Especial 1 | Rosa

482 81 14
                                    


Hola, espero que tengan un bonito día, estaremos subiendo 3 especiales, por el mes del orgullo, espero que los disfruten tanto como nosotros.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


"Hoy daremos un paseo" le dije. No suelo ser muy amable y menos en la mañana.

-Paseo... Paseo ¿Paseo? -

-Eso dije. Ya verás-

Iniciamos el día dirigiéndonos a la playa. Debo admitir que estaba nervioso y Valerian lo noto, en mi defensa ese día no era igual a ningún otro.

-Oye ¿Te encuentras bien? -

-Si-

Continué siendo cortante. Note que las respuestas cortas y secas irritaban a Valerian, pero no quería que sospechara nada.

Una vez en la playa hablamos poco y nada, él se la paso dibujando en la arena mojada, jugando con la arena y guardando pequeñas caracolas y conchas marinas que encontraba en la orilla. Mientras tanto yo solo variaba mi postura, acostado o sentado. Valerian comenzaba a frustrarse.

-Oye Agus... Comienzo a aburrirme- se acercó a interrumpir mi sueño ficticio bajo la sombra del bosque.

-Duerme un rato Valerian, estuviste jugando mucho tiempo con agua y arena. Necesitas reponer energías- Sabía que mi respuesta no le había gustado y de mala gana se tumbó a mi lado.

- ¿Tú también dormirás? -

-Eso intento Valerian-

-Dejaré de hablar entonces-

En algún momento se durmió. Estaba cansado de estar allí así que durante todo el tiempo que él durmió yo lo observe a detalle. Valerian se veía sumamente delicado, se asemejaba a la cristalería más fina, aunque yo sabía que podría ser también comparado con la daga que cargaba... Divinamente peligroso.

Valerian durmió profundo durante unas horas, cuando llego el momento interrumpí su sueño tomándole la mano.

-Valerian despierta es hora de irnos-

-Querrás decir volver- respondió aún adormilado.

-Sígueme- ordené mientras me puse de pie.

Valerian estaba cada vez más desconcertado.

-Si no te importa quisiera regresar-

-Si me importa-

-Oye no tienes que ser tan grosero-

-Guárdalo- volví a ordenar mientras le entregaba un libro que tenía en el bolso que llevaba.

Lo recibió con manos gentiles y ojos acechantes. Comenzaba a divertirme, pero temía que pudiera hartarse rápidamente e irse.

Serendipia | Me encontróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora