20. Un gran gesto

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Al día siguiente en la galería

Con el viaje a Key West, la investigación dio un giro importante. Yue descubrió que en una habitación cerrada con llave el ruso guardaba otras dos copias de cuadros de Picasso cuyos originales se encuentran en otras casas de Florida que aún no han sido robadas. Bingo. Este es un gran paso adelante.

El agente Michaels está complacido por cómo va la investigación. Dylan y Yue han estado identificando a todas las personas implicadas en la red de traficantes de arte, y las pruebas que han reunido hasta ahora son muy útiles. Originalmente había pensado que necesitarían más de 3 años para desmantelarla, pero ahora cree que puede requerir menos que eso. ¿Qué hará con Dylan si el FBI ya no lo necesita? Eso aún está por decidirse.

Una vez que el agente Michaels se ha ido de la oficina, Darren y César arrinconan a Dylan en la pequeña sala de interrogatorios.

"¡La besaste, Romeo! ¡Eres un Don Juan! " César exclama en son de burla.

"¡Oye! Solo estábamos haciendo nuestro trabajo..."

"¡Sí, señor 'moriría sin ti'! ¿Te olvidaste de que yo estaba escuchando cada palabra?" Darren bromea con una cara incrédula.

Uy. Sí, se olvidaron.

"¡Y esos sonidos que hacían eran bastante pornográficos! ¡Estaban en la playa! Escuché a tu amigo Chris acercarse... ¡Qué vergüenza!" Darren añade.

Cielos, debe haber sonado como si lo estuviéramos haciendo en la arena... ¡Yue me va a matar! "Chicos, no le digan nada a Yue de todo esto. Decidimos quedar amigos, ¿de acuerdo? No va a pasar nada entre nosotros", miente Dylan como le pidió Yue, aunque no los convence en lo absoluto.

"Le dijo el lobo a la oveja..." Darren ironiza y Dylan le pega en el estómago. "¡Ay, hombre! ¡No soy yo la pobre criatura embaucada aquí!"

"¡Basta los dos!" Dylan regaña a sus amigos. "Nada ha cambiado. Simplemente actúen con normalidad cuando ella vuelva".

Esa mañana en Washington D.C.

Yue se despertó temprano y lució su mejor actitud para enfrentar a sus padres. Bajó a la cocina y preparó el desayuno para toda la familia, con la esperanza de que pondría a todos de buen humor, pero no sirvió de mucho.

"Papá, mamá, por favor, denme unos minutos..." Yue respetuosamente ruega a sus padres que están desayunando, aunque su padre se negó a tocar la comida que ella hizo para ellos en plan de protesta.

"No tenemos tiempo ahora. El contador va a la tienda hoy. Deberías habernos dicho que venías... ¡Vamos!" El Sr. Shen insta a su esposa a dejar de comer y se van.

Yue está enojada y decepcionada. A veces siente que sus padres la encontraron en un basurero... Y, sin embargo, ella amaría a un bebé abandonado como si fuera suyo, está segura de eso porque quiere a las mascotas que rescata. Quizás se identifica con esos animales más de lo que jamás imaginó.

"¡Ah! ¿Por qué es tan difícil hablar con ellos?!" Yue se queja, tirando platos en el fregadero.

"Hermanita, detente. Te lastimarás. Ven, vamos. Josh hará los platos, ¿verdad cariño?"

El marido de Lina, que la adora, confirma y le da un piquito en los labios. "¡Mei, ven, ayuda a papá a limpiar!" Él levanta a la niña, la sienta en el mostrador y comienzan a lavar los platos juntos en tanto que Lina se lleva a Yue al patio trasero.

Yue se sienta en un columpio, agarra las cuerdas a los lados y mira fijamente hacia adelante mientras sus pies la empujan instintivamente.

Lina, con su barriga embarazada de unos 4 meses, se sienta en el columpio junto a Yue. Ambas suspiran e inhalan el aroma a hierba húmeda que les rodea porque anoche llovió mucho.

Amor criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora