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La Alianza se había formado hace casi cien años cuando la mayoría del territorio sur del continente estaba en disputa: una guerra civil opacó la pacífica nación de Sumus mientras que a su vez, una guerra entre Brennia, Rolvin y Adanor derramó tant...

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La Alianza se había formado hace casi cien años cuando la mayoría del territorio sur del continente estaba en disputa: una guerra civil opacó la pacífica nación de Sumus mientras que a su vez, una guerra entre Brennia, Rolvin y Adanor derramó tanta sangre que nunca se pudo saber la cifra exacta de muertos. El único reino que se mantuvo sin conflictos fue Eldreck y por eso fue apodado bajo el nombre de "bendecidos por las Reinas".

Hubo dos tratados fallidos antes de poder lograr la unificación de los cinco reinos. El último tratado se dio en Reignock, la única capital sin destrozos. Allí se prometieron la paz y luego se conformó La Alianza, una Comunidad Política que tenía el fin de preservar la paz alcanzada y a la vez lograr un avance tecnológico para todos los reinos. Conformada en tres pilares: El Parlamento, La Comisión y el Consejo, eran lideradas por el Alto Representante. Un puesto que cada cinco años era escogido por votación.

Después de varios días en Sumus, Tomhasei por fin se reuniría con el Consejo y el Alto Representante.

El sol estaba en lo alto y el cielo estaba despejado de nubes cuando el rey de Eldreck y toda su comitiva entraron al palacio de la verdad, el edificio sede de la Alianza.

El palacio tenía sus paredes pintadas de blanco y estaba lleno de cuadros del doble de su altura. Tenía cinco pisos de alto y ocupaba una manzana entera. El arco de la entrada, hecho de oro puro y marfil, estaba custodiado por dos mujeres encapuchadas con seda rosa. Ninguna de ellas le hizo una referencia cuando pasó a su lado.

A Tomhasei le molestó no ser respetado como se lo merecía, pero decidió esconder su molestia. Entendía que la Alianza tenía sus propias reglas y leyes, y por lo tanto debía adaptarse a su burocracia.

En el centro de la sala, dibujado en el suelo negro, había un escudo gigante de la Alianza: una especie de capullo con cuatro patas y una línea que la atravesaba a la mitad. Debajo del capullo estaba escrito en sumo el lema oficial de la comunidad, que traducido significaba "La unidad del Sur será nuestro Norte". El rey de Eldreck no estaba de acuerdo con ese lema. Para él, no debieron haber mencionado al norte en lo absoluto. No cuando quedó al margen y dejó a todos esos reinos en la desdicha.

Tomhasei llevaba puesto un traje negro decorado con tonos marrones, y su cabello sin corona, estaba peinada en una sola trenza que caía sobre su hombro derecho. Estaba acompañado de sus asesores y de algunos guardias reales.

Sus consejeros se adelantaron para anunciar que ya estaba allí. Cuando regresaron, dijeron que debía esperar mientras el recinto se llenaba.

—Entiendo.

No estaba acostumbrado a esperar y no le gustaba esa sensación. Odiaba no tener el control de la situación ni poder mandar a su antojo.

Tuvieron que esperar varios minutos hasta que una mujercilla le anunció que podía pasar, aunque solo podía llevar a uno de sus asesores.

Escogió a Vanegla porque se sentía más cómodo con ella y porque estaba vestida con los colores de la comunidad. Cuando pasó al lado de Loren, la chica lo miró durante un momento antes de correr la mirada. Tomhasei sonrió y se contentó con ese gesto.

El recinto era amplio, pero no era demasiado grande. Las paredes estaban pintadas de blanco y las columnas decoradas en oro pulido. En el centro de la habitación había un asiento acabado en madera y marfil que se asemejaba mucho a un trono real. A los costados, muy cerca del trono, dos tribunas estaban pegadas y elevadas sobre el suelo que daba el efecto que colgaban sin apoyo.

Los consejeros y el Alto Representante se encontraban de pie cuando él y Vanegla ingresaron al recinto.

—Su Majestad —dijo el mandatario de la Alianza antes de sentarse en el trono de madera.

Los consejeros que estaban en el palco se quedaron de pie. Eran en total diez; cinco de cada lado y llevaban puesto una túnica del color perla con mangas bordadas en oro rosa.

—Alto Representante y honorables consejeros —saludó Tomhasei con respeto.

Como no había ningún asiento para él debía quedarse parado.

El Alto Representante se llamaba Nagim Forter. Tenía cincuenta años, el cabello castaño, ojos pequeños y de color gris, y la barba salpicada de puntos blancos. Llevaba puesto una túnica dorada y negra que llegaba hasta el suelo.

—Me presento ante ustedes porque mi reino necesita ayuda —inició Tomhasei cuando nadie más lo hizo—. Las medidas que he tomado necesitan tiempo para que den su fruto y tengan efecto.

—¿Considera que sus medidas son necesarias? —preguntó con interés el mandatario.

—Claro que sí —afirmó con seguridad—. Necesitan ser llevadas a cabo por el bien de Eldreck.

—Entonces escuchamos su petición, Su Majestad —dijo una mujer encapuchada desde el palco derecho.


¡Hola! Bueno este capítulo tiene un poco más de historia del mundo y algunas cositas más ❤️❤️.

EL DESIGNIO DE LAS REINAS ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora