Capítulo 4, Parte 3 -Cass POV

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—¿Cass estas aquí?— la voz de Derek suena estruendosa después de tanto silencio. Yo aún estoy en el suelo del baño mirando hacia nada en particular, mi cuerpo está algo entumecido pero aun así no sé si solo pasaron minutos u horas. —¡¿Cass?!

Trato de abrir la boca pero no encuentro mis labios. Finalmente entra en el baño y cuando me ve la sorpresa y la preocupación inunda sus ojos.

—Cassandra— susurra arrodillándose frente a mí, toma mi rostro entre sus cálidas manos y cepilla el cabello que está sobre mi rostro. —Cassie, ¿qué sucede?

Lo miro sin poder hablar, sin saber cómo explicarle, simplemente me limito a contemplarlo con el miedo pintado en mi pálido rostro. Mis manos están cerradas en puños sobre mis piernas, las tengo tan apretadas que las uñas ya han cortado mi palma, Derek las toma y limpia las pequeñas gotitas de sangre con uno de sus dedos.

—Cass…—comienza de nuevo pero lo aparto, no puedo pensar en nada excepto que mi boca tiene un sabor terrible, además que las náuseas siguen atacando mi estómago ahora vacío. Me pongo de pie y camino hasta el lavamanos tomo mi cepillo de dientes y después de untarle pasta cepillo mis dientes casi con violencia. Arriba, abajo, a un lado, al otro, mi cabeza solo puede procesar ordenes sencillas, sé que si pienso un poco más me pondré a gritar histéricamente.

Derek me quita el cepillo después de que he lavado mis dientes por tercera vez y empiezo a escupir sangre. Enjuago mi boca y después solo contemplo mi reflejo en el espejo que esta frente a mí, puedo ver lo pálida que estoy, las ojeras que evidencian lo poco que he dormido últimamente parecen moradas contra mi piel pálida.

Derek pone sus dos manos sobre mis hombros y los aprieta ligeramente. Cierro los ojos, detrás de mis parpados aparecen esas horribles imágenes que se encuentran esparcidas en la mesa, pero con Derek conmigo no me dan ganas de gritar… demasiado.

—Lo siento— murmuro, mi voz apenas se puede escuchar pero el silencio en nuestro departamento es sepulcral, incluso creo que puedo escuchar el sonido algo acelerado de su corazón, o probablemente es el mío. Alzo una mano y acaricio una de las manos de Derek que están aún sobre mis hombros, sé que tiemblo por lo que mejor me aparto.

—¿Por qué te disculpas?— pregunta mirando mi reflejo en el espejo, yo tengo la mirada baja pero puedo ver la tensión de sus músculos, no saber que pasa lo comienza a frustrar, así siempre ha sido él. Cuando no respondo frunce el ceño y me sacude ligeramente. —¿Cass?

Cierro los ojos fuertemente por un segundo y después me doy la vuelta, trato que esta vez no sea como la anterior que lo tomé por sorpresa, pero aun así él no lo ve venir. Apenas y alcanzo a ver la sorpresa en sus ojos antes de que cierre los míos y lo bese. Aprieto mis labios contra los suyos mientras tomo su rostro entre mis manos como si con eso pudiera sentirlo más cerca. Derek me regresa el beso solo por un segundo pero me aleja demasiado rápido.

—Cass,— dice con voz ronca, sus ojos están fuertemente cerrados y puedo ver cómo pasa saliva de forma angustiante. —No.

Suelto un suave resoplido y lo intento nuevamente, esta vez abrazándome fuerte de su cuello para que no pueda alejarse de mi tan fácil. —Por favor— murmuro y le doy un suave beso. —Lo siento, lo siento tanto.

Cass— susurra de nuevo echando su cabeza ligeramente hacia atrás. Pero yo no lo dejo escapar, me abrazo fuerte a él y continuo dando pequeños besos mientras murmuro "lo siento". Puedo sentir la respiración agitada de Derek y estoy a punto de rendirme cuando finalmente me regresa el abrazo y me besa.

