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Mirabas por la ventana de tu departamento la lluvia, mientras que tomabas un café. No la mirabas porque era hermosa, aun cuando lo pensabas así, la mirabas porque te recordaba a él.
Ari era como esa lluvia, muchos piensan que los días lluvioso son días malos. Sin embargo, para ti un día lluvioso era un día con paz, y eso era Ari para ti paz. Lo extrañabas mucho cada que se iba por una misión, aunque estabas acostumbrada.
Bebiste de tu taza de café y escuchaste la puerta abrir, por instinto volteaste y te encontraste con Ari mojado, ladeaste la cabeza y giraste a ver el calendario. Era muy pronto para que volviera, no te quejabas de eso, pero era extraño ya que siempre tenía misiones largas.
—pensé que ibas a venir abrazarme y a besarme —dijo Ari sonriéndote mientras sacudía su cabello con su mano, miraste como tenía remangadas su camiseta un poco arriba de los hombros y como le quedaba apretada resaltado sus brazos, y no ayudaba mucho que estuviera mogado ya que su camiseta se pegó a su cuerpo dejándote ver lo bien que estaba.
—sigo esperando mi abrazo y mi beso—te saco de tu pensamiento y te levantas del suelo para ir asea el, caminaste a paso rápido y al llegar te aventaste a él. Asiendo que el soltara un gruñido de sorpresa.
Te en volviste en su cadera y lo abrazaste por el cuello con sus manos, el tomo uno de tus muslos y con su mano libre la coloco en tu espalda. —pensé que no me habías extrañado—dijo en tu oído provocando un escalofrío n ti.
—cómo no iba a extrañarte corazón—dijiste separándote un poco de él, aun cargada acariciaste su cabello, mientras él te sonriera pícaramente. No entendías porque hasta que miraste como estabas.
Estabas en una blusa de tirantes que dejaba ver tus pechos, un short corto y calcetines. Tus mejillas se sonrojaron y te escondiste en el hueco del cuello de Ari.
El rio y negó con la cabeza. —ocho años de casado y sigues sonrojándote como la primera vez.
Ari acaricio tu espalda con delicadeza y tu seguías escondida en su cuello.
—esque tú me haces sentir como si fuera la primera vez—dijiste en voz baja, aunque él pudo escucharte y una sonrisa de orgullo se formó en sus labios.
—amor—dijo asiendo que tu solo dijeras un ¨um¨. —estoy mojado y ahora tú también —te separaste de él y miraste como tu camiseta y short efectivamente estaba mojados.
—eso no importa—dijiste mirando sus labios. Seguía con una sonrisa pícara. —amor tu ¿Cuánto me extrañaste?
—mucho ¿Por qué? —pregunto un inocente Ari mirándote a los ojos, tu sonreíste maliciosamente, empezaste a moverte haciendo fricción y él se mordió un labio para evitar gruñir.
