15. Y si...

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Después de 3 meses de trabajar duro en la galería para que parezca un negocio legítimo, ha llegado el día de la gran inauguración.

Sin embargo, el equipo también ha estado trabajando mucho para infiltrarse en el tráfico de arte. Dylan se ha puesto en contacto con la mayoría de sus antiguos socios y en unos días la pareja irá a Key West para reunir más información sobre quién ha estado robando cuadros de Picasso en todo el territorio nacional; necesitan recibir una invitación a la celebración del 4 de julio del Ruso a toda costa porque él es el hombre detrás de cada una de las falsificaciones encontradas en los lugares robados.

Yue está en casa preparándose para el evento de lanzamiento. Hace unos días, Dylan la llevó de compras otra vez porque le dijo que es imperativo usar ropa nueva en ocasiones especiales: te da la confianza y el ánimo necesarios para comportarte con postura y aplomo.

Yue ha aprendido a estar de acuerdo con él: la ropa hace al hombre, o mujer, en su caso.

Tan pronto como Yue está lista, abre la puerta esperando encontrar a Dylan ahí como de costumbre. Él le advirtió que llegara a tiempo, de lo contrario amenazó con un tono poco creíble que se iría sin ella, porque, aunque la situación es algo engañosa, Dylan valora lo que la galería representa para él. Si todo va bien, planea quedársela como su propio negocio después de que haya terminado de cooperar con el FBI. Le gustaría que la Galería Wang funcionara y generara un ingreso adecuado para él y tal vez para una futura familia, aunque a veces la idea del porvenir lo asusta mucho.

Yue sabe que la reputación de Dylan en el mundo del arte está en juego con este evento, nunca llegaría tarde. Aun así, no está presente para ver que, por una vez, Yue llegó puntual. El instinto le dice que hay algo anómalo en el retraso de Dylan.

Mientras espera a que él salga, Yue decide espiarlo, acercándose a la puerta lo más discretamente posible en caso de que alguien la vea. Lo que escucha la sorprende: Dylan está hablando con alguien que suena como otro hombre y hay irritación en sus voces. Sin vergüenza, presiona la oreja y la cara a la superficie para oír mejor y se da cuenta de que Dylan está discutiendo acaloradamente con la otra persona.

¿Qué está pasando allí adentro? Yue no reconoce la otra voz, pero le provocó una desagradable punzada en el estómago. Baja los ojos y revisa su pequeño bolso, abriéndolo de par en par. Echa un vistazo al arma que lleva: está cargada y lista, por si acaso.

Toc toc.

Dylan se sobresalta ante el sonido. Inmediatamente se da cuenta de lo tarde que es. Esa debe ser Shen Yue.

"Dylan, ¿dónde estás? ¿Estás listo? ¡Tenemos la inauguración!" grita ella, aguantando la pistola en la mano dentro de la bolsa.

En el apartamento, Dylan advierte al hombre que está con él: "Joel, ni lo pienses. ¡Déjala fuera de esto! Ella no tiene nada que ver con nosotros".

"¿Es esa la chica con la que estás saliendo? ¡Ajá! ¡Quiero conocerla!"

Yue oye a alguien acercarse a la puerta con rapidez y da un paso atrás con una mirada decidida y la mano todavía en el bolso, agarrando el arma.

"Te dije que no..." Yue escucha a Dylan exclamar inútilmente.

"¡Hola!" Un hombre de origen chino que se parece un poco a Dylan, solo que mayor, abre y la examina de la cabeza a los pies con ojos siniestros.

Este tipo es espeluznante...

"¡Joel! ¡Quita los ojos de mi propiedad!" Dylan se lanza hacia la puerta y se interpone entre Yue y su hermano, extendiendo los brazos a los lados, actuando como un escudo. "¡Te dije que la dejaras fuera de esto! ¡Ella no tiene nada que ver contigo!" Dylan responde enojado, alzando la voz.

Amor criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora