Cincuenta

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Seungmin hizo una expresión desconcertado cuando lo que pudo apreciar al abrir la puerta de su habitación, fue la brillante y linda imagen de Lee Felix, sonriendo más que feliz y alegre, irrandiándole aquella vibras positivas que siempre cargaba consigo.

—¿Lixie?

—Hola. —saludó, no siendo capaz de disimular su emoción mediante su sonrisa. —Lo logré.

—¿Lograr? —cuestionó, sin poder entender. —¿Lograste qué?

—Conseguir tu pelota, mira. —Seungmin comprendió su emoción cuando el mayor sacó sus manos de su espalda para poder enseñarle aquella pequeña y blanca pelota de béisbol. —Ayer me dijiste que estabas algo triste porque la habías perdido en el entrenamiento, así que hoy a la hora que terminó fui a buscarla para ti y la encontré. Problema resuelto.

Felix observó como el menor parpadeó varias veces, analizando la situación así como el objeto que tenía en manos.

—Lixie.

—¿Si?

—Esta no es mía. —Kim llevó su mirada a la del rubio, quién se notaba claramente confundido.

—¿Qué? Pero si dice Hyun y todo con marcador. —el mayor se acercó para señalar su punto y verificarlo. —Hyun, de Hyunjin

—Es Hyun, de Hyunjae. —explicó, sacudiendo su cabeza con incredulidad. —Aparte, ¿por qué tendría el nombre de Hyunjin en mi pelota?

—¿Por qué es tu novio...? —preguntó, dudando de sí mismo. —¡Bien, no lo sé! Cómo cumplieron seis meses juntos hace poco yo creí que... n-no lo sé, fue un gesto tuyo o algo así.

—No lo es, fuimos a un campamento. ¿Recuerdas? —Seungmin devolvió aquella pelota a manos del pecoso, empinándose un poco para ver más allá, atrás de este, el extenso campo verde frente a las habitaciones por el balcón frente a estas. —Hyunjae siempre es el último de nosotros en irse, apuesto a que si bajas al campo él estará ordenando las cosas aún. Ve, devuélvesela, capaz la está buscando. De todas formas, gracias, Felix.

—Dios... prácticamente le acabo de robar su pelota... m-me da vergüenza. —murmuró el rubio más para sí mismo que para el menor. —Bien... bien sí, ya voy. Saluda a Hyunjin de mi parte cuando vuelva de lo de arte.

—Claro.

Lee Felix se encaminó por las escaleras rápidamente, bajando estas mientras pensaba qué rayos debía decir al encontrarse con aquel chico que había hablado en algunas ocasiones pero aún asi hacía de sus nervios un caos.

Con algo de niebla siendo visible por el terrible frío que últimamente hacía, logró distinguir a la alta figura de fondo, y con el corazón retumbando en sus oídos, se atrevió a hablar cuando se acercó a este por sus espaldas.

—Hyung... —llamó, atrayendo la mirada del mencionado que dejó de hacer lo que hacía.

—Oh, Felix. —este no pudo evitar sonreír al reconocer al tierno chicho. —Dime.

—Verás yo... —con cierta vergüenza, el menor enseñó lentamente aquella pelota, con la cabeza ciertamente baja. —Por ayudar a Minnie a buscar su pelota, yo... bueno, y-yo sin q-querer...

—¡Encontraste la mía! —Lix subió la cabeza ante el alegre comentario del mayor cuando este agarró el objeto de su mano. —Dios mío, la he estado buscando desde hace tanto tiempo, pensé que nunca la encontraría.

—¿En serio? —preguntó, algo perdido y por alguna razón, con las mejillas y la nariz con un tono rosaceo. —Pero s-si yo...

—Oh dios mío, no importa, finalmente la tengo otra vez. —el mayor solo colocó una mano sobre el hombro izquierdo del menor. —Gracias, Felix, en serio te mereces el cielo.

𝑹𝒆𝒎𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 𝑴𝒆 || 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒎𝒊𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora