15. La Visita.

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Salí de la cocida y visualizo a mi madre bajando las escaleras. Se dirige hacia mi.

- Hola mi cielito. – ternura de madre que está a punto de abandonar a sus polluelos.

- Hola mamita.

- Justo te estaba buscando para decirte que…

- Papá y tú tienen una fiesta y que les diste la noche libre a Piero y Ángeles, ya lo sé todo.

- Si veo que ya lo sabes todo. Okey entonces está de más decirles que deben comportarse. Nosotros no volveremos hasta mañana por la tarde ya que la fiesta es en una residencia a las afueras de la ciudad y debemos quedarnos ahí para mañana tener un almuerzo con las mismas personas. Ya sabes, cosas de empresarios.

- Si mamá yo me pórtate bien y espero que Gael también lo haga.

- De hecho Gael decidió invitar a un amigo a dormir para no aburrirse.

Lo que faltaba ahora también tendré que aguantar a un amigo de mi hermano, la noche se pone cada vez peor.

Una hora y media después mis padres ya están listos para irse a su fiesta de negocios. Yo me hallo tirada en el sillón comiendo palomitas y mirando una película en Netflix, “Enola Holmes” para ser más precisos. Ya me he puesto ropa más cómoda y me ate un moño en mi cabeza.

- Okey cielito nos vamos – mi madre se comienza a despedir.

- Está bien mamá, que se diviertan.

- Ey no se van despedir de mi – Gael aparece.

- Claro que sí, asta pronto hijito mío.

Mi padre nos mira a ambos – No olviden…

- Portarse bien – terminamos nosotros con voz pesada.

Mi madre sonríe y le hace una última pregunta Gael - ¿Tu amigo tardará mucho en llegar?

Justo en ese momento el timbre suena.

- Ahí debe estar. – señala Gael.

Mi padre abre la puerta y Kilian Aguilar alias el Principito estaba parado en la entrada de mi casa. Al parecer es el supuesto amigo que mi hermano al cuál ha invitado. Tantos amigos que tiene siendo tan sociable y justo se le ocurrió invitar a Kilian.

- Hola a todos – Kilian saluda.

- Kilian que alegría verte – mi madre lo recibe – que bueno que tú seas el quien se quede con Gael y Gemma.

El le da una sonrisa inocente y dirige su mirada hacia mi, yo también lo estoy mirando con mi típica cara de confundida por la idea de que el se quede con nosotros.

- Pues mis padres también se van a esa fiesta, entonces con Gael se nos ocurrió quedarnos juntos.

- Y de paso cuidan que a mí bambina hermosa no le suceda nada – mi padre me toma del hombro.

- ¡Papá por favor! – lo regaño sonrojada.

- Okey okey será mejor que nos vallamos.

Mis padres se van y nos quedamos los tres solos en la casa. Gael y Kilian subieron a la  habitación a jugar videojuegos mientras comen una pizza que acaban de ordenar. Yo en cambio preferí cocinarme algo, así que me hice un salteado de verduras y me senté de nuevo en el sofá a ver otra película, está vez puse una romántica llamada “El Están de los Besos” .

Estoy profundamente concentrada en mi película hasta que la voz de Kilian me interrumpe.

- Hola Diamantito.

- Hola Principito – no le prestó mucha atención.

- ¿Qué hacías?

- Estaba jugando un partido de tenis con un oso panda. – ironice ante su tonta pregunta.

- Ah qué bien. Yo pensé que estabas viendo una película pero veo que me equivoqué.

- Si te equivocaste un poco – lo miro de reojo.

El se sienta a mi lado y presta atención a la película. Ladea su cabeza y baja sus cejas confundido.

- Me parece que la película que estás viendo es un poco cursi ¿no?

- No es cursi. Es romántica. – pongo mis ojos en blanco.

- La verdad es que no lo entiendo. Amas lo romántico pero a la vez lo odias en tu vida. Es realmente irónico.

