Si estaba soñando, no quería despertar. Estaba acurrucada en mi cama con Cole, el tipo que me había gustado por años. Estas cosas no pasaban en la vida real, aun así, pasó en la mía. Era su pecho sexy y descubierto, que hacían de almohada a mi cabeza y sus dedos legendarios que pasaban por mi cabello hasta mi espalda. ¿Era demasiado temprano para desearlo de nuevo? Me moví más cerca de él y sus manos descansaron en mi culo. Me reí ya que sus acciones hacían eco de mis pensamientos.
"Tienes sólo una cosa en mente." Le informé, moviéndome para poder observar su hermoso rostro. Nunca me cansaba de mirarlo.
"Eso dice la chica que empezó a jugar Scrabble sucio." Me dijo con una sonrisa.
Sí, había hecho eso. No podía estar más orgullosa. "Es algo nuestro."
Él rio. "Lo es. Me gusta."
"A mi también. ¿Cómo están tus brazos?"
Los flexionó y luché por no babearme. Todo de él era sexy. Era tan equivocado pero no iba a quejarme. Era todo mío. "Me duelen un poco, pero valió la pena totalmente."
Por supuesto que sí. "Yo digo."
Sus labios rozaron los míos. "Creo que deberíamos ducharnos más tarde."
¿Otra ducha? Sí, por favor. Pero no quería que se lastimara. Tenía más usos para él. No podría aguantar otra herida. Aunque podría aguantar otra cosa. Oh, sí… maldición, concéntrate. "Creí que estabas lastimado."
Cole parpadeó mirándome inocentemente. "Tal vez quería una ducha normal, pervertida."
¿Lo había oído mal? "Oh, okey, bueno…"
Él rio y se puso encima de mí. "Estaba bromeando, bebé." Mordió mi mentón suavemente. "No tengo por qué levantarte, sabes."
¿No? Eso era interesante. Moví mis manos por su suave y desnuda espalda. "Oh, ¿en serio?"
"Sí, en serio. Estaba pensando que podrías poner tus manos sobre la pared y tomarte por detrás…" Gah. Sí. Haz eso. ¿Qué te parece ahora? No, ahora no. Cálmate, Lili.
Lamí mis labios porque sabía lo que causaba eso en él. "Creo que eso suena muy bien."
"¿Bien?" Preguntó, sonando ofendido. Hice lo mejor que pude para contener mi seriedad y asentí. Él comenzó a hacerme cosquillas y chillé. Intenté zafarme pero me tenía acorralada y hola, estaba excitado de nuevo. Dios bendiga a este hombre con energía. Esto era tan nuevo para mí. Me encantaba. No me encantaba que me hicieran cosquillas pero no me importaba hacerlas.
"¿Adecuado?" Sugerí, mientras la risa me ganaba.
"Te mostraré adecuado." La próxima cosa que supe, me estaba besando e intentando quitarme la remera. Estaba mojada y gemía, porque, sí, lo deseaba de nuevo. Se alejó de mí lo suficiente para quitarme la remera y volvió a besarme. Quité sus boxers y ahí estaba, duro y listo como yo.
Estuvo dentro de mí luego de que quité sus boxers. Tuve que aguantarme para no acabar en ese instante, porque estaba lista para hacerlo.
"¿Adecuado?" Él gruñó, dándome una dura estocada.
"¿Quieres mediarlo?" Amaba su reacción a mis palabras. Sus ojos se oscurecieron ante mis palabras y me cogió más fuerte. Levantó mi culo para penetrarme más fuerte y… ¿qué mierda? ¿Acababa de darme una nalgada? Escuché el sonido antes de sentir un pequeño ardor en mi nalga izquierda. Oh, por Dios. ¿Quién iba a decir? En serio, ¿quién diría que las nalgadas se sentían tan bien? ¿Barb lo sabía? Por supuesto que sí. Eso explicaba el traje de dominatrix. Dios. Quería que lo hiciera de nuevo. ¿Eso me hacía una rara? ¿Qué sería lo próximo, los látigos y las cadenas? ¡No soy Rihanna! Mierda, lo quería de nuevo. Sería Rihanna. Sin cadenas.
