The Saddest Words Is Goodbye

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Mi cuerpo se sentía como si hubiera corrido una maratón, o tenido horas de sexo, lo cual era el caso, por suerte, así que Cole y yo nos decidimos pasar la noche tranquila, o lo más tranquila posible para nosotros, lo cual no fue muy tranquilo. No es que me importara. Decidí introducirle a la maravilla que es Lifetime Movie de la semana y él comenzó a reírse.

Luego de una escena particularmente ridícula con una hija donde le prohibían ver a su novio, me volví hacia Cole. "¿Terminaría tu vida si no pudieras verme el fin de semana?"

Cole me miró. "Primero que nada, fue la chica quien dijo eso, no el tipo. Segundo, depende de que fin de semana. ¿El fin de semana que viene que iremos a la cabaña? Diablos sí, moriría."

Mierda, yo también. Nada nos separaría. "Bueno, espero que entonces no te metas en problemas cuando llegues a tu casa."

Cole me hizo cosquillas. "Nunca me meto en problemas, siempre es Dylan. Y aunque mamá es aterradora, enfrentaría su ira con tal de verte."

Era tan lindo cuando quería intentar enfrentar a su mamá. "Oooooh, ¿entonces te escaparías? Eres un rebelde."

Cole me sonrió. "¿Qué sabes tú de ser rebelde, hija de jefe de policía?"

Tonto Cole, los hijos de policías tienden a ser rebeldes. "En realidad, mucho. Me escapé muchas veces porque era la hija del jefe de policía."

"¿Oh sí? ¿Metiste a muchos tipos en tu casa a escondidas?" Me retó.

¡Sí, claro! Mi papá me hubiera matado. Todavía me mataría. Miré alrededor para asegurarme que el Jefe Reinhart no me hubiera escuchado y regresé corriendo para golpear el brazo de Cole por asustarme. "No, no metí a tipos a escondidas. Ninguno se atrevía."

Besó mi cuello y se acercó a mí. Dios se sentía tan bien. "Yo me atrevería, Lils. Podrías meterme a escondidas cuando quisieras."

Eso era tan caliente. Hice un ruido y moví mis dedos por su cabello mientras él probaba mi piel. "Bueno, hemos establecido que eres un rebelde, así que es bueno que vayas contra la norma."

"Cualquier cosa por ti." Me aseguró y se ganó un beso. Sus brazos se envolvieron en mí y me perdí en él. Sentí que Cole se estaba excitando contra mi pierna y no pude evitar gemir. Mis piernas protestaron pero al resto no le importó. Podía tomarme ahora y no me importaría. Todavía nos faltaba hacerlo en la mesa, en la cocina y...

"Dios, tuvieron todo el día, ¿y aun siguen?" La voz irritada de Cami me cortó las ganas de querer frotarme contra Cole. ¿Estaba loca? ¿Qué creía que habíamos estado haciendo todo el día?

"¿Qué harías si fueras yo?" Le pregunté con una sonrisa.

Cami rio y asintió. "Buen punto. Les diría que siguiera, pero de verdad necesito comer algo, así que si quieren seguir vuelvan a tu habitación."

Cole sonrió y me movió un poquito para que no estuviera encima de su erección. "No, está bien, nos tomaremos un descanso."

"No parece como si lo estuvieran haciendo." Cami comentó antes de ir a la cocina. "¡Pizza! ¿Puedo comer un poco?"

"Por supuesto." Le dijimos.

Cami sacudió su cabeza. "Eso fue raro. Pero gracias."

Oh, hombre, tenía que contarle sobre Brandon y los celos de Cole. Era demasiado lindo para mí. "Nunca adivinarás quien nos trajo la pizza."

Cami puso la comida en el microondas para calentarla. "No lo sé. ¿Dylan? ¿Lo convertiste en un repartidor multimillonario?"

Cole rio. "Todavía no." Le dije. "Fue Chris." Cole hizo una mueca y reí ante su expresión.

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