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Drian se sintió estúpido por dudar en quedarse de pie o sentarse en el sofá, al lado de Kelleia

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Drian se sintió estúpido por dudar en quedarse de pie o sentarse en el sofá, al lado de Kelleia. Si quería descubrir ese universo que era ella en sí misma, necesitaba sacarse sus prejuicios. Tenía que empezar a comportarse como un hombre y dejar atrás esos pensamientos negativos que no ayudaban en nada.

Decidido a sentarse al lado de la muchacha agarró una taza de chocolate caliente con una mano y con la otra tomó una galleta de fruta.

Si Kelleia se sorprendió de su gesto, no lo demostró. En cambio, le dio una sonrisa de superación y se movió para darle espacio. La chica tenía unas piernas muy largas.

—Tienes que probar una de mis galletas —le dijo con una sonrisa y luego le dio el plato con el dulce—. No me desperté temprano para que ni siquiera lo pruebes.

—Lo siento mi lord, no quería desprestigiar su arduo trabajo.

Ambos rieron ante el chiste de la chica, y luego se unieron a la conversación de su hermana y Ruy.

Cuando el tema de conversación se volvió una lucha amistosa entre su amigo y Alisha, decidió volver a tocar el tema del plan con Kelleia.

—¿Qué vamos a hacer? Si Adanor no es un buen destino —se acercó más a la chica y bajó un poco la voz para que Alisha no escuchara—, no sé cuál podría ser. Todo el sur del continente pertenece a La Alianza.

—Estuve pensando en eso anoche antes de dormirme —reveló Kelleia antes de darle un mordisco a su galleta—. Creo que lo mejor será cruzar el océano y para eso tenemos que ir al este. Tenemos que salir de este continente e ir hasta Afradur; allí mi hermano no tendrá ningún poder.

—Si quieres ir por el océano, tendríamos que ir hasta Lima y no creo que sea conveniente.

No quería pensar en la provincia vecina de su Rao natal. Al paso que iba, Lima se separaría del reino de Eldreck en cualquier momento. 

—Pensé en un plan, sin embargo, no creo que te guste el lugar que está involucrado.

—Mi hermana ya no tendrá una vida normal, aceptaré cualquier lugar que elijas si eso significa que estar lejos de Tomhasei.

—¿Me estás tomando el pelo? —preguntó sin poder creer lo que estaba escuchando

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—¿Me estás tomando el pelo? —preguntó sin poder creer lo que estaba escuchando.

—No —musitó Kelleia desde el otro lado del árbol—, y te dije que no te iba a gustar.

Los dos decidieron hablar afuera de la casa mientras aprovechaban que Alisha estaba distraída con Marlina. Se habían escabullido mientras un muy sorprendido Ruy los miraba con el ceño fruncido.

El plan de Kelleia no era malo, ¡por las Reinas! Era bueno. Irían hasta Graia, un país del lado sur de Afradur. Pero para ello tenían que pasar por Rolvin, otro reino vecino y perteneciente a la Alianza; se quedarían allí algunos días en una cabaña alejada de la capital de ese reino hasta que pudieran comprar los pasajes de un transatlántico. El único problema en el plan de Kelleia recaía en buscar la llave que abría la cabaña en Rolvin.

Solo pensar en entrar a ese lugar le daba repelús. Jamás podrían entrar sin ser vistos y sí de alguna manera lo lograban, serían entregados a Tomhasei. Y adiós a la idea de proteger a su hermana, todos serían castigados y seguramente sentenciados a muerte.

—Tiene que haber otra llave —insistió una vez más—, es suicida ir allí.

—No la hay, tenemos que ir al palacio Omnia Nox. No solo está la llave de la cabaña, también tengo cosas que nos servirán.

—Estás chiflada, quizá no tenga guardias reales, pero el palacio está igual de protegido que el Castillo de la Colina.

—He llegado a la conclusión de que eres un mergio miedoso —se quejó Kelleia—. Conozco el palacio como la palma de mi mano, y sé la manera de entrar. Mira, no te preocupes; lo haré yo sola y ustedes se quedarán esperando hasta que regrese, y luego nos iremos.

Drian negó con la cabeza sabiendo que terminaría yendo con ella al palacio. Apenas llevaba un día con ellos y ya estaba siguiendo los pasos de una desquiciada. Esperaba que ninguno acabara en las celdas que estaban bajo el suelo del palacio Omnia Nox.

EL DESIGNIO DE LAS REINAS ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora