Dormí bien, a pesar de las circunstancias.
Me asusté cuando vi al hada junto a Valerian, un grito se ahogó en mi garganta y me obligó a levantarme de inmediato.
— ¿Cómo durmió? —quiso saber.
—Intranquilo —respondí—. Hice lo que me pediste; a las medicinas se las di cuando noté que comenzaba a quejarse y a hacer muecas de dolor. —Fui sincero, pero él no pareció confiar mucho que digamos en mí.
—Bien, qué obediente eres. Traje comida para ambos, aunque dudo que él pruebe bocado —se quejó con un gesto de preocupación.
—Tú sabes qué le ocurre, ¿cierto?
—Sí —afirmó quitándome la mirada de encima.
— ¿No dirás nada más que «sí»? —reproché.
—Lo único que debes saber es que hoy será peor —comentó bajando la voz.
— ¿Por qué lo dices? —indagué, pero Silas guardaba aquel secreto en lo más profundo de su interior.
—Solo resiste, ¿de acuerdo? Ahora descansa mientras yo me ocupo de él —ordenó sin explicar siquiera su advertencia.
Volví a dormir luego de comer algo de lo que el general había llevado. El sueño se apoderó de mí con rapidez y dormí en paz, aunque estaba ante un sádico que me había amenazado con quitarme la vida. Desperté con el aroma cítrico que poblaba todo el ambiente; estaba haciéndose cada vez más notorio, pero no molestaba. Me incorporé dejando que el suave aroma de Valerian invadiera mis pulmones y mis sentidos; me sentí algo mareado.
— ¿Dormiste bien? —preguntó el hada sin demasiado interés; supongo que intentaba ser cordial. No dejó de mirar al elfo con ternura.
—Sí —respondí en el momento que noté que no llevaba la máscara. No era como si importara demasiado, pero no me sentía cómodo con el rostro descubierto.
—Bien. Todo lo que puedas necesitar está allí en ese bolso; hay agua, también. Volveré mañana, pero no durante la mañana. Estaré aquí para que se despierte con un rostro familiar. No querrás estar solo cuando despierte.
—Ya he lidiado con Valerian molesto, créeme.
—Sí, claro, te creo; pero esto es completamente diferente, así que no te jactes de conocer algo que no conoces.
— ¿Y Kala?
— ¿Qué hay con ella? Espera afuera como te dije antes; no sé ira si es lo que esperas.
ESTÁS LEYENDO
Serendipia | Me encontró
Fantasia¡Hoy será un buen día!... ¿Para caer en las piernas de alguien? Val y Agus, dos caras de la misma moneda se encuentran en el bosque, pero por razones completamente distintas, uno para cumplir con su trabajo, el otro por mera curiosidad. Uno está ma...