71. Suyo

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"¡Galletita! ¿Dónde estás? ¡Tenemos que irnos!" Dylan baja trotando por las escaleras, buscando a Yue por todas partes. "¡¡¡Galletita!!!"

"¡En la piscina!" ella responde cuando escucha que su esposo se está desesperando.

¡¿Qué diablos está haciendo en la piscina si tenemos que irnos?! ¡Esta mujer!

Dylan sale corriendo y encuentra a Yue acostada misteriosamente dentro de la canoa

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Dylan sale corriendo y encuentra a Yue acostada misteriosamente dentro de la canoa. Él se para y la observa desde arriba con las manos en la cintura y una mirada inquisitiva en el rostro. "¡¿Dulzura?!"

Yue inclina la cabeza hacia atrás para verlo y sonríe, causándole a Dylan un tirón instantáneo en el corazón

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Yue inclina la cabeza hacia atrás para verlo y sonríe, causándole a Dylan un tirón instantáneo en el corazón. Él le devuelve la sonrisa, la admira de pies a cabeza y se mueve hacia un lado para ayudarla a salir de la canoa. "Vamos, galletita".

Yue toma sus manos extendidas y Dylan la levanta. Como Yue casi pierde el equilibrio cuando la canoa se mueve bajo sus pies, Dylan envuelve un brazo alrededor de su cintura y la tira hacia su pecho.

Como si fuera la primera vez que se pierden en los ojos del otro, sus corazones comienzan a latir más rápido y sus bocas viajan una hacia la otra.

Inevitable.

Después de un breve y delicioso beso, Dylan pasa las manos por el cabello de Yue y la mira con devoción. "Eres tan hermosa, dulzura". Da un paso atrás, toma una de las manos de Yue, la levanta por encima de su cabeza y la hace dar una vuelta. Yue se ríe porque siente que los ojos de su esposo la devoran sin pudor.

Sin embargo, cuando Yue se ha detenido frente a él nuevamente, Dylan frunce el ceño y Yue dobla la cabeza hacia un lado, preguntándose qué pasa.

"Galletita..." Dylan se acerca a ella y le susurra al oído: "No llevas sujetador..." Su mano viaja hacia las tiras en el pecho de Yue y lentamente comienza a jalar de un extremo para desatarlas.

"Detente", susurra Yue, su tono poco convincente. "Es que, por fin no estoy amamantando", explica como excusa barata para justificar que sus montículos están libres debajo de su vestido.

Amor criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora