Capítulo 21

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Clara iba muy convencida a casa de Álvaro y sobre todo, se sentía empoderada. Llegó enseguida y ni siquiera le saludó.
-Quiero cortar contigo -dijo Clara sin rodeos- , como me tratas es algo imperdonable. Sal de una vez de mi vida y no vuelves más.
Álvaro no dijo nada y se enfureció mucho, nadie querría saber lo que pasó después.

Helena estaba muy preocupada por su hermana y se tranquilizó mucho al ver que Clara llegaba a casa. Pero no venía como le hubiera gustado. Clara llegaba con moratones por toda la cara y el cuerpo, pero también venía sonriente.
-He terminado mi relación con Álvaro, me siento muy bien, y todo gracias a ti.
Clara le pegó la sonrisa a Helena y las dos se volvieron a abrazar
-Me alegro mucho por ti -dijo Helena- . Pero necesitas un médico, tienes que estar bien del todo.
-Muchas gracias.
-No ha sido todo gracias a mí, vamos al palacio.
Clara estaba confusa pero accedió y las dos hermanas salieron de su casa para ir al palacio.

Irene estaba tranquilamente y de pronto Ariana se acercó a ella.
-Buenos días, su majestad -saludó la funcionaria.
-Hola Ariana, ¿qué haces aquí?
-Eduardo me envía para comunicarle que hay dos chicas en la puerta que quieren verle.
Irene ya sabía que estaba hablando de Helena y Clara.
-Diles que pasen -dijo la reina.
Ariana asintió y se marchó hacia la puerta.

Poco después, Helena fue a la habitación de Irene y a su hermana le daba un poco de vergüenza, pero sin saber nada, siguió a Helena. Irene saludó a Helena:
-Hola Helena, ¿qué tal?
-Bien, esta es mi hermana Clara.
-Hola -dijo Clara casi susurrando.
-Como seguramente sabrás, esta es la reina Irene, mi mejor amiga. Ella también me ayudó a descubrir lo que te pasaba -explicó Helena.
-Encantada de conocerte -dijo la hermana pequeña.
-Igualmente -dijo Irene.
-Lo siento mucho, ayer no pude venir a cenar con todo lo que pasó -dijo entonces la frutera.
-No pasa nada -contestó la reina- , ¿puedes venir hoy?
-Claro.
Clara se fue un poco después para poder leer tranquilamente en su casa y Helena e Irene se quedaron en la habitación hablando.
-Lo siento -dijo entonces Irene- , ahora mismo tengo que ir con unas funcionarias a ver cómo va la economía del reino.
-Vale, me iré a casa.
-No hace falta -dijo la reina evitando que Helena se fuera- , mientras esté en la reunión puedes estar con Emma y Dani.
-Vale, adiós.
Ya así, las chicas salieron de la habitación.

Helena se sintió más a gusto de lo que esperaba hablando con Dani y Emma. Eran dos personas muy amables y había descubierto que eran hermanos. Dani era encantador y gracioso. Emma, en cambio, era un poco más fría pero era muy buena persona y podías confiar en ella. Helena había pasado de estar solo con su hermana a ir al palacio como si fuera su casa en sólo una semana. Se sentía muy bien y quería sentirse así siempre. De pronto entró Irene a la habitación de Dani, que era donde se encontraban.
-Hola -saludó Emma.
-Hola -dijo la reina- , ¿vamos a comer?
-Sí, por favor. El hambre me está matando -añadió Dani.
-Solo piensas en comer -le reprochó la princesa.
-Yo creo que debería irme -dijo Helena.
-Ya es la hora de comer -dijo Irene- , puedes comer con nosotros si quieres.
-Primero tendría que avisar a mi hermana.
-No te preocupes, para eso están los funcionarios -dijo el príncipe.
Helena sonrió.
-Muchísimas gracias.

Estaban todos comiendo tranquilamente y disfrutaban de la deliciosa comida que preparó la cocinera. Entonces Eduardo entró en el gran salón. A Irene no le gustaba ver a Eduardo con abundancia, porque últimamente, cada vez que lo veía era a causa de otro asesinato.
-¿Qué pasa Eduardo? -preguntó la reina temiéndose lo peor.
-Ha habido otro asesinato.
Irene no podía más, sentía que se iba a marear con tantos problemas en su vida.
-¿Quién a muerto esta vez?
-Me temo que esta vez han matado a una funcionaria.
-¿Quién? -volvió a repetir Irene frustrada.
-Ariana.

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