A través de un juego

SORE

Llegué a Berlín, bebé. No puedo esperar a que estés aquí conmigo.

¡Finalmente! Respiré en alivio. Todavía no sabía por qué estaba tan nerviosa sobre este viaje. Supongo que era porque ahora él estaba todavía más lejos de mí. Si algo pasaba, me tomaría mucho tiempo llegar a él. Deseaba estar con él también. Ahora.

Me alegra que estés sano y salvo. ¡No puedo esperar a estar contigo!

"Llegaron." Les dije a Barb y Cami. Estábamos terminando de cenar cuando me llegó el mensaje de texto de Cole.

"¿Y no lo arrestaron a Dylan por contrabandear porno o algo así?" Preguntó Barb.

Reí. Solo Barb podía hacerme reír cuando lo único que quería era llorar. "Si pasó, Cole no lo mencionó."

"Bueno, eso está bien, aunque tendría que haberse contactado conmigo ahora. Imbécil." Barb mordió su taco ruidosamente. Habíamos hecho una noche mexicana hoy y estaba excelente.

"Basta de Heineken. ¡Es tiempo de la cosa buena!" Cami bailó en la cocina y volvió con una botella de Cristal.

"Eso no combina con lo mexicano." Le dije, riendo mientras ella me ignoraba y servía.

"Terminamos de cenar, ahora brindaremos por el final de otra semana. ¡La recta final ha comenzado!" Barb y yo chocamos nuestras copas con ella y bebimos. ¿Por qué diablos no? Una semana menos para que Cole y yo estuviéramos juntos. Eso era algo para celebrar.

"¿Así que, que te dijo DILF?" Preguntó Barb, sus ojos color lavanda brillando.

"No estaba muy feliz sobre el último reporte de TMZ." Eso hizo que todas riéramos. "Pero tal vez eso lo detendrá en su investigación de Cole."

"¡Dyl está en un gran lío! No puedo esperar. Tal vez yo no tenga que lastimar su culo. Su madre probablemente se encargó de eso. O papi oficial caliente lo hará." Ella me guiñó un ojo.

Sacudí mi cabeza. "Estaba más enojado con la reacción de mamá más que nada." Reí cuando recordé el enojo en su tono de voz. "Pero creo que la posible cita de treinta y cinco años hizo que Cole quedara mejor."

"Sin duda. Todavía quiero encontrar a ese tipo y a tu madre." Gruñó Barb tomando su champagne.

"Nah, déjala que se divierta. De todas maneras no la quiero aquí."

"Claro que no. Estaremos con la señora Sprouse." Decidió Barb. Su teléfono sonó y ella se puso de pie enseguida. "¡Ese es mi hombre! ¡Nos vemos más tarde!"

Y se fue. Cami rio. "Nunca he visto a Barb moverse así por un hombre."

"Lo sé. Es bastante increíble."

"Sí, estoy feliz por ella. Está un poco más suelta, aunque sigue siendo una perra aterradora."

Sonreí. "Lo es." Miramos un rato la TV y luché las ganas de llamar a Cole. Ya era bastante tarde allí. Esperaba que estuviera durmiendo. Pero lo extrañaba demasiado.

Mi teléfono sonó un poco más tarde y Cami me dio un codazo. "Ve a hablar con tu hombre. Nos vemos más tarde."

No fue necesario que me lo dijera dos veces. Atendí en cuanto llegué a mi habitación. "¿Cole? ¡Hola!" No pude evitar la alegría en mi voz.

"Hola, sexy. Te extraño." Yo sexy, ha. Él era sexy. Demasiado sexy.

"Yo también te extraño. ¿No son las cinco de la mañana por allí?" Amaba que me llamara pero iba a estar demasiado cansado.

"Sí, pero sabes que todavía sigo en el horario del Pacífico. Todavía no puedo dormir."

Buen punto. "Tampoco puede Dylan. Llamó a Barb hace media hora."