Treinta y ocho

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Cuando Christopher llegó lo más rápido que pudo, suspiró al solo encontrarse a Yang Jeongin acostado en su propia cama, abrigado y viendo a la pared contraria.

—Innie, lo siento tanto. —habló adentrándose a la habitación, cerrando la puerta con rapidez. —Me retrasé mucho, lo sé, perdóname. El tiempo se me pasó m-muy rápido y vine lo más rápido que pude.

—Está bien, sé que Felix está mal. —Jeongin volteó cuando sintió la cama hundirse atrás suyo. —No lo digo porque estoy molesto o algo así, pero no tengo ganas de ver alguna película ahora.

—Innie...

—De verdad, solo no tengo ganas, no es porque esté molesto contigo. —Chan hizo una pequeña mueca cuando el menor sonrió de aquella linda manera, pero sus ojos seguían igual de desanimados, ni siquiera mirando a los suyos. —Yo sé que... que él está en una situación delicada y tú lo estás apoyando. Lo entiendo y está bien.

—Pero tú no estás bien. —señaló.

—Son otras de mis estupideces, Channie, no tienes porqué preocuparte.

—Me preocupa cuando eso te pone triste, porque conozco esa mirada. —Yang automáticamente intentó mirar hacia otro punto. —Vamos, bebé, dime. Sabes que para mí no son estupideces.

—Pero si lo son Chris...

—Para mí no. —habló con firmeza, buscando la mirada del menor. —Es por Felix. ¿Cierto?

Y el pequeño suspiro que llego de parte del de ojos rasgados le confirmó lo que ya intuía.

—N-no pienses que estoy celoso o algo así porque sé más que bien que Felix está muy mal y tú vas a ayudarlo con la mejor i-intención del mundo, pero... —Chan solo acarició su espalda, sintiendo una punzada de dolor al ver lo mucho que le estaba costando explicarse. —Pero eso no quita que él siga siendo muy lindo, cariñoso y adorable. Solo... solo me da miedo que tú te des cuenta que Felix comparado conmigo es mucho mejor y al final quieras...

—Detente allí. —Yang se calló apretando los labios por la dominante voz del mayor, quién tuvo que autocalmarse para ser lo más suave posible. Su pequeño siempre había sido así de inseguro y claro, él siempre debía estar allí para recordarle las cosas. —No necesitas compararte.

—Pero-

—Pero nada, bebé. ¿Felix es un chico lindo con el que cualquiera quisiera salir? Sí. ¿Felix es muy adorable por su personalidad? Lo es. ¿Felix es algo subrealista para lo que estamos acostumbrados? Puede ser. —el menor puso todo su esfuerzo para que las lágrimas no salieran de sus ojos, luchando con no romper el contacto visual. —Sin embargo, ¿Felix es aquel niño que me robó el corazón desde la primera vez que lo vi? No, no lo es. ¿Felix es quién me ha estado soportando con los peores desastres como novio durante los últimos cuatro años? No, tampoco lo es. ¿Acaso Felix me ha enseñado lo jodido que estoy por estar completamente enamorado? No, por supuesto que no.

Jeongin, quién había fallado en la tarea de no llorar por sentirse presa del miedo y la inseguridad, solo limpió su rostro con la manga de su suéter.

—¿Acaso Felix tiene cosquillas cada vez que le tocan aquí? —Christopher tocó levemente el abdomen de Jeongin a la par que levantaba una ceja, llegando a escuchar aquella preciosa y baja risita llegar a sus oídos.  —Pues no, no lo creo. Te lo he dicho muchas veces, Innie, y no me importa seguir repitiéndolo porque no voy a cambiar de opinión. El único para mí eres tú, quién me tiene en la palma de su mano con una simple sonrisa eres tú, con el que quiero pasar el resto de mi vida eres únicamente tú. Tú, Yang Jeongin y absolutamente nadie más. Felix es un chico lindo que me agrada mucho, pero en ningún momento eso lo hace menos o más que tú. Tú, como él, como Seungmin, Minho, Jisung y todos lo demás tienen fortalezas diferentes y debilidades diferentes. Nadie es mejor que nadie aquí. Y tú, Yang Jeongin, eres la única persona que me ha hecho amar por completo todos tus errores y tus cualidades a la misma vez. Todo tú, para mí siempre has sido tú.

𝑹𝒆𝒎𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 𝑴𝒆 || 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒎𝒊𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora