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Mirabas los archivos de tu próxima misión, Ari y su equipo irían contigo, anqué tenías un pasado con levinson tomaste la misión.
Saliste de tu oficina y caminaste asea la oficina de Ari, al llegar lo encontraré jugando con su silla. Entrantes sin pedir permiso y el te miro de pies a cabeza.
—buenos días "T/N" que te traer por aquí —dijo, colocandose en su silla correctamente, extendiste tu mano y le entregaste los archivos.
—una nueva mismo levinson, será en la noche quiero a tu equipo listo —dijiste, para después salir de ahí sin darle tiempo a qué Ari respondiera.
Aria sonrió al ver la descripción de la misión y silvo de alegría, en eso iba entrando Sam a su oficina.
—veo que si te dieron la misión —dijo Sam, recordando el pedido de Ari semanas atrás y también recordó como le rogó al capitán para que le diera la misión a Ari.
—te debo una hermano —dijo, con una en sus labios.
—solo tienes que decirle que la amas, no sé porque armar tanto show —explico Sam, tratando de comprender el porque Ari hacia eso. —ademas ya estuvieron juntos y aunque "T/N" se haga la fuerte, sabe que te ama como tú a ella.
Ari no dejo de sonreír y se levantó de su silla, para empezar a caminar asea Sam.
—ella se merece ese show por eso lo hago, ella es lo mejor que me ha pasado Sam —la sonrisa del castaño oscuro no se borró y menos cunado dijo aquellas palabras.
—y ¿Por qué si es lo mejor la dejaste ir? —pregunto Sam, con duda y intriga. Realmente no sabía que había pasado en su relación y aunque le había dicho a Ari que no le contara, en el fondo quería saber porque te dejo.
—por idiota —contesto, con fastidio sabiendo que era cierto no había mejor frase para describir el porque te había dejado ir—pero la recuperaré, eso tenlo por seguro Sam.
...
Mirabas tu reflejó; un vestido rojo pegado al cuerpo, con un escote tipo v en la parte delantera, unos tacones negros altos, un poco de maquillaje y el cabello suelto.
Todo estaba bien, pero te faltaba algo, desviaste la mirada de tu espejo y la pusiste en en brazalete plateado, que tenía una letra por dije, aquella letra era una A.
Siempre la llevas contigo, desde que Ari te la regalo, pero cuando termino contigo todo fue diferente, ahora solo mirabas ese brazalete y sentías un vacío si no lo llevas contigo.
Los toques de la puerta de tu casa te sacaron de aquel pensamientos, caminaste asea la puerta y te encontraste con Ari; con un traje negro, con corbata y su barba bien rasurado, se miraba muy bien y ni lo negabas, pero si reprimiste una sonrisa.
