Derek
—¿Tú me olvidaste? —me pregunta Cassie con un tono de sorpresa en su voz.
—Por supuesto —digo sin vacilar, arrepintiéndome al instante. Ella traga saliva pero disimula —¿Tú me olvidaste a mí? —le pregunto, fingiendo poco interés. Sé su respuesta. Por supuesto que me ha olvidado, estoy seguro de que Adam era infinitamente mejor que yo.
—Claro que te olvidé —dice despreocupadamente.
—No te creo —le digo rápidamente, sonriendo. Ella me sonríe también pero no es una sonrisa dulce, hay algo de malicia en ella. La conozco demasiado bien. Mientras habla me pierdo en esos labios carnosos que llevan un poco de brillo sobre ellos. Cuando reacciono ella está muy cerca de mí y rápidamente pega sus labios a los míos. Puedo sentir mi desesperación en ese beso, incluso puedo sentir la de ella. Es como nuestro primer beso, tiene el mismo sabor a prohibido para mí, así que hago un intento por separarla de mí pero en vez de eso, lo único que logro es que ella me bese con más fuerza. Me rindo por fin y le regreso el beso con la misma intensidad. Mis labios por fin están en el lugar correcto después de tanto tiempo. Tomo su rostro con ambas manos y las suyas acarician mi cabello. Esto es perfecto, como si el último par de años jamás hubiese existido, como si sólo hubiese sido un mal sueño del que por fin he podido despertar.
Una de mis manos baja de su nuca, acariciándole suavemente la espalda, llegando hasta su cintura y bajando hasta su pierna. Nuestras respiraciones son agitadas, siento el corazón latiendo a mil, como aquella noche en la que nuestra madre estuvo a punto de encontrarnos en el baño. Siento su cuerpo estremecerse y añade más fuerza al beso, al que respondo gustoso, saboreando sus labios, sintiendo su aliento. De pronto siento la necesidad de respirar, así que me alejo un poco para tomar aire fresco. La miro por un segundo, ella está mirándome también. Me acerco de nuevo para continuar el beso pero repentinamente ella se echa para atrás, evadiéndome.
Se levanta del sofá y se aleja lo más que puede de mí. La miro con algo de asombro, mientras trato de recuperar el aliento, quiero que me explique qué diablos está pasando. Sé que ella nota mi confusión pues de nuevo tiene esa sonrisa malvada en su rostro, es apenas una ligera curvatura, pero sonríe —¿Lo ves? —Me dice mientras se pasa el dorso de su mano por la boca —Estás completamente superado, hermano.
No sé si es el alargamiento innecesario de la última palabra o su acción o esa estúpida sonrisa burlona que tiene dibujada en el rostro mientras me mira, pero me duele. Me duele en lo más profundo de mí ser. La miro fijamente, luchando contra el inmenso nudo que se ha formado en mi garganta, tratando de contener las lágrimas. Sólo pienso que jamás me había sentido tan miserable en toda mi existencia y si Cassie fuera un chico ya le habría partido la cara. Eso es, no reconocía el sentimiento porque jamás lo había sentido hacia ella, nunca realmente del modo en que lo siento ahora, pero estoy enojado, más que enojado con ella. Jamás me esperé algo así de su parte.
Hago de mi mano un puño, estoy paralizado y enmudecido por esto que siento. La escucho murmurar algo, seguido de un “Buenas noches” que no respondo porque sigo sin encontrar mi voz y porque ella se marcha rumbo a su habitación, a paso lento, pavoneándose por lo que acaba de hacer. La observo atónito desde el sofá hasta que cierra la puerta de su cuarto y es entonces que las lágrimas brotan.
No sólo es el hecho de que me ha superado, eso es algo que supe desde el principio, sino lo que más me afecta es saber que ella ya no es mi Cassie. Ya no es aquella chica dulce de la que me enamoré y el único culpable soy yo mismo por haber permitido que todo aquello pasara, por ceder a su beso esta noche cuando me prometí a mí mismo que estaría a su lado solamente como su hermano.
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Keep Me Safe - Keep Me #2
RomansaHan pasado ya dos años desde que Derek se fue y Cass ahora es quién huye a Roma después de perder a alguien muy querido. Un nuevo inicio. Y un nuevo peligro. Al llegar a su nuevo hogar Cassandra tiene que enfrentarse a un doloroso reencuentro ade...