XXVI

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POV Victoria

Si hubiera sabido que todo se iba a desmoronar aquel día, habría hecho lo posible para que no tocásemos en la boda. Si no hubiéramos aceptado, ella no se habría tenido que ir antes de tiempo ni me habría roto el corazón. Pero era cierto que si no hubiéramos aceptado no la habríamos conocido, no habría encontrado a la que siempre será el amor de mi vida.

Tampoco habríamos conseguido triunfar con nuestra música sin las canciones que hablaban de ella.

Aquel día, nosotros no fuimos a la ceremonia en sí, sino que nos quedamos en el sitio donde se haría el convite, preparando los equipos de música antes de que llegasen los demás invitados. Me sentaba muy mal eso de no ver la boda con Marlena, y más sabiendo lo poco que le gustaban a ella ese tipo de cosas, pero pensaba que valdría la pena cuando subiese a tocar con nosotros. Además, al menos Chiara estaría en la iglesia con ella.

El convite era al aire libre, en un campo a las afueras de la ciudad. Tenía un templete blanco, que tenía una mesa en la que se sentarían los novios, el padre de Sandro y de Marlena y los padres de Gabriella. El resto de mesas para que se sentasen los invitados estaban alrededor de dicho templete. Marlena se aseguró de que su hermano organizase las mesas de forma que Chiara y nosotros nos sentásemos en la misma que ella.

Ahí era donde comeríamos, pero también había un espacio entre las mesas y el escenario para que los que celebraban bailasen y viesen el espectáculo que les íbamos a dar.

Conecté mi bajo al gran amplificador que tenía detrás y comprobé que sonaba bien, mientras que Thomas practicaba los riffs de guitarra de alguna de las canciones que íbamos a tocar.

- ¿Crees que Marlena se echará atrás? -preguntó Damiano, subiendo al escenario para ajustar el pie del micrófono a su altura.

- ¿Por qué iba a hacerlo? Ha progresado mucho -comenté yo.

- Sí, pero aunque lo haya hecho aún no ha actuado en público. Nos hemos esforzado porque nos salga bien pero no por sacarla de su burbuja -dijo él.

- Ten un poco de fe en ella, Damiano -terció Ethan-. Seguro que lo hará bien.

- El problema no es si lo hace bien o no -replicó Damiano-. El problema es si lo disfruta o no. Tenemos que hacer que se sienta cómoda en el escenario.

- Te preocupas demasiado por ella -opiné.

Yo sabía que Marlena estaría cómoda mientras tocase con nosotros, eso era lo que nos había demostrado en los últimos dos meses. Ella lo haría perfectamente y se lo pasaría genial con nosotros, estaba segura de ello.

- Claro que me preocupo. Es mi amiga, la mejor amiga de mi novia y la novia de mi mejor amiga, además de nuestra musa -explicó él.

- Eso ha quedado un poco enrevesado -comentó Thomas.

- Pero es cierto -añadió Ethan.

- A lo que voy es -dijo Damiano bajando del escenario-. Marlena aún no ha superado sus miedos y su vergüenza del todo, y no quiero que eso impida que disfrute haciendo lo que más le gusta.

- Si eso pasa, nos tendrá a nosotros. Nos ocuparemos de calmarla y de ayudarla a seguir -afirmó Thomas.

- Exacto -dije yo-. Marlena sabe que no está sola.

Como sabíamos que Marlena iría de azul -la conocíamos lo suficiente como para saber que en cualquier ocasión especial ella iría de azul o de rojo- decidimos que nosotros también nos vestiríamos de esos colores para ir todos a juego en el escenario. Mientras que Damiano y yo nos vestimos ambos de rojo (americanas a juego incluidas), Thomas y Ethan se pusieron camisas de color azul y pantalones rojos.

Girls Bite Back (Victoria de Angelis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora