Capítulo 3

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Reencuentro.

Aileen.

Estoy sentada frente a él, con el corazón en la mano, no puedo evitar sentir temor, me estoy ahogando,  muriendo de pánico.

Llegar a mi casa y encontrarlo con Lucienna, es la sensación más intensa del mundo.

Respiro hondo y trato de parecer serena cuando Leah se lleva adentro de la casa a mi hija.

Agradezco al cielo, que desde que mi bebé comenzó a hablar, tuve que explicarle que no debía confiar en extraños, y que cuando un desconocido estuviera frente a nosotros, me llamara Leen.

Durante cinco años he mantenido a mi hija lejos de las cámaras y la vida pública, no quiero exponerla. Cuando crezca ella podrá decidir qué hacer, mientras tanto he hecho mi esfuerzo más grande por mantenerla lejos del foco de cualquiera.

—¿Así que esta es tu casa? —Pregunta sacándome de mis pensamientos.

—¿Cómo entraste? Esta zona es privada.

Hace cuatro años papá construyó esta propiedad para mi hija y para mí. Una zona privada, lejana de todo lo que le afecta a mi hija. Este lugar es un ambiente puro lleno de naturaleza, arena y mar.

Cuando Lucienna cumplió un año, su especialista le descubrió una enfermedad extraña, la cual afecta su piel extremadamente delicada

La contaminación de los autos, y de la ciudad le causan una alergia horrible en la piel, dándole unas manchas rosas como si tuviera sarampión. Gracias a una medicina experimental del doctor Edwards, la hemos podido mantener bajo control estos últimos años.

—Compraré la casa al final de la calle —me explica—. No sabía que habían construido unas edificaciones así, me gustan.

Asiento aún más nerviosa, como que vivirá aquí ¿Que hace aquí? ¿Por qué después de cinco años? Se supone que mi papá construyó escasamente seis casas en esta residencia, y no puede ser posible que la única que quedó a la venta sea para Seth.

Me perturba ver lo tranquilo que se toma nuestro reencuentro, es como si solo nos hubiésemos dejado de ver un par de semanas.

Maldigo en mi interior al notar lo guapo que está, es un hombre jodidamente sensual, ahora tiene como 29 años y se ve aún más sexy y maduro que antes, sus brazos tonificados y sus ojos, ¡Dios mio! Sus ojos.

—Sé que te debes hacer varias preguntas —Vuelve a hablar—. Lo resumiré, Elizabelle estuvo en coma cuatro años, murió y me sentí morir con ella, hasta que Nikolay me obligó a venir aquí, a buscar a quien amo.

—¿A tu hermano? Él vive en Miami.

—A ti.

—Te obligaron a buscarme, eso no es amor.

Subo los hombros y bebo mi vino.

—Sabes que tu y yo jamás hemos amado como los demás. —me da una mirada fija.

En el pasado esas palabras me hubiesen derretido y enloquecido, me hubiese ruborizado y desviando la mirada. Pero, me lleno al orgullo al poder seguir mirándolo fijamente y poder fingir que su presencia no me afecta.

—¿Así que productora y Empresaria? —vuelve a hablar.

Asiento.

—Si, descubrí que eso es lo que amo, aunque también continuó actuando, solo que ahora es un poco pasajero.

Me detalla en silencio unos minutos de arriba a abajo.

—Te ves impresionante —lo miro—. Dios mío, eres la mujer más hermosa que he visto y a simple vista se ve cuánto has cambiado.

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