Oficialmente había perdido la mente. ¿Dónde estaba Barb? Tenía que asegurarse que los hombres de bata blanca no me drogaran.
"Está pasando." Cerré mis ojos y los froté. "Estoy teniendo una crisis mental. He perdido la cabeza. Era cuestión de tiempo."
Él rio, con esa risa rica y feliz que había oído varias veces a través del teléfono antes de que todo se fuera a la mierda. Abrí mis ojos y él seguía ahí. "¿Es real?"
Él dio un paso hacia mí y comencé a pensar que tal vez no había perdido mi mente. De alguna manera, Cole estaba en mi habitación, observándome nerviosamente porque estaba actuando como una desquiciada. Su mano lentamente se acercó y quitó el cabello de mi rostro. Real. Santa mierda, él era real, sus manos estaban en mí. Sentí su toque hasta la punta de mis pies. Tener sus hermosos dedos en mí era mejor de lo que imaginaba.
"Hola, Lili."
Esa voz. La sentí por todo mi cuerpo y tomé aire, tocando mi mejilla donde habían estado sus dedos, sintiéndolos allí.
"De verdad estás aquí." Él asintió pero tenía que asegurarme. Coloqué mi mano en su pecho y Dios santo, se sentía duro y mi cuerpo comenzó a reaccionar, pero no. De alguna manera él estaba aquí pero teníamos muchas cosas de que hablar. Le di un golpecito a su pecho y él se mantuvo sólido. Tal vez estaba soñando. Sería hermoso si los últimos días hubieran sido una pesadilla.
"Esto no puede ser real. Estoy soñando, ¿verdad? Voy a despertarme en la mañana y todo va a apestar de nuevo."
Él puso su mano sobre la mía y ese sentimiento recorrió de nuevo mi cuerpo. Era como un nervio infinito pegado a la mano donde él tocaba. "De verdad espero que ese no sea el caso."
Okey. Entonces él estaba aquí. ¿Por qué estaba aquí? "¿Qué, por qué… qué estás haciendo aquí?" Le pregunté suavemente. Cada palabra dura resonaba en mi mente y mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas. Me empujó contra él y me envolvió su aroma masculino, limpio y quería respirarlo por siempre. Puse mis manos sobre su cintura y presioné mi cara contra su pecho. Él de verdad estaba aquí. Tal vez no me odiaba.
Sus manos frotaban mi espalda ligeramente y sentí algo moverse en mi cabello. ¿Me había besado? Tal vez de verdad era un sueño. Se sentía tan bien estar en sus brazos.
"Lili, bebé, por favor no llores. Creo que no puedo soportarlo." ¿Bebé? Lo miré y traté de no pensar en el hecho que me había llamado bebé de nuevo. Sus pulgares se movieron hacia mis mejillas y limpiaron las lágrimas que no podían dejar de detenerse. Era odioso porque él estaba aquí y no debería estar llorando por él. Pero él me estaba tocando y no quería que se detuviera, así que podía llorar para siempre.
"¿Podemos hablar?" Me preguntó, mirándome intensamente con esos hermosos ojos verdes. Quería perderme en ellos pero él tenía razón. Él había venido de lejos y teníamos que hablar.
Di un paso hacia atrás y limpié mis lágrimas. "Creo que deberíamos, ¿huh?" No creí que pudiera seguir mucho tiempo de pie así que me senté en mi cama. Él miró alrededor, pero le hice una señala para que se sentara a mi lado. Tal vez él no quería estar tan cerca, pero yo lo necesitaba, si él estaba dispuesto. Él no dudó, se sentó a mi lado e inmediatamente tomó mi mano. Intenté ignorar el zumbido que pasaba por mi cuerpo esta vez. Necesitaba concentrarme. Tal vez esta sería la única oportunidad que tuviéramos.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Era mejor empezar por lo grande.
"Mi hermano condujo hasta aquí." ¿Dylan estaba aquí? Barb se iba a morir. Miré alrededor para ver si de alguna forma me había perdido al gemelo. Cole rio y fue hermoso. "Él está consiguiendo una habitación en el hotel y comida y esas cosas. Tengo que llamarlo pronto."
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A través de un juego
FanfictionLili Reinhart estudiante de literatura enamorada de Cole Sprouse un actor un día empiezan a jugar Words With Friends donde comienza esta linda historia.....