He esperado durante horas en una habitación con un espejo gigante frente a mí, -de esos que muestran en las películas donde del otro lado hay un montón de policías observándote- con las manos esposadas a la mesa. Estoy aquí porque los agentes que fueron a verme esta mañana encontraron las fotos de las mujeres que han sido asesinadas por ese loco que recibió Cassie y porque muchos testigos vieron a Laura abordar el auto que conduzco la misma noche en que desapareció, creen que yo soy el responsable de todo eso porque los agentes no me dejaron explicarles nada y aún no han tomado mi declaración, con todo esto, en lo único que puedo pensar es que no estaré a tiempo para recoger a Cassie y ella estará expuesta para que el asesino pueda cumplir su amenaza. El pensamiento me produce escalofríos.
La puerta de aquella habitación se abre de forma estruendosa y aparece una mujer de larga cabellera negra, amarrada en una coleta, piel morena, de andar sensual y fuerte presencia; deja caer una carpeta en la mesa y se sienta frente a mí, sin quitarme la vista de encima, su mirada es fría y penetrante. Sé que está analizándome.
—Soy la Agente Camilla Bianchi del departamento de homicidios, estoy aquí para hacerle unas cuantas preguntas sobre los asesinatos de las chicas...
—Yo no lo hice —la interrumpo —traté de explicárselo a sus compañeros pero no me dejaron hablar.
Bianchi suspira, saca la pluma del bolsillo interior de su saco y abre la carpeta.
—Muy bien, ¿Cómo explica todas esas fotografías de todas las víctimas que fueron encontradas en su departamento?
—Llegaron en un sobre dirigido a mi hermana, Cassandra Grey. —Odiaba tener que meter a Cass en esto pero tal vez la protección de la policía no le caería nada mal —Ha estado recibiendo mensajes amenazantes desde hace semanas.
—¿Desde hace semanas? ¿Por qué no acudieron de inmediato con nosotros?
—Mi hermana es muy reservada, —le explico —apenas me he enterado de esta situación ayer por la noche, cuando la encontré en medio de una crisis nerviosa después de haber visto esas fotografías.
—¿Tiene alguna idea de quien pueda estar mandando estos mensajes a su hermana, señor Grey?
—No.
—¿Qué tipo de relación tenía usted con la señorita Conti?
Ruedo los ojos.
—Ya se lo he explicado a los agentes Messina y Bellini.
—¿Podría explicármelo a mí, señor Grey?
—Laura y yo salimos un par de veces, la última vez que la vi fue precisamente el día en que dicen que desapareció.
—¿Cómo se conocieron?
—Hace unos meses, un bar —checo la hora en el reloj que está frente a mí, colgado en la pared, Bianchi se da cuenta de esto.
—¿Tiene alguna reunión pronto señor Grey?
Aprieto la mandíbula ante el comentario lleno de sarcasmo de la agente.
—Mi hermana está por salir de clases y debo ir a recogerla y ya que no tiene ninguna prueba en mi contra para seguir reteniéndome contra de mi voluntad y en vista de que no se me ha proporcionado abogado alguno que esté acompañándome durante mi declaración, ni me han permitido realizar ninguna llamada le exijo que me libere en este momento si no quiere enfrentarse a una queja con Derechos Humanos por esta detención arbitraria, ya que los agentes entraron a mi departamento sin mi autorización y sin una orden de registro.
La agente se tensa tratando de ocultar su nerviosismo y se deja caer sus brazos, que hasta ese momento han estado cruzados.
—Muy bien, —dice mientras busca algo en el bolsillo derecho de su saco —sólo le pedimos que no intente abandonar la ciudad hasta en tanto se resuelva el caso. —Del bolsillo saca unas llaves pequeñas con las que abre las esposas —Es todo por el momento, señor Grey —me dedica una sonrisa fingida —puede irse.
Es demasiado tarde para regresar a casa por el auto así que decido tomar un taxi que va pasando. Una vez dentro del taxi, tomo mi celular y marco el número de Cassie para avisarle que voy retrasado y no se preocupe. Primer timbrazo. Recuerdo el rostro de Bianchi, estoy seguro que no creyó que supiera mis derechos. Segundo timbrazo. Las series de televisión policíacas son educativas también. Tercer timbrazo. Cassie no atiende. Le pido al conductor que aumente un poco la velocidad y vuelvo a intentar comunicarme con Cass, esta vez espero hasta el quinto timbrazo pero ella sigue sin atender. Trato de no alterarme pensando que debe estar en la última clase y por eso no ha podido atender. Eso debe ser lo que pasa, aún faltan cinco minutos para que termine la clase pero aún estamos muy lejos de llegar a la escuela y el tráfico no está ayudando en lo absoluto. Decido dejarle un mensaje en el buzón de voz, así podrá escucharlo en cuanto salga.
Veinte minutos después de la hora de salida estoy frente a la puerta de la escuela, justo donde dejé a Cassie esta mañana y donde le pedí que me esperara en ese mensaje que le dejé en el buzón de voz, pero ella no está y sigue sin responder su teléfono. Pregunto por ella a algunos chicos que he identificado como compañeros suyos y que siguen en la escuela, nadie recuerda haberla visto hoy en clases, pero Cassie nunca haría, es algo nerd y no le gusta saltarse las clases, aun cuando esté enferma no veo razón alguna para que comience a hacerlo. Tal vez, esta vez el miedo pudo más y decidió ir a casa... Pero yo no estaba ahí.
Le pido al conductor del taxi me lleve a casa y recorremos el camino en poco tiempo. Al llegar al departamento no la encuentro ahí, no está en la sala, no está en el baño, no está en su habitación, no responde mis llamadas y yo siento que me estoy desmoronando.
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Keep Me Safe - Keep Me #2
RomanceHan pasado ya dos años desde que Derek se fue y Cass ahora es quién huye a Roma después de perder a alguien muy querido. Un nuevo inicio. Y un nuevo peligro. Al llegar a su nuevo hogar Cassandra tiene que enfrentarse a un doloroso reencuentro ade...