Bien dicen que si conoces a la persona correcta en el momento equivocado la vida vuelve a juntarlos de alguna manera. Y así fue mi caso.
El hombre de mis sueños, el hombre perfecto, lo conocí cuando yo apenas tenía 17 años, y él ya era un hombre...
"Eres casi el hombre perfecto el que yo imaginé en mi sueños"
Yo, Samanta Madrigal, a mis 27 años he regresado a mi pueblo natal, después de huir hace 10 años. Pero ya no soy la misma de antes, esa jovencita tímida e inocente que se dejó intimidar, que dejó que la hicieran sentirse culpable por ese sentimiento puro y bonito que nació en mi sin que lo pudiera evitar, cuando ni siquiera tenía planes de actuar en ellos.
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Ahora soy una mujer segura de mi misma, una profesional que regresa a tomar el puesto de mi padre después que él se jubilara, como la doctora encargada del pequeño hospital de mi pueblo hermoso.
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Él, Don Armando Bustamante, mi amor imposible desde hace años, detallista, caballeroso, guapo, todo un hombre... Es dueño de la hacienda más grande de la región, y cría los caballos más hermosos que jamás he visto.
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Perfecto en todo el sentido de la palabra, pero... es mucho mayor que yo, y jamás me ha visto como a una mujer, pues me vio crecer jugando al lado de su hija, mi mejor amiga.
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Mi regreso al pueblo toma a todos por sorpresa, y muchas cosas han cambiado desde mi partida hace años.
¿Será que esa historia de amor que tanto soñé en mi adolescencia ahora si sea posible?
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Eres casi el hombre perfecto, el que busqué por tanto tiempo, el que me hace vibrar la piel y el esqueleto
Eres casi el hombre perfecto el que yo imaginé en mi sueños de los que rara vez se pueden ver debiste nacer en año bisiesto.
