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Drian no podía quitarse la sensación de estar cometiendo un error, nada bueno podía salir si aceptaba la ayuda de Kelleia Nox. Pero la chica tenía razón en algo, Ruy y él no bastaban para proteger a su hermana.

—¿Eres consciente del peligro al te pondrás? Cuando él se entere de la verdad, irá por tu cabeza.

—Tomhasei no me hará nada —afirmó Kelleia.

Al guardia no le gustaba la fe que le tenía al rey.  Sabiendo que luego se arrepentiría, terminó aceptando la ayuda.

—Me alegra que recapacitaras, pero antes tengo que hablar con mi madre. No puedo desaparecer sin que ella sepa que estoy haciendo.

Drían se había olvidado completamente de Marlina Arquis, la Impura más conocida del rey y la madre de Kelleia.
Sin decir nada más volvieron junto a Ruy y Alisha. Ambos miraban a la bastarda de Oleck con curiosidad.

—Ella vendrá con nosotros —anunció sin rodeos.

—¿Qué? —preguntó Ruy a la vez que su hermana chilló en un grito.

—Quéjate todo lo que quieras. Es demasiado peligroso que mi hermano descubra que estas...—empezó a decir Kelleia, sin embargo, él se metió antes de que terminara la frase.

—Ya hablamos de esto Ali. El rey podría quitarte el niño.

Kelleia lo miró con curiosidad, pero Drian la ignoró. No podía decirle que Alisha no sabía la verdad, que no tenía el corazón para contarle que Tomhasei la asesinaría.

—¿Hola? Me gustaría que dejaran de ignorarme —se quejó Ruy levantando la mano—. No es prudente tener esta conversación en la vía pública.

Su amigo sabía la verdad acerca de la huida que estaban llevando a cabo. Ruy no lo pensó dos veces antes de decidirse en acompañarlos por más que estuviera dejando atrás su futuro.

—Estoy de acuerdo con el niño bonito —acotó Kelleia con una sonrisa.

—¡¿Niño bonito?!—chilló Alisha a la vez que Ruy preguntaba:
—¿Crees que soy bonito?
Drían rodó los ojos porque la conversación se estaba desviando del tema principal. Sin humor gruñó:
—¿Pueden dejar de decir estupideces?

Los aludidos lo miraron apenados y luego de un segundo Kelleia siguió la conversación como si nada. Les preguntó si tenían un plan armado y él dijo que sí.

—Bien, me lo contarán en mi casa —respondió Kelleia extendiendo la mano hacía él.

—¿Qué quieres?

—Que me des tu mano porque no sé cómo llegar a mi casa —bromeó con una sonrisa. Ante su ceño fruncido aclaró—: Quiero que me devuelvas mi vara eléctrico.

Drian abrió  los ojos cuando comprendió que hablaba de la vara que portaban los guardias civiles y que él tenía desde que se la quitó.

—Toma.

—Gracias —respondió mientras se colgaba el arma en la cintura—. Está atardeciendo y hace frío, lo bueno es que mi horario ya terminó. Si quieren pueden venir a mi casa y quedarse hasta que nos vayamos.

Drian no estaba del todo seguro, no quería meter en problemas a Marlina y eso sin contar que todas sus cosas estaban en el piso de su amigo.

—¿Quieren ir? —preguntó sabiendo que ya había tomado suficientes decisiones por sí solo. Cuando Ruy asintió con la cabeza se dirigió a su hermana—: ¿Y tú qué dices Ali?

Alisha era un hueso duro de roer, aunque al final terminó cediendo.

Dejaron a la bastarda atrás para ir por sus cosas y buscar el dinero que tenían ahorrado

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Dejaron a la bastarda atrás para ir por sus cosas y buscar el dinero que tenían ahorrado. Tuvieron que asegurarle a Kelleia que no se irían sin ella y que se reunirían donde se vieron la primera vez.
No tenían mucho encima salvo unos bolsos de ropa, documentos y las coronas reunidas. Ruy llevaba su propio bolso mientras que él llevaba el suyo y el de su hermana para que no hiciera fuerza.

—¿Estás seguro de esto? —le preguntó Alisha mientras caminaban por una calle poco concurrida.

—Tengo mis dudas, pero ella nos puede ayudar. Si el rey se entera que estás esperando un hijo suyo, hará hasta lo imposible para encontrarte. Kelleia Nox no era mi segunda ni tercera opción, sin embargo, la aceptaré si eso implica que estarás a salvo —Alisha tembló un poco y él la miró de reojo—. Ponte la capucha, hace bastante frío.

Su hermana estuvo de acuerdo y se acomodó la capa color vino que llevaba puesto sobre su vestido.

Los tres caminaron en silencio después de la pequeña charla. Hacía demasiado frío y el viento estaba bravo para malgastar el aliento.

Hallaron a Kelleia donde dijo que estaría. La chica estaba arrodillada con una pared y llevaba puesto otra vez la capucha de su capa sobre la cabeza. Cuando los vio sonrió aliviada y Drian se preguntó si por su cabeza rondó la idea de que no regresarían por ella.


¡Hola! Este capítulo está dedico a mí amiga Lucrecia ✨ quien quiere a Drian y lo extrañó está semana.

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