Cole me estaba observando nerviosamente. ¿De verdad creía que estaba enojada? Quiero decir, estaba un poco perturbada al descubrir que era una rara, pero era algo bueno, creo. "Lils, yo…"
"Hazlo de nuevo." Demandé. Necesitaba saber si se sentía tan bien la segunda vez. Observé mientras me daba una nalgada en la otra nalga y, sí, lo era. Mi modo porno estaba encendido y no había marcha atrás.
"Joder." Logré decir, levantando mis caderas hacia él, para que me cogiera más fuerte y, maldición, sí, hazlo de nuevo. Una vez más y acabaría. "De nuevo." Golpeó mi nalga izquierda y sí, se sentía tan bien que perdí el control de mi cuerpo. Una verga dura, un cuerpo sexy y un culo rojo y estaba perdida. Acabé fuerte, gritando su nombre. Él dijo el mío y colapsó encima de mi cuerpo.
"Mierda." Fue todo lo que pude decir. Eso había sido… por Dios. Salió de mí y me abrazó.
"¿Estás bien? ¿No te lastimé, verdad?" Era tan dulce, tan preocupado y sus manos se sentían tan bien contra mi culo. Se sentía un poco de ardor, pero definitivamente nada de dolor.
"Por supuesto que estoy bien. Sólo que me sorprendiste y te sentías tan bien en mí y…" Tuve que sonreírle. "Fue más que adecuado."
Él rio y me besó. "Me asustaste. Debería no hacerlo más."
Como si pudiera. Tal vez no conocería todo de él, pero sí sabía que él me deseaba tanto como yo a él. "Supongo que me ducharé sola luego." Provocarlo un poquito no le dolería. Su rostro no tenía precio. Estaba haciendo un puchero y era adorable. Tenía que sacarlo de su miseria. "Estoy bromeando, bebé. Pero creo que si lo vamos a hacer de nuevo, necesitamos combustible. Las donas no nos servirán."
Él asintió. "Sí, puedo comer."
No pude resistir quitarle el cabello de sus ojos. "Bueno, puedo cocinar o podemos ordenar."
"Ordenar. No quiero hacerte cocinar."
Dulce chico. ¿No sabes que me encantaría cocinar para ti? ¿Qué teníamos? No mucho. "En realidad, me encantaría, pero hoy fue el día de hacer las compras y obviamente no fui a la tienda."
Besó mi mejilla. "Puedes cocinar para mí en otra ocasión, bebé. Aunque no te dejaré ir para que me cocines."
¿Qué genial era oír eso? No quería dejar de tocarme. El sentimiento era mutuo. "Puedo cocinar para ti en la cabaña. Necesitamos llevar comida con nosotros, ¿verdad?"
Me sonrió. "En realidad, iba a comprar un barril de manzanas para llevar."
Dios, amaba como funcionaba su mente, pero las manzanas envejecían luego de una semana. Golpeé suavemente su pecho. "Eres incorregible."
"Y te gusto de todas maneras." Me dijo antes de besarme.
"Sí." Más que me gustas, Cole. Mucho más. "¿Quieres pizza?"
"Sí. Soy fácil."
Claro que sí. "Sé que lo eres." Eso me llevó a otra nalgada de su parte, y sí, me calentó. Era una zorra por él. "¿Qué? ¿Estoy equivocada?"
"Sólo soy fácil para ti, bebé." Y más vale que sigas así.
"Bien, me gusta de esa manera." Teníamos que estar al mismo nivel.
"A mi también, Lils. A mi también."
"Bueno, fácil, anótame una ducha para más tarde." Me levanté y coloqué mi otro par bueno de ropa interior. De verdad necesitaba ir de compras. Hizo un sonido raro y sonreí mientras colocaba mis shorts de gimnasia, que por supuesto había usado sólo una vez para ir al gimnasio. El ejercicio no era lo mío. Me coloqué una remera de Cleveland que le había robado a mi padre en mi última visita a casa. Cole se levantó y se puso algo de ropa, lo cual era una lástima pero no podía tener al tipo o chica de la pizza mirando el cuerpo perfecto de mi hombre, así que tenía que aguantarme, por ahora.
"¿Qué te gusta en tu pizza?" Quería encargar ahora antes de que perdiera el rumbo de nuevo. No iba a ser duro. Duro. Maldición, aquí vamos de nuevo.
