Irene salió del sótano y se encontró con la funcionaria que hace dos días había propuesto matar a Dani.
-Hola, su majestad -dijo la funcionaria- . ¿Ha hablado con el asesino?
-Se llama Dani, y no me ha dicho nada -mintió- pero le estoy enseñando modales.
-Pero esto no puede quedar así, tenemos que saber los hechos.
-No te preocupes Ariana -respondió Irene- , de momento todo está controlado.
Ariana asintió y las dos chicas siguieron por caminos diferentes.Irene estaba cansada y todavía no había cenado, le había llevado mucho tiempo enseñar a Dani a leer. Cuando llegó a la cocina, se preparó un chocolate caliente. A los nobles y a los funcionarios les gustaba que ella tomara té porque era más propio de la realeza pero ella tenía otras preferencias. Y cuando veían que engordaba un solo gramo, le ponían una dura dieta. Ya cansada, se tumbó en su cómoda cama y poco después, cerró los ojos y se durmió.
Dani no estaba muy cómodo, unos cojines no eran lo suficiente para sentirse a gusto, y menos en un palacio. Pero él hacía lo que podía por estar lo mejor posible. Siempre estaba aburrido porque no tenía nada que hacer y agradecía la compañía que le ofrecía Irene a diario, pero no podía evitar sentirse solo sin la presencia de la joven. Él sabía que sería preso mucho tiempo pero el hecho de estar con la reina, hacía las cosas más fáciles. Él sabía que con sus habilidades para salir podría ser libre sin ser visto pero no quería causar ningún problema a Irene. Además de eso, el chico guardaba un secreto que era peligroso desvelar y por lo tanto, mantenerse callado era la mejor opción.
Al amanecer, Irene se puso uno de sus más elegantes vestidos para ir a la sala principal, que era el lugar donde Ariana le estaba esperando. Después de lavar sus blanquecinos dientes se dirigió a su destino. Al llegar a la sala principal se sentó junto a la funcionaria.
-Hola, su majestad -saludó Ariana.
-Buenos días -dijo Irene- , ¿Para qué querías verme?
-He hablado con más funcionarios y todos estamos de acuerdo en que debería encontrar una persona que pueda cuidarle y si todo sale bien, casarse con usted.
-Yo ya sé cuidar de mí misma.
-Lo sabemos, su majestad, pero creemos que lo mejor es que tenga una persona a su lado.
-¿Y qué tenéis pensado? -preguntó la joven con intriga.
-Mañana por la mañana, vendrán todos los jóvenes del reino, les entrevistamos y usted decidirá si le parece correcto escoger a esa persona. Si no terminamos mañana lo dejaremos para dentro de tres días.
-De acuerdo -dijo Irene sin estar convencida.Después de comer, Irene bajó al sótano y encontró a Dani tumbado en los cojines.
-¿Qué haces? -le preguntó la chica.
-Lo único que puedo hacer aquí, aburrirme -respondió el joven con voz cansada.
-Pues levanta, hoy te enseñaré cómo comportarte.
Daní se levantó con mala cara e Irene se fijó en sus grandes ojeras.
-¿Estás bien? -preguntó la reina.
-No, hoy me encuentro un tanto mal.
-Espera unos minutos, por favor -dijo Irene y salió del sótano.Cuando volvió, tenía un termómetro en la mano y se lo acercó a la frente del joven.
-¡Tienes cuarenta grados! -gritó.
-Supongo que esa es la razón de mi estado.
Irene estaba preocupada y le trajo una manta y un cuenco de sopa. Dani se la comió sin rechistar. Irene le puso un paño de agua fría en la frente y con eso, bajaron un par de grados.
-Hoy me quedaré aquí a dormir, hasta que no te baje la fiebre no puedes estar solo.
Dani no dijo nada y los dos durmieron en la misma habitación, o mejor dicho, en el sótano.
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Asuntos De La Realeza
Teen FictionUna reina de 17 años a cargo de un gran reino. Tendrá que elegir entre opciones que harán el bien o harán el mal. Y todo cambia y se llena de problemas y misterios por resolver cuando un asesino que tienen preso en su palacio llega a su vida. Descub...