Capítulo 8

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Malas intenciones

Gold.

La nueva actriz, Lizzy, esa pequeña me servirá para volver a acercarme a Aileen. La chica es ambiciosa, capaz de hacer todo con tal de conseguir lo que quiere, estoy seguro que es inescrupulosa y será la ficha perfecta para lo que necesito.

El encuentro de hace dos días, con Aileen y mi querido Thomas, solo despertó lo que tanto he esperado. Cinco años fueron suficientes para dejarla descansar y darle el golpe final.

Fui paciente y deje que Victoria lo hiciera a su manera, no lo logro nada, más que la maldita Aileen, se congració como la dueña y ama de todo. Llegó la hora de reclamar lo que es mío, sin importarme a quien me lleve por delante.

—¿Todo está listo? —Pregunta Victoria sentada en mi regazo.

—Así es, con el contrato que firmo la estúpida de Lizzy, no les queda más remedio que cumplir.

—Recuerda que no te quiero relacionado sentimentalmente con esa perra —advierte—. Esto solo es para recuperar la herencia de Peter que me pertenece.

—Sabes perfectamente que mis gustos son completamente diferentes a esa pequeña perra.

Tomo su rostro con brusquedad y la beso.

—Eso espero Gold. Porque si me traicionas cuento todo.

Me levanto haciendo que caiga de culo al suelo. A mi nadie me amenaza y menos esta maldita arpía, que solo piensa con el coño y no con la cabeza.

—Recuérdame quién más sabía todos mis secretos.

—Elizabelle, tu hermana. —contesta con nerviosismo.

—¿Y qué le pasó?

—La asesinaste. —habla sin mirarme.

—Una amenaza más, y tendrás el mismo destino —advierto—. Y no se te olvide, que los Gold no somos asesinos, jamás.

Salgo de la oficina dejándola sola. Necesito planear mi siguiente movida, tanto mi hermano como yo, estaremos tratando negocios con Aileen, así no será sospechoso mi cercanía con ella.

Mi chófer me espera en la entrada llevándome al hotel de mala muerte donde está Athena y su madre. Otras dos fichas importantes en mi juego. Una es ambiciosa y sigue trastornada por su gusto por Thomas, y la otra es una drogadicta inestable de mierda que puedo manejar a mi antojo.

Pase los mejores años de mi vida, siendo rechazado por Agustín Gold, humillado y maltratado por no ser como él lo quería. Yo que me quedé a su lado acompañándolo, apoyándolo en la casa, y en cambio él siempre quiso a Thomas, solo a Thomas.

Toda una vida ocultando quien soy y mis preferencias, toda una vida siguiendo órdenes, y al final cuando padre murió. No me dejó un peso de su herencia, el dinero que tengo es el que le dejó a Elizabelle, Emiliano y Seth, ninguno de esos idiotas quiso un centavo y por suerte yo estoy a cargo.

Descubrir la verdad solo logró crear en mi corazón un gran odio, resentimiento y venganza. Quiero el dinero de Peter Banks, quiero arrebatarle la vida que ha construido hasta ahora, ella no merece nada, nada de lo que tiene le pertenece y he decidido que seré yo quien la baje del trono que alguna vez se tomó sin derecho.

Entró a la habitación donde se quedan ambas mujeres que me miran ansiosas, le arrojo una bolsa con droga a Aura y me centro en su guapa hija.

—Mr. Gold ¿A que debo su visita?

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