Primavera

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PLATICAS AJENAS

PRIMAVERA

-¡Merlín Potter! ¡¿Cómo maldita sea preguntas eso?!-Theo se acercó rápidamente a mí, pero Draco lo detuvo con una seña a un par de pasos de mi cama.

-no han hablado Nott.-susurro a su amigo.

-¡mierda! ¡Ve a hablar con ella ahora!-me ordeno el castaño haciéndome sonrojar, jamás los había visto de esa forma.

-¡¿pero qué es lo que sucede?!-les dije mirándolos con frustración, mientras me levantaba.

-Astoria está embarazada, Harry.-soltó Draco mirándome a los ojos.

Me quede estático. Sentí como si mi estómago subiera a la punta de la torre y bajara de golpe hasta el suelo de las mazmorras. Me senté sobre la cama con las manos en la cabeza, recargando mis codos sobre mis rodillas. Miraba el suelo tratando de asimilarlo. Entonces mis pulmones gritaron por oxígeno, ya que en algún punto había dejado de respirar. Abrí la boca jalando fuertemente el preciado aire. Deje salir la gran bocanada por mis labios entrecerrados, y trate de controlarme respirando cadenciosamente. Cerré los ojos. No podía ser real, seguramente era otra pesadilla, o ¿Sería un buen sueño? Realmente estaba confundido. Astoria. Un bebé. Pase mis manos por mi cabello, abriendo los ojos. No era otro sueño, era real.

-mierda.-susurre.

-hermano tienes que ir con ella…-susurró el rubio, mientras me tomaba un hombro.

-yo…-dudé un momento, incorporándome.

-si, tu.-declaro un sonrojado castaño que estaba frente a mí.

Respiré profundo y me puse de pie, nuevamente. Miré a Draco un momento, y me sonrió preocupado. Luego mire a Theo, quien tenía los brazos cruzados y seguía sonrojado, pero se acercó lentamente y tomo mi hombro.

-todo estará bien.-dijo despacio.

-eso espero…-solté empezando a caminar a la puerta.

Salí de mi habitación y llegue a la de las chicas. Toqué la puerta. Nadie contesto. Toque de nuevo. Oí unos pasos acercarse en lo que fueron los segundos más largos de mi vida. Hermione abrió la puerta y me miró preocupada. Sin decirme nada me dejo pasar, saliendo de la habitación. Astoria estaba dormida, abrazada a una almohada, estaba inquieta parecía tener pesadillas. Me acerqué lentamente, y me senté junto a ella, de frente. Tome su hombro, pero en un movimiento involuntario la solté. Todo estaba mal. Acomodé mis gafas y respiré profundo, volví a tomar su hombro, moviéndola suavemente.

-¿Astoria?-susurré, acercándome a su oído.

-¿uhmm?-fue lo único que dijo, abriendo los ojos y girándose para mirarme.-Harry…-susurró, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿estás bien?-le pregunté, mientras se incorporaba. Ella negó con la cabeza y la abrace.

-yo…-susurro en mi oído, ella mantenía los brazos en la cama.

-todo estará bien…-susurré en su cabello. Escuche como empezaba a sollozar, la apreté contra mí, ella me abrazó fuertemente. Entonces se tensó empujándome.- ¿qué ocurre?-preocupe.

-espera, debo…-me empujo de nuevo con más fuerza, la solté mirándola alterando. Ella salió corriendo hacia el cuarto de baño.

-¿qué ocurre?-preocupe, siguiéndola, pero solo sentí el portazo en mi nariz.- ¿Astoria?-dije mientras trataba de abrir, pero la manija no se movía.

Escuche algunas arcadas de su parte y fui a la cama a sentarme. Supuse que era común, ¿Por qué me pasaba esto a mí? Era el que menos sabia de estas cosas, aunque tal vez por eso me pasaba en primer lugar. Espere algunos minutos, aunque para mi fueron horas. Si seguía a este paso este día me duraría un año, gracias a Merlín era un sábado.

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