No es un beso desesperado o exigente como aquel que ocurrió hace mucho tiempo atrás, simplemente es como si estuviera dándome las fuerzas que necesitaba, como si estuviera tan cansado de estar alejado de mí como yo lo estoy por estar lejos de él.

—Cassie— susurra separando sus labios de los míos, besando mi nariz y luego mi mejilla, —¿Que está pasando?

En ese momento ya estamos ambos en el sofá, él sigue abrazándome fuertemente y yo estoy sentada sobre sus rodillas pero mirándolo de frente, bajo mi cabeza y la entierro en el hueco de su cuello soltando ligeramente mi cálida respiración sobre su piel. Me siento segura, como si con él no tuviera nada que temer a pesar de la clara amenaza que está esperándome en la mesa del comedor.

—Cass, dime por favor— murmura tomando mi rostro con una de sus manos dándome una mirada que pretende ser valiente. Suspiro y me alejo sentándome a su lado.

—Mira lo que está sobre la mesa— mascullo poniendo mis manos sobre mi rostro ocultándolo.  Él me mira confundido por un segundo y después se levanta caminando rápidamente hacia la mesa, yo me pongo de pie y lo alcanzo caminando un tanto más lento.

Puedo escuchar su jadeo al ver lo mismo que yo vi hace unas horas, no veo su expresión pero sus hombros están tensos, una de sus manos se estira hasta tomar una de las notas, no alcanzo a ver cuál es pues estoy lo suficientemente alejada como para no contemplar el horror que está ahí.

Toma un gran trago de aire y arruga con molestia el papel que sostiene en su mano. Lentamente se gira hacia mí y me alcanza abrazándome fuertemente. Nos quedamos así por un largo rato, ninguno de los dos se anima a decir nada, yo no me atrevo a decir que estoy condenada y él no se atreve a decir que estoy en lo cierto.

—¿Es esto lo que te ha tenido tan preocupada últimamente?— pregunta a mi oído sin soltar nuestro abrazo, yo me tenso un poco pues me doy cuenta que no pude ocultar tan bien mi angustia estas últimas semanas, por lo que me limito a asentir débilmente.

—Cassie— murmura y aprieta su abrazo un segundo antes de soltarme. —No te pasará nada, lo prometo. Voy a cuidarte.

Me rio, una risa seca y sin alegría. —Derek eso es lo que no quería, no quiero meterte en más problemas. ¿Recuerdas lo que me dijiste hace dos años justo antes de irte?— él aprieta los labios en una firme línea y me mira serio por lo que continuo, —Dijiste que causaba muchos problemas, que esa era la razón por la que...

Me callo y miro hacia otro lado intentando ignorar ese dolor palpitante en mi pecho, odiaba recordar aquella tarde, pero era necesario, era necesario recordarle a Derek por qué debería estar a kilómetros de mí.

—Estaba mintiendo— dice inclinándose para darme un beso en la frente— Puedo explicarlo pero este no es el momento—. Me mira de nuevo y me regala una sonrisa amplia y sincera. —Tenemos que distraerte un poco así que, ¿qué te apetece hacer?

Un ligero rubor colorea mis mejillas al pensar en algunas posibilidades pero me decido por la más inofensiva.

—¿Podemos ver una película?

Derek sigue teniéndome fuertemente abrazada mientras nos encontramos en el sofá mirando hacia el televisor, yo no pongo mucha atención, de vez en cuando mis ojos vuelan hasta la mesa donde se pueden ver las fotos ahí esparcidas aunque afortunadamente las imágenes no son visibles a esta distancia. Intento pensar frenéticamente en una solución para ponerle fin a ese enfermo juego pero me faltan piezas, me siento frustrada. Es como jugar un juego increíblemente difícil sin conocer las reglas, saldría perdiendo pero debía haber una solución. Lentamente el cansancio me va venciendo y quedo inconsciente entre los brazos de Derek.

Keep Me Safe - Keep Me #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora