Veintinueve

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Habían pasado cuatro días. Noventa y seis horas donde Minho y Jisung no daban señales de vida aparte que uno que otro mensaje en el celular de Seo Changbin por parte del menor.

Se habían ausentado a muchas horas de clase, sin embargo, Lee Felix se había propuesto a anotar todo lo posible para luego pasarle foto de aquellos apuntes al celular de Han Jisung, aunque sus mensajes nunca tuvieran una repuesta.

Tal vez no lo quisiera ver ni en pintura, pero intentaría hacer un esfuerzo a pesar de sentirse terrible. Hyunjin y Seungmin estaban en su propio universo y él no quería interferir en la felicidad de sus amigos, no cuando ya había arruinado la de Jisung.

Se sentía tremendamente culpable al saber que había ocasionado muchos problemas entre ellos y ahora, débilmente intentaba reponer sus errores mediante tontos detalles en los que ponía todo su esfuerzo.

Y mientras daba algunos silenciosos pasillos, ganándose las miradas de muchas en personas en el proceso por el gran escándalo, fue donde lo vio.

Aquel rubio chico caminando con pesar entre los pasillos repletos de gente, con una mochila blanca en la espalda, con un hoodie claramente grande que Hyunjin se había ofrecido a prestarle, cuál tenía una capucha que podía taparle parte del rostro. Aquel rostro que estaba adornado por tonos pálidos y rojizos por todas las horas que se había pasado llorando cuando su compañero de habitación no estaba.

Le importó poco las miradas de la personas que allí se encontraban, se acercó lo suficiente para poder tomarle el brazo, sorprendiéndolo por completo, y de esa forma, lo jaló hasta donde aquella puerta de mantenimiento se encontraba y poder así entrar ambos.

Necesitó una señal para poder actuar, para poder decir algo. Disculparse, gritar o arrepentirse, pero solo bastó el simple gesto de parte de Jisung cuando abrió sus brazos frente a él, que no reprimió más sus impulsos de ir a abrazarlo de golpe.

Jisung envolvió a Lee Felix en sus brazos, suspirando al escuchar su ahogado llanto contra su cuerpo que le partió el corazón al ser el culpable de este.

La única intención de Lee Felix fue ayudarlo y terminó destrozándo su pequeño y frágil corazón; no se merecía al rubio en absoluto.

—Está bien, Lixie... Minho me lo contó todo. —susurró Han, colocando su cabeza en el hombro del contrario y acariciando su cabellera para mantenerlo más tranquilo. —Fue mi error, lo lamento tanto. Estoy bien, estamos bien.

I love you, J-Jisung. —la voz rota diciendo esas palabras le apretaron el corazón, buscando la manera de hacer que su cuerpo dejara de temblar, reforzando su agarre. —I-I really was so...

Fuiste la mejor persona de todas, como siempre lo has sido. —interrumpió, intentando calmarlo con sus palabras al tomar su rostro entre sus manos. —Y yo fui el idiota que malinterpreto todo, que se dejó llevar por todo lo que decía la gente. Tú, Lee Felix, no hiciste nada malo. Jamás lo has hecho. ¿Me oíste? —la firmeza de sus palabras, la dieron la estabilidad necesaria para levantar la mirada. —Y yo también te amo, Felix. Eres un amigo increíble. Perdóname por haber sido tan ingenuo y haberte dicho cosas tan horribles. No te conozco desde hace mucho tiempo, pero dios, en serio te quiero demasiado.

Aquellas palabras ocasionaron que los labios del australiano temblaran, debido a que intentaba con todas sus fuerzas dejar de llorar para no parecer tan indefenso y sensible, pero tantas emociones juntas en tan poco tiempo era demasiado para él.

Han no obtuvo una respuesta verbal a su arrepentimiento, pero el solo ver al pecoso aferrarse más a aquel abrazo y asentir con frenesí, fue más que suficiente como para entender.

𝑹𝒆𝒎𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 𝑴𝒆 || 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒎𝒊𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora