7.2 Comienzos

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El resto del verano fue placido para Draco, sus tardes con Hermione fueron cada una única y hermosa, las cenas en las distintas casas eran cada día más cálidas, alegres y cada vez más, Draco se sentía en familia. Alguna vez Hermione Oliver y el fueron invitados a cenar en casa de Harry, aunque claro, la señora Weasley envió la comida, pues Harry había quemado todo antes de que llegasen. Fueron días maravillosos. Draco visitó a su madre y entrego los presentes a su tía Andrómeda, a Teddy y a su madre. El pequeño bebé se sentía sumamente atraído por el pequeño lobo de felpa. Harry se lo había agradecido, luego le había explicado que él era el padrino del bebé. Aunque Draco hubiera querido hablar con Harry acerca de lo sucedido en casa de los Weasley, prefirió evitar el tema pues no quería que esta rara fraternización se acabara. Al final del verano los padres de Oliver lo habían acompañado con gusto a comprar lo necesario para el colegio, Draco estaba listo para ir, aunque no se sentía listo para enfrentar al alumnado. Hermione había tratado de animarle, pero no había conseguido mucho.

El día en que debían ir al tren, Oliver y sus padres lo habían llevado a la estación, se sentía el hermano menor de Oliver, sentía que así debía sentirse tener hermanos. Draco estaba más que feliz al ver a Hermione, y aunque la noticia de su noviazgo no había sido tan bien recibida como lo esperaban, tanto Arthur como Molly los apoyaban, al igual que los Wood, aunque no se podía decir lo mismo de Ginny y Harry. Aun así todos trataban de sobrellevarlo. Pronto los chicos se despidieron.

Al subir al tren, Hermione le tomo la mano y lo llevo hasta un cubículo vacío. Harry los siguió, y entro justo después de ellos. Ronald y Ginny pasaron de largo. El tren comenzó a avanzar, y Hermione se recostó sobre el hombro de Draco con la mirada perdida en una página del pesado libro que llevaba consigo. Draco le abrazo por los hombros y sonrió al ver como al momento en que la chica pasaba la página, la hermosa pulsera que le había obsequiado se asomaba por debajo de su manga. En ese momento Harry se revolvió incomodo al ver aquella demostración de afecto.

-¿te encuentras bien?-preguntó Draco.

-sí, no es nada-cortó Harry mirando por la ventana.

-¿qué ocurrió con Ginny?-preguntó Draco tentando terreno.-creí que vendría con nosotros.

-terminamos.-sentenció Harry y Hermione cerró el libro.

-¿cómo que terminaron Harry? ¿Por qué no me habías dicho?-Hermione se acercó a su amigo para tomarle del hombro.

-bueno…-Harry titubeó y luego miró a los chicos.-me imagino que no quería arruinar su felicidad.

-Harry no creo que esto tenga algo que ver con nosotros.-comentó Draco.-ahora bien, creo que Hermione tiene un punto, ella es tu amiga y quiere apoyarte.-Draco se sentó junto a Harry.

-sí, bueno… lo siento Hermione.-dijo Harry en un suspiro.

-¿te encuentras bien Harry?- Hermione se veía ansiosa y preocupada.

-no del todo.-dijo tristemente el niño que vivió.

-Harry, ¿tiene que ver con la pelea que tuvieron en casa de los Weasley?- pregunto Draco y notó la sorpresa de Harry al escuchar eso.-yo… estaba en el cuarto de baño junto a la habitación de Ginny y los oí discutir.-explicó Draco.

-si bueno, pues, ese día terminamos.-Harry agacho la cabeza y Hermione le abrazó.- ¿qué tanto escuchaste?-preguntó Harry con un tono preocupado cuando Hermione le soltó.

-lo suficiente como para decirte que no vale la pena alguien que te presiona de esa manera.-soltó Draco mientras le tomaba el hombro a Harry en señal de apoyo.

-¿presionar?-Hermione se veía molesta.- ¿qué quería Ginevra?-Draco se arrepintió de haber sacado el tema a colación, pues Hermione empezaba a adoptar un tono de madre molesta y Harry parecía incomodo al hablar de ello.

-es una larga historia Hermione.-contestó Draco para que su novia parara de presionar, pero no funcionó.

-Harry…-Hermione gruñó

-ella quería que… ambos nos… -parecía que Harry se había quedado sin palabras, Draco pensó que seguramente no se quería oír tan grotesco frente Hermione.-acostáramos juntos en ese momento.- Hermione se quedó callada.- ¿ahora entiendes?

-sí Harry, lo siento.-contestó una cansada Hermione que volvia a su lugar.-sabes que cuentas conmigo de acuerdo. Y ya deja de pensar en ella Harry.

-por supuesto Hermione, es lo que he estado haciendo lo que me restaba de verano –Harry sonrió.

Draco volvió junto a Hermione y le abrazó, mientras Harry sacaba un libro y empezaba a leer. Draco se preguntaba aun ¿por qué Harry no se había querido acostar con Ginny? Mientras empezaba a hacer deducciones, alguien abrió el compartimiento, una pequeña niña rubia se asomó por la puerta. Draco la conocía era La Lunática. Ella sonrió a Hermione, quien había dejado de leer para voltear, al igual que Harry, quien se levantó a abrazar a la rubia.

-¡qué bueno verte otra vez Luna!-sonrió Harry mientras abrazaba a la menuda chica.

-¡lo mismo digo Harry!-la dulce y soñadora voz de la chica inundó el compartimiento.- ¡Hermione!- sonrió Luna, mientras su novia se ponía de pie y abrazaba a la chica. Draco se levantó y le tomó la mano a la rubia.-hola Draco-sonrió la chica ensimismada.- ¿me puedo quedar con ustedes?, ya no hay lugares disponibles y hay demasiados sorposolos en la cabina de Ron y Ginny.-sonrió.

-por supuesto Luna.-sonrió Harry mientras le hacía entrar.

El resto del viaje, Draco dormitaba y despertaba, Hermione leía en sus brazos. De las veces que Draco estuvo despierto, escuchaba a Harry y Luna tener una viva charla acerca de mil y un cosas que en su vida Draco había escuchado, sorposolos, nargles, y mil cosas más que Draco simplemente ni siquiera entendió.

-Draco…-la dulce voz de Hermione, junto con un pequeño empujón hizo que Draco saliera de su sueño.-arriba.

Draco se levantó y se estiró. Luna y Harry reían. Draco los miró extrañado. Después los cuatro chicos salieron rumbo a las carretas, Draco logró divisar a algunos de sus compañeros de Slytherin. Blase y Pansy  iba agarrados de la mano, mientras que Astoria y Theo, iban en una ferviente charla. Draco no quiso interrumpir y siguió a Hermione hasta la carreta más cercana, donde subieron ellos, seguidos de Harry y Luna. La carreta salió rumbo al castillo, Draco miraba con esperanza el camino, imaginando la cena que esperaba por él en el gran comedor.

Platicas AjenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora