Revelaciones

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PLATICAS AJENAS

REVELACIONES

La escena era irreal, realmente parecía mi más loco sueño. Las tres serpientes y nosotros, “el trio de Oro” como nos llamaban en el profeta, corríamos juntos hacia la sala de mesteres. Al inicio me dedique a seguir a Theo, sin saber a dónde íbamos, hasta que el camino fue reconocido en mi memoria.

Corríamos a toda velocidad, de la nada Astoria, Draco y Theo dudaron un momento. Me acerqué a la chica y le tome la mano, mientras reanudábamos el paso. Justo cuando doblamos en la esquina la escena se volvió aún más irreal.

Theo aumento la velocidad al doblar, mis ojos pudieron notar la presencia de dos personas corriendo hacia el lado contrario del corredor y desaparecer en la esquina. Al mismo tiempo pude ver a Snape correr hacia Daphne, quien dejó caer un frasco de cristal que se hizo trizas en cuanto toco el suelo. La chica empezaba a caer cuando Draco rebasó a Theo y la sostuvo por la cintura. Theo lo alcanzó en el mismo instante en que Snape se hincaba frente a ambos rubios.

-¿qué demonios…?-fue lo que salió de mi boca pues, pude ver a Albus Dumbledore salir de la sala de menesteres y caminar rápidamente hacia ellos. Todo daba vueltas en mi cabeza.

-Severus, hay que llevar a Daphne a la enfermería.-salió de su anciana voz.

Theo hizo el ademán de cargar a la chica, pero Severus se lo impidió adelantándosele. Astoria apretaba mi mano, para que después todos saliéramos corriendo tras de Severus Snape. En mi cabeza no cabía razón alguna para ver a mis dos difuntos profesores vivos correr hacia la enfermería. Y parecía que no era al único, Hermione se veía pálida y dudaba aunque nos seguía de cerca.

En uno de los corredores, Snape se cruzó con McGonagall, quien se pegó a una pared al ver que todos corríamos en su dirección. La profesora nos miró anonadada.

-¿a-Albus?- balbuceo la mujer al momento en el que nos empezaba a seguir.

-han envenenado a Daphne, Minerva.- comento el profesor aludido mientras seguía en un paso algo cansado.

Snape entro en la enfermería seguido de Theo y Draco, poco después el resto entramos en el lugar. Daphne se veía cada vez más pálida, el hombre deposito a la chica en una de las camas vacía y corrió hacia uno de los anaqueles a buscar algo. Madame Pomfrey salió molesta al escuchar que alguien revolvía sus cosas, pero se tambaleo al ver que era Snape quien estaba ahí.

-Poppy, necesitaré una poción revitalizadora.-comentó sin más Dumbledore al momento en que se colocaba a lado mío y  tomaba mi hombro. Lo miré desconcertado. No le daba ninguna credibilidad a mis ojos, y el hecho de que las serpientes actuaran como si nada me hacía creer que estaba soñando. –todo tiene una explicación mi querido Harry, comentó con una gran tranquilidad. Me limité a asentir.

Astoria quien se había soltado de mi mano estaba ya junto a su hermana aferrándose a su blanca muñeca sollozando.

-¿pro-profesor dum-Dumbledore?-salió de la voz de la enfermera de la escuela, y después de eso la mujer cayó al suelo.

Draco se acercó pesadamente a la mujer, por instinto y con la cordura que quedaba en mi me acerqué a ayudarle. Depositamos a la mujer en una de las camas, mientras la profesora McGonagall convocaba un frasco con algo y se lo ponía frente a la nariz. La mujer abrió los ojos de golpe.

-¿cómo…?-fue todo lo que pude decir.

-todo tiene una explicación.-comento Draco.-pero ahora es más importante la vida de Daphne-gruño amenazante mientras ayudaba a la mujer a levantarse y acercarse.

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