Capítulo 35

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Irene estaba alterada, ¿enserio habían descubierto quién era el asesino?
No había tiempo de pensar en eso, Eduardo estaba a punto de matar a todos. Solo había un problema, el sótano era muy pequeño. Los jóvenes intentaron salir del sótano pero el guardia ya la había cerrado.
-Vais a morir todos -dijo Eduardo con una sonrisa.
Dani también estaba muy asombrado, ahora que a Eduardo se le había quitado la peluca, sí que recordaba que ese era el hombre que le había metido en aquel lío. El príncipe estaba tan furioso que agarró de la muñeca al criminal y le arrancó el cuchillo de las manos. Ahora era Eduardo el que tenía cara de susto.
-No te mataremos por el momento -dijo Irene- , decidiremos qué hacer contigo cuando tengamos un pequeño interrogatorio.

Ya estaban en el interrogatorio y Eduardo estaba esposado tanto por las muñecas como por los tobillos. También se encontraban Helena y Clara que estaban alucinando por todo lo sucedido.
-Cuéntanos todo lo que sabes -exigió la reina.
Eduardo empezó a contar todo.
《Eduardo había estado saliendo con la madre de Clara y Helena y tras pasar un mes, la mujer le dejó. Estaba muy enfadado y empezó a trabajar en el palacio para ocultar su dolor, pero no lo consiguió. Y entonces se le ocurrió una idea. Mataría a esa mujer para que no pudiera hacerle más daño. Pero pensó que si él mismo le mataba, enseguida sospecharían. Y encontró a un joven por la calle y se lo llevó a hablar con él. No tenía mucho dinero y se hacía llamar Álvaro.
-Te daré mucho dinero si haces algo por mí -le propuso Eduardo.
-¿Qué? -preguntó Álvaro.
-Tienes que acabar con mi ex novia.
-Lo haré -dijo sin pensárselo dos veces- , pero con una condición. No podrás tocar a mi novia, Clara, porque ella es solo mía y de nadie más.
-Trato hecho.
Así, para cubrir a Álvaro, a Eduardo se  le ocurrió que podía amenazar a alguien para que pareciera el criminal. Encontró otro joven saliendo de la tienda de mascotas y rápidamente le raptó. Se llamaba Dani y le amenazó con su muerte si no hacía lo que debía. A Dani no le quedó más remedio que aceptar. Cuando sucedió el asesinato, Dani cogió el cuchillo y le acusaron como criminal. Otro día Eduardo entró en la tienda de mascotas para hablar con la tendera, María.
-Hola -saludó el guardia- , quería comunicarte que la tienda va a cerrar. Viene muy poca gente.
-Ni se te ocurra cerrar esta tienda. Hay gente que la necesita para alimentar a sus mascotas.
-Lo siento, María, pero así lo hemos decidido.
-¿La reina Irene tiene que ver con esto?
-Sí, de hecho ha sido la reina quien me ha dicho que venga -mintió Eduardo.
-Yo sé que no.
-Lo mejor será que cierres.
-¡Qué no!
Eduardo resopló.
-¿Por qué las mujeres sois tan complicadas?
A María eso debió enfadarle porque le clavó las uñas en la cicatriz que tenía en el brazo causándole un gran dolor.
Eduardo se fue sin añadir nada más.

Otro día que iba por el bosque se encontró un caballo suelto y empezó a recordar algo que le pasó cuando era pequeño.
De pequeño, Eduardo hacía equitación y se encariñó mucho de un caballo. Aquel caballo, un día, le mordió fuertemente el brazo dejándole una cicatriz que no sanaría. Eduardo empezó a odiar los caballos y cada vez que veía uno se llenaba de furia.
Al ver a river no se pudo contener. Tenía un día de perros y decidió terminar con el caballo. Lo que no sabía era que en realidad River era una yegua y que estaba preñada.

Días después, se ocupó de matar a María. Empezaba a disfrutar de la matanza. Al poco tiempo sucedió el asesinato del mercader. Eso le sentó bien ya que pensaba matar a ese mismo hombre, el ex marido de su ex novia (un completo lío), y además no sospecharían de él en ningún momento.

Después sucedió lo de Ariana, y pensó que no debía matar a nadie más. Hasta que se dio cuenta de todo lo que Emma sabía. Cuando fue al bosque con intención de matarla y vio que estaba con Clara, recordó el trato que tenía con Álvaro. Y todo sucedió rápido hasta que Emma le pilló, y allí estaba, en el interrogatorio.》
-Gracias por contarlo todo -dijo Emma- , pero esto no te librará de un duro castigo. Pensaremos que hacer contigo.
Los jóvenes estuvieron hablando y enseguida se pusieron de acuerdo.
-Tú castigo será la ejecución -anunció Irene.

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