Colocó su billetera y su teléfono en sus jeans. Espero que no pensara que iba a pagar. "Cualquier cosa menos pimientos. Y prefiero que sea fina, pero comeré lo que te gusta."
Y coincidíamos también en los gustos de las pizzas. Realmente era el hombre perfecto. "Coincido contigo en ambas cosas. Y sin cebolla tampoco. Quiero besarte."
Rio y me llevó contra su pecho. "Me besarías con aliento a cebollas incluido." Sus labios trabajaban mágicamente en mi cuello y reí entrecortadamente.
"Sí. Bueno, yo también soy fácil para ti. Tenemos suerte en eso." Tanta suerte.
"Antonio's. ¿Puedo tomar tu pedido?" Una voz masculina joven preguntó.
"Me gustaría una pizza grande suprema fina, con extra queso, sin pimientos ni cebolla." Cole mordió mi cuello y luché por alejarme de él pero me sostenía con fuerza.
"Serán $16.32 incluido los impuestos y el delivery. ¿Sigues en Fox Woods Apartments?"
"Sí. Okey. Gracias." Logré decir antes de terminar la llamada y mirar a Cole. "Eres una distracción."
"Te gusta." Me informó. Este hombre podía leerme como un libro. Lo llevé a la sala. Necesitábamos pasar tiempo tranquilos antes de que pudiera saltarle arriba. Encendí la TV y lo llevé hacia el sofá.
"¿Quieres mirar otra película mientras esperamos?" Le pregunté.
"Seguro." Respondió, observando nuestras películas. "Eres una fan loca y acosadora." Me dijo, señalando a la colección de películas de Cole Sprouse que había en el estante. Imbécil. Golpeé el culo del imbécil y él rio y me agarró antes de que pudiera huir. "Estoy bromeando, bebé." Me dijo con una dulce sonrisa.
"Humph. Deberías estar honrado. Te ayudo a pagar tu salario." ¿Qué? Había gastado un montón de dinero trabajado, okey papá me había dado el dinero.
Él largó una risotada. "De verdad lo aprecio, cariño." Besó mi cabeza y revisó mis películas. "¿Qué te parece Iron Man?" ¿RDJ? Sí, no está mal. Lo saqué y lo puse en el reproductor de DVD. Sus manos fueron a mi culo y les pegué. ¿Qué le pasaba a sus manos? No era que me estuviera quejando, siempre y cuando no saliera el tema del mail. Moriría de vergüenza.
"¡Eres malo!" Le dije, alejándome de él antes de que me excitara de nuevo, okey, más excitada. "¿Quieres algo de beber?"
"¿Tienes cerveza?" Me preguntó.
Pregunta tonta. "Hola, somos chicas universitarias. Por supuesto que tenemos cerveza."
Él rio. "Me corrijo. ¿Tienes buena cerveza?"
Que demandante. Fui a la cocina y tomé una botella de Heineken. "¿Esto te sirve, niño rico?"
"Sí, eso sirve." Me dijo riendo. Usé el destapador para abrir las botellas y las llevé hacia el sofá. Me senté y lo miré mal mientras se acercaba a mí. "Estaba bromeando, bebé. Tomaré lo que tengas."
Era tan lindo. "Lo sé, sólo quería llamarte niño rico."
Sonrió y envolvió sus brazos a mi alrededor. "Está bien, chica universitaria. Tenemos nuestros apodos."
Estaba loco. "No es como si fuera una chica de un colegio católico."
Su sonrisa se ensanchó. "Oh, pero lo eres en alguna de mis fantasías."
Mmmm, eso era una idea interesante. Falda lisa, camisa blanca… tendría que hablar con Barb. Coloqué mi pierna derecha encima de su izquierda y él puso su botella encima de mi rodilla. ¡Maldición, estaba fría! "¡Eso está frio! Y eres un pervertido." Para tu suerte, yo también lo soy.
"Te gusta mi perversión." Me dijo. "Hablando de pervertidos, no hemos sabido nada de Dylan y Barb, ¿verdad?"
No. Esperaba que los dos siguieran con vida. Cole sacó su teléfono y rio. "Tal vez sí." Tocó un botón y rio antes de mostrármelo.
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A través de un juego
FanfictionLili Reinhart estudiante de literatura enamorada de Cole Sprouse un actor un día empiezan a jugar Words With Friends donde comienza esta linda historia.....