Capítulo 6

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Irene no podía creer lo que estaba observando. Bajo ese árbol estaba River. El cuerpo de River ensangrentado. Y su cabeza separada de su cuerpo. La chica empezó a llorar y no podía parar, la muerte de ese caballo le causaba un vacío tremendo en su corazón. Pero entonces se fijó en otro detalle que se hallaba junto al cadáver de River. Allí se encontraba una potrilla que estaba dormida. Irene lo supo al instante. 《Han matado a River después de parir》. Lo que ella no sabía era el sexo del animal, y ahora, no le servía de nada saber que era hembra, al igual que su hija. Irene se quedó allí un buen rato y a continuación, cogió entre sus brazos a la potrilla y volvió al palacio.

Al llegar, no le apetecía hablar con nadie, solamente con Dani. Entonces, la reina bajó al sótano.

Dani escuchó cómo la puerta se abría y sus pulsaciones aceleraron. Pero al volver a ver a Irene, vio que tenía mala cara.
-¿Estás bien? -preguntó el joven.
-No -dijo Irene zollipando- , han matado a mi yegua justo después de dar a luz.
Entonces, le enseño la potrilla.
-¿Y quién le ha matado? -preguntó Dani.
-Si lo supiera...
-¿Me dejas ver a la cría?
Irene le dejó la potrilla.
-Tiene un corte muy feo en la pata -dijo Dani- , ¿tienes hielo?
-Ahora traigo.
Y así Irene salió del sótano.

Al volver traía una bolsa de guisantes congelados.
-Con eso valdrá -dijo el chico.
Cogió la bolsa y la colocó en el corte. Irene descubrió que podía confiar en Dani.

De ahí en adelante, se vieron muchas más veces y lo que Dani sentía por Irene fue aumentando. Entonces, Irene no iba al sótano a enseñarle modales al chico, iba a pasárselo bien y a escapar de su espantoso horario. Irene cada vez tenía más claros sus sentimientos y todo marchaba bien. La potrilla también vivía en el sótano y le habían bautizado como Luna. Por suerte, a Dani le hacía compañía y Luna era muy feliz con él. Entonces, todo cambió muy rápido una tarde que Irene había ido a visitar a Dani.

Al bajar, Irene se quedó sorprendida con lo que encontró. Ahí estaba Dani con un ramo de rosas en su mano.
-Hola -saludó el joven.
-Hola -respondió Irene- , ¿qué haces con esas flores?
-Las he conseguido para ti.
Irene ya sabía qué quería decir con "conseguido".
-¿Has robado esas rosas... para mí?
Dani sonrió.
-Sí, -dijo el chico- y quería decirte una cosa que he estado sintiendo desde que te conozco. Te quiero, Irene, estoy locamente enamorado de ti y de verdad espero que podamos ser algo más que amigos.
A Irene eso le pilló por sorpresa y no supo que responder, después de unos segundos de silencio, dijo:
-Yo... lo siento, Dani, soy lesbiana.
A Dani se le partió el corazón en ese mismo instante, a Irene se le salieron unas lágrimas de los ojos y salió corriendo del sótano.

Irene siguió llorando en su habitación y esperaba no haber roto la amistad. Ella ya sabía que algún día tendría que decir sus sentimientos y no había sido en el mejor momento. Pero se respetaba a sí misma tanto como a Dani, y por eso, sabía que había hecho lo correcto diciendo la verdad. Ahora solo esperaba que Dani no se lo dijera a nadie.

Dani seguía con el corazón roto en el sótano y acariciaba a Luna casi sin darse cuenta. Ese, sin duda, había sido el mayor golpe que había recibido y sabía que su relación nunca volvería a ser la misma.

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