipinto di blu -cantamos las dos a la vez-. Felice di stare lassù.
Nota: no he traducido la canción porque no la habríais conocido si la hubiera puesto en castellano xD
Después de esto, ambas soltamos una carcajada y nos cogimos de la mano, mientras con la otra nos comíamos el helado.
- ¿Me dejas probar un poco? -preguntó.
Yo asentí y cogí un poco de helado con mi cuchara y se la alcancé. Ella directamente cogió el helado con la boca y sonrió.
- ¡Qué rico! -exclamó.
Yo le sonreí. A veces aparentaba una seriedad y una madurez que me encantaban, pero otras, como ese día, era tan adorable que me quitaba el sentido.
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Girls Bite Back (Victoria de Angelis)
FanfictionEn esta historia se dispone un escenario ficticio en el que el nombre de Marlena, que aparece en repetidas canciones del grupo de música italiano Måneskin, pertenece a una muchacha a la que nuestros ídolos conocieron antes de hacerse famosos, la cua...