Capítulo 13

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Irene se despertó mucho mejor que el día anterior. Se puso el termómetro que anteriormente había marcado 38 grados y descubrió que había bajado tres grados, por lo tanto, ya no tenía fiebre. Se lavó la cara y se peinó el pelo. Después, se puso un vestido azul que hacía juego con sus preciosos ojos y se calzó con unas botas. A continuación, bajó a la sala principal que era donde Emma le esperaba.

Irene entró en la sala principal, dos minutos antes de las diez y media. Y dos minutos exactos después, entró Emma. Eso le agradó a la reina, le gustaba que la gente fuera puntual, no como Dani.
-Buenos días Emma -saludó Irene.
-Hola Irene.
-¿Empezamos a hablar del asesino? -propuso Irene.
-Sí, claro -dijo la detective- . ¿Sabes alguno de sus rasgos?
-Sí, pero antes te tengo que decir una cosa -dijo la reina- . No soy yo la que vio al asesino. Fue mi amigo Dani. Ese asesino le amenazó con la muerte y le cedió el cuchillo haciéndole parecer el criminal.
-¿Crees que deberíamos llamarle? -preguntó Emma- Quizá sepa más detalles.
-No creo que sea necesario, él me contó todo lo que sabía.
-¿Y qué rasgos tenía?
-Dani me dijo que le recordaba alto y sin pelo, por desgracia, no podemos decirte nada más.
-Vale iré investigando -dijo la reciente funcionaria- , buscaré personas altas, lo de que no tiene pelo, no me sirve de gran cosa, podría haberse puesto una peluca perfectamente.
-Vale -asintió Irene- , ¿crees que necesitarías ayuda para hacer la búsqueda?
-Estaría bien -respondió Emma- , ¿qué te parece si mañana nos encontramos a las once en la puerta de salida del palacio?
-Bien. Nos vemos.
-Adiós -se despidió.

Irene fue directamente a la habitación de Dani para proponerle ir a desayunar. Le encontró todavía en la cama.
-¡Despierta dormilón!
Dani se restregó entre las sábanas.
-¿Por qué me despiertas? -preguntó el chico con voz cansada.
-Porque ya es tarde, ¿acaso no quieres que te deje algo para desayunar?
-Vale, ya voy.
Dani se preparó y bajaron al gran salón.

Antes de sentarse en la mesa, la reina rellenó el comedero y el bebedero de Pitxi. Ella cuidaba mucho de su mascota y le tenía mucho aprecio y cariño. Después, Dani e Irene empezaron a desayunar.
-Ayer casi no te vi en todo el día -dijo Dani- , ¿estuviste todo ese tiempo en la cama?
-Sí, en realidad tenía fiebre.
-¿Y no hiciste nada más?
-No -mintió Irene. No quería que el príncipe supiera de la existencia de Emma. No sabía exactamente por qué le molestaba.
Dani se encogió de hombros. Enseguida terminaron de desayunar. Dani le dijo a Irene que se iba a ir a dar un paseo por el mercado y ella fue al despacho de Ariana.

-Buenos días, su majestad -saludó la funcionaria.
-Hola Ariana. Te quería dar las gracias por haber llamado a Emma, la detective. Es muy buena y creo que así encontraremos al asesino.
-Me alegro de haber hecho bien -dijo Ariana- , aunque no tenga un chico que le cuide, al menos tiene a Emma.
Irene sonrió, sin duda era mucho mejor. Irene decidió ir también a dar una vuelta por el mercado, quizá encontraba a Dani.

La reina estaba en la puerta de salida que estaba muy cerca del despacho de Emma y echó un vistazo a su despacho pero no estaba allí.

Iba mirando todos los puestos y de pronto vio como Eduardo iba corriendo hacia ella.
-Hola Eduardo -dijo la joven- , ¿qué haces aquí?
-Me comentan que ha habido otra muerte -dijo Eduardo entre jadeos- , han asesinado a un mercader.

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