Me giro hacia el, ahora sí me terminó de desconcentrar. Me esta mirando con una cara divertida y yo entrecierro los ojos.

- ¡Yo no soy así! – protesto.

- Si lo eres. – dice muy tranquilo.

- ¡Que no!

- ¡Que si!

- ¡Que no!

- ¡Que si!

- ¡Que no!

- ¡Que sí!

Estamos discutiendo como dos niñitos.

- ¿Qué está pasando? – Gael aparece detrás nuestro.

Ambos lo miramos extraño. Lleva puesta ropa como para salir. Ignoramos su pregunta y en su lugar decidimos interrogarlo nosotros.

- ¿A dónde vas? – preguntamos simultáneamente.

- Es obvio. A la fiesta. – modela su ropa usando la sala como pasarela.
- ¿Qué fiesta? – pregunta Kilian con una ceja levantada.

- A la que organizo Federico. No me digas que la olvidaste.

- No no la olvidé. – encoge sus hombros dándole poca importancia.

- Bueno entonces ve a cambiarte.

- Pero yo no quiero ir.

Eso nos sorprendió a Gael y a mi.

- ¿Qué? ¿Por qué? – Gael parece indignado.

- Pues porque como te dije la otra vez yo no salgo de fiesta los viernes.

El me mira de reojo y ahí me doy cuenta de todo. El quiere quedarse por nuestro trato.

¿El quiere quedarse conmigo?

Yo creo que sí.

¿Y si en realidad quiere hacerme algo malo como secuestrarme o violarme?

Mmm eso podría ser interesante.

Cállate es momento de concentrarse en lo que está pasando.

Miro rápido a mi hermano y lo señalo con el dedo índice.

- Tu no tienes permiso de ir a una fiesta. Papá y mamá nos dijeron que nos portáramos bien.

- Exacto. Por eso no se enteraran. Yo pensé que eras más lista hermanita.

- ¿Y que te hace pensar que yo no les diré? – me cruzo de brazos.

- Por qué si lo haces le contaré a toda la escuela sobre nuestra fiesta de 12 años.

Al instante bajo los brazos, pongo una cara de furiosa y puedo ver a Kilian comenzar a reír.

- ¿Fiesta de 12 años? – pregunta – ¿se puede saber que paso en esa fiesta?

- NO. – respondo y vuelvo a mirar a mi hermano – Está bien ve pero haces alguna tontería o te metes en problemas, juro que yo misma te mataré antes de que llegue mamá.

- Está bien sargento. – pone su mano en la frente como un soldado. – entendido.

Afuera comenzó a sonar la bocina de un auto.

- Justo llegan por mí. ¿Seguro que no quieres ir? – mira a Kilian.

- Na estoy bien. Además alguien tiene que cuidar que no secuestren a tu hermanita. – Agarra mi hombro y yo doy vuelta mis ojos.

- No te preocupes por eso, si la secuestran a los 5 minutos la devuelven te lo aseguro.

Le saco el dedo y el sale riéndose para luego desaparecer en un auto color negro. Dejándonos solo a Kilian y a mi. Cierro la puerta y el comienza a subir las escaleras.

- ¿A dónde vas? – pregunto.

- Por mi abrigo, ya es hora de ir a nuestro lugar como acordamos. ¿Lo olvidaste?

Claro que no lo olvidé. Imposible.
- No, no lo olvidé.

- Okey entonces ponte un abrigo y vamos.

Lo obedezco y me abrigo, de noche ya se comenzaba a sentir el frío del otoño. Salimos de casa y nos dirigimos a la colina donde se pueden ver las estrellas o como el lo llama “nuestro lugar”.

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Nota: Hola aquí estoy de nuevo con un nuevo capítulo.

Ustedes que creen ¿Gemma tiene suerte o mucha mala suerte?

Muchas gracias mis Diamantitos.








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