Belated First Dates

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¡Oh no, no de nuevo! Creerían que estaría acostumbrada a que la alarma sonara a las 5 AM pero no era así. Gruñí y enterré mi cabeza en la almohada intentando bloquear el ruido. Escuché su risa y sentí sus labios rozar la piel de mi nuca luego de que apagó la alarma.

"¿Cómo puedes estar tan despierto?" Pregunté, moviendo mi almohada a un lado y abriendo un ojo. La luz del baño estaba encendida para que Cole no se matara si se despertaba antes que yo. Decir que el hombre era considerado era un hecho.

"Es hábito, bebé. Vuelve a dormir."

Sí. Eso sonaba bien. "Te amo." Murmuré mientras me acurrucaba en la almohada.

"Yo también te amo."

Lo escuché ducharse lo cual por supuesto me hizo pensar en él desnudo y se me hizo imposible volver a dormir. Algunas mañanas podía, otras no. Habíamos tenido poco tiempo juntos desde que había llegado hacía tres semanas que quería tomar ventaja del tiempo que teníamos, incluso si era a esta hora de la mañana. A diferencia de él, yo podía volver a dormir de nuevo.

Podía decir que ya habíamos caído en una rutina. Vivir juntos no era para nada difícil. Me encantaba estar aquí cuando él volvía a casa, hablar con él sobre su día y hacer el amor con él antes de que se durmiera. Las chicas y yo habíamos hecho un par de viajes entre semana a París y Roma, lo cual fue divertido, pero lo extrañaba demasiado. Por suerte habíamos tenido más tiempo juntos los fines de semana. Él aun trabajaba, pero teníamos las noches libres para vivir como personas normales. Esos eran mis tiempos favoritos, solo nosotros dos, el servicio de habitación y las películas en la TV.

Habíamos tenido suerte de que nadie supiera quien era todavía. Las chicas y yo podíamos pasear sin incidentes lo cual sabía que hacía feliz a Cole. A mí también, por supuesto, pero yo no estaba preocupada como él. Vanessa obviamente se había callado, aunque me seguía enviando mensajes de texto para saber como estaba pasando en Europa y para decirme que saludara a Cole por ella. Sí, claro.

El vuelo había sido bastante fácil. Habíamos pasado por una sala privada mientras los chicos llegaban al aeropuerto y creaban un revuelo bastante importante, aparentemente. Había visto fotos de Cole firmando autógrafos y tomando fotos con sus fans, todas chicas por supuesto, pero habíamos pasado desapercibidos lo cual había sido el objetivo.

Mientras esperaba por él, me había entretenido con lo que haría hoy. Ir de compras para nuestra cena esta noche y un viaje al spa, otro de los regalos de Cole. El hombre me estaba malcriando y lo dejaba porque sabía que lo hacía feliz hacerlo, aunque puse un límite cuando se trataba de darme dinero, como intentó hacerlo cuando fuimos a París. Una cosa era aceptar regalos; otra completamente diferente era tomar dinero como si fueran mesadas o algo peor. Habíamos peleado sobre eso, y yo gané, o por lo menos eso pensé hasta que Cami insistió en cambiar de nuestro hotel a un verdadero hotel y pagarlo ella misma. Sabía que él le había dado el dinero, pero no lo llamé. Lo hacía feliz saber que yo estaba sana y salva, lo cual lo entendía.

Cole me llevaría a una cita esta noche y no podía esperar. ¿Quién no estaría entusiasmado en cenar en un restaurante elegante con Cole Sprouse? Era nuestra primera cita oficial y él había logrado que sucediera, aunque Dios sabe lo mucho que había gastado en eso. No podía esperar a encontrar algo hermoso para usar y enloquecerlo.

Cole volvió a la habitación y se detuvo cuando me vio sentada. "Bebé, ¿qué estás haciendo? Vuelve a dormir."

Reí. "No puedo. Estoy demasiado entusiasmada por esta noche."

Se sentó en la cama a mi lado y me besó suavemente. "Yo también."

"Le dijiste a Kate, por las dudas, ¿verdad?" Lo último que necesitábamos era que nos atraparan desprevenidos.

A través de un juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora