8. El Trato.

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Me doy vuelta lentamente y lo veo, Kilian Aguilar, alias el Principito, esta parado detrás de mí con sus manos cruzadas en el pecho.

- Te hice una pregunta.

- ¿Qué no puedo caminar por el vecindario? ¿También eres el rey de aquí?

- No pero es raro que alguien esté caminando por aquí, muy pocos saben de este sitio.

- Bueno tan solo estaba apreciando la vista.

- Si este lugar es uno de los pocos sitios de la ciudad donde se ven las estrellas.

Parece que querer conversar conmigo.

- Brillan como diamantitos – bromea.

- JA JA – digo sarcásticamente – que gracioso Principito.

Se quedó callado unos segundos.
- ¿Por qué te caigo mal.

Porque eres muy engreído y acabas mi paciencia. Eso me hubiera encantado decirle.

- Tú no me caes mal. – creo.

- ¿Entonces porque no quieres conversar conmigo?

- Porque cada vez que lo hacemos tu dices alguna de tus frasecitas y me terminó enfadando.

- Tu te enfadas porque quieres, yo nunca te he hecho nada malo, al contrario, tú me tiraste un jugo encima apropósito.

Acaso se está haciendo la víctima, me parece que vamos a volver a discutir.

- Si te lo tire porque eres insoportable con tu maldita idea de que eres un rey y quieres manejar a todos. Te lo súper merecías.

- Bueno si pero…

No lo dejo terminar de hablar.

- Además te recuerdo que el que me molestó por el resto de la semana fuiste tú.

- Okey okey ya entendí – levanta sus manos en rendición -  pero aún así me parece que no deberíamos llevarnos mal.

- ¿De que estás hablando? – algo se trae entre manos y seguro no es nada bueno.

- Hablo de que ahora deberemos pasar más tiempo juntos ya que nuestros padres son socios y al parecer nuestras madres serán amigas.

Por más que quisiera negarlo el tiene razón tendríamos que pasar más tiempo juntos.

- Ajá entiendo.

El se mueve quedando bien en frente mío.

- Entonces pensé en que deberíamos intentar llevarnos bien.

Realmente quiere llevarse bien conmigo, no se que le está pasando al Principito.

- Mira Diamantito – otra vez ese apodo -  hoy en la cena le dije a nuestros padres que nos llevamos bien y obvie la parte de cundo tú me tiraste el jugo y yo te trate mal.

Doy vuelta mis ojos y el sigue. – Y se me ocurrió de que lo podíamos hacer verdad y tratar de ser amigos.

Que buena broma.

- ¿Amigos? ¿Nosotros? ¿Cómo?

Por más que lo de vueltas en mi cabeza no puedo imaginarme siento amiga de el.

- Nosotros no podríamos ser amigos, somos muy diferentes. – digo – a demás tu solo ves a las chicas cómo juguetes no creo que puedas ver a una como amiga.

Mira hacía un costado haciendo una sonrisa fanfarrona y luego vuelve a mirarme.

- Mira te voy a ser sincero, mi idea principal era que te enamores de mi y así llevarnos bien pero luego de nuestras discusiones me di cuenta de que eras un poco complicada.

Obviamente nunca podrá usar sus encantos conmigo, nunca estaría con un chico como el.

- Claramente tu plan iba a fallar ya que tú nunca me gustarías.

Kilian se rie – Nunca digas nunca Diamantito. – trata de acercarse a mi pero yo di un paso atrás marcando distancia.

- Pues yo si lo digo. No quiero lastimar tu preciado ego pero tú no eres mi tipo. Tu eres el típico chico rubio ojos claros que juega con todas y con ninguna se queda. Así que eso de enamorarme de ti… – suelto una carcajada – Jamás pasará.

Se queda en silencio unos segundos tal vez esta ofendido, no lo sé, pero después me contesta.

- Está bien di lo que quieras después de todo tu tampoco eres mi tipo.
¿Entonces porque quería enamorarme? No es algo que me importe de todas formas.

- Por eso quiero que seamos amigos – continúa.

- ¿Y como haremos eso? – pregunto.

- Bueno para llevarnos bien primero debemos conocernos y para ello te propongo un trato.

Un trato, eso no pude terminar bien.
- Mmm no lo se. – dudo.

- Vamos si aún no te conté de que se trata.

- Muy bien cuéntame entonces.

- Okey la idea sería que cada uno le muestre al otro su mundo y así nos podríamos conocer bien.

Mi cara de confundida y mi silencio lo  llevan a seguir hablando.

- Por eso cada semana uno le mostrará al otro algo que le gusta hacer, podríamos empezar la próxima semana. – se muestra entusiasmado.

- Sigo sin entender – Su plan es un poco extraño.

- Mira, ya se que a ti te gusta mirar las estrellas, pues a mí también. Ese sería el primer paso entonces de aquí en adelante cada semana nos iremos conociendo un poco más mientras hacemos las cosas que le gustan al otro.

Este plan no tiene demasiada lógica pero aún así algo mí me dice que tal vez debería intentarlo, de todas formas no podemos seguir peleando porque al ritmo que vamos nos terminaremos matando. La idea de pasar más tiempo con el durante la semana no me emociona mucho pero al menos debo intentar.

- Muy bien acepto. Acepto ser tu amiga y tratar de conocernos para llevarnos bien, por nuestras familias. – aclaro.

- Genial! Entonces empezaremos la próxima semana.

- Espera – lo detengo – primero tengo una condición.

- ¿Cuál? – suspira.

- No quiero que uses tus estúpidos encantos conmigo. ¿Escuchaste Principito?

Me mira, duda y responde – Está bien te prometo no tratar de seducirte. Seremos simplemente amigos.

- ¿Jamás pasará? – pregunto para quedarme segura.

El asiwnte – Jamás pasará.

Nos damos la mano dando comienzo a nuestro trato. Aún así hay que decidir quién sera el primero en mostrarle al otro algo que le gusta, así que decidimos tirar una moneda (si algo tan simple como eso).
La moneda dio varias vueltas en el aire y finalmente cayó. Lo hizo del lado de Kilian con lo cual el debe empezar. Hasta para eso tengo mala suerte.

No se si este trato funcionará pero será interesante averiguarlo.

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Nota: Desde aquí la historia se pone buena, estén atentos a lo que se viene.
Cuénteme que les va pareciendo la historia ¿Les gusta?

Muchísimas gracias por leerla.
Los quiero.

JAMÁS PASARÁ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora