Avoiding Words

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Barb estaba rara. La observé jugar con su tenedor mientras esperábamos que nos sirvieran nuestro almuerzo. "¿Qué te pasa?"

Finalmente ella me miró. "¿Qué quieres decir?"

"Estás nerviosa o algo. ¿Por qué puedes estar nerviosa por algo?"

Sus ojos violáceos sin culpa me miraron. "No lo sé. Tú dime."

"Estás rara."

"No lo estoy. Sólo estoy pensando todo de nuevo."

Suspiré. "Somos dos." Mi ducha había apestado. Me había acordado de mi charla con Cole sobre el sexo en la ducha y había llorado un poco más. Había tardado un buen tiempo en prepararme, pero Barb no se había quejado. Supongo que me estaba consolando por tener el corazón roto.

Ella suspiró. "Sólo pienso que tal vez te apresuraste a sacar conclusiones y en realidad él no está con Haley. Ellos hicieron hace poco una película juntos, ¿verdad? Tal vez son amigos."

¿Por qué estaba intentando darme esperanza donde no la había? "Sí, lo hicieron. Pero eso fue hace casi un año. Él nunca la ha mencionado."

Barb suspiró. "¿Y tú mencionas a la gente con quien fuiste al colegio además de Camila? ¿Sigues viéndolos cuando regresas a casa, verdad?"

"Débil Barb, muy débil."

"Sólo digo que no puedes conocer a todas sus amistades. ¿Alguna vez te mencionó alguno de sus amigos?"

¿Lo había hecho? No lo creo. "No. Él habló sobre su familia y un poco sobre sus compañeros de trabajo." Me reí amargamente. "Compañeros de trabajo como Haley, supongo. E Irina, por supuesto."

Nuestra comida llegó y Barb le puso un poco de kétchup a sus papas fritas. Miré a mi hamburguesa con queso y papas fritas con poco interés. Ella me miró y comenzó a comer. No necesitaba que también me diera un sermón sobre la comida.

"Bueno, tal vez hay una razón por la que no lo ha hecho."

"Sí, porque se estaba acostando con todas ellas." Le contesté amargamente. "¿Por qué arruinar nuestra pequeña fantasía con una dosis de la realidad? Yo sólo fui una chica con quien él se estaba divirtiendo y tal vez vendría a cogerme, pero eso hubiera sido todo lo que recibiría. Debería estar muy agradecida con todo lo que recibí."

"No creo eso." Barb respondió con vehemencia. "Y creo que estás intentando creerte eso, pero no lo haces, ¿verdad?"

Sí. No. No lo sé. Era más fácil creer eso que creer que todo fue real y lo eché a perder por mi temperamento. "No sé que creer. Ya no importa ahora."

Ella estiró su brazo sobre la mesa y tomó mi mano. "Por supuesto que importa."

Fue demasiado. "Barb, de verdad no quiero hablar más sobre esto. Pensé que íbamos a salir para olvidarme de él." Entrecerré mis ojos. "Y tú estabas enojada con él antes de que yo entrara a la ducha. ¿Por qué no lo estás ahora?"

Sus ojos se agrandaron. "Estoy enojada con él. Cuando me des permiso, iré a California a patearle su culo." Hice una cara mala pero no dije nada. Ella sonrió. "Ves, tú no quieres que lo haga porque lo amas y no quieres que lo hieran."

A través de un juego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora