Capítulo 23

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Final.

Aileen

Otro dia mas aqui atrapada en este lugar, mi mayor preocupación es la salud de Maximilian cada vez está más golpeado y torturado por parte de Benedit y su locura, porque no hay otra manera de describir lo que tiene Benedit Gold en la cabeza porque aunque el diga que es hijo de Peter yo no lo creo, es imposible que alguien tan monstruoso lleve la misma sangre del ángel que es Peter Banks.

Vanessa Ainsworth camina por la bodega vacía hasta tomar unas botellas de agua. Regresa con dos en la mano una la deja en los pies de la cama donde estoy atada y la otra la abre dándole a beber a Maximilian. 

—Creí que te gustaba ¿Lo vas a dejar morir? —gruñó mirándola.

Lo toma de la barbilla subiendo su rostro y le da agua de a pocos ya que está inconsciente.

—Aileen ya te dije que no gastes energía en vano, golpear a Benedit y Samuel en el rostro cada que se acercan a ti servirá de nada.

—¿Qué pensaría la cantante de ver qué nos traicionaste?

—Yo no traicionó a mi niña, ella es mi amor.

—Libérame entonces.

Niega y se acerca a mí, abre la botella y me ofrece un poco de agua que me niego a  recibir. Rueda los ojos y me obliga a beber un poco.

—Samuel quiere asesinar a Lucienna. Por ende, el es tu blanco Benedit es de mi cantante.

—¿Cómo se supone que haré algo si no me liberas de esta cama?

—Solo recuerda que cuando ese reloj marque media noche tus esposas te liberarán.

Ruedo los ojos.

—Estas loca, no confío en ti y si por tu traición mi hija está en peligro no dudaré en asesinarte.

Ríe por lo bajo y deja la llave de las esposas en mi mano cerrándola formando un puño.

—No te liberes hasta que sea medianoche.

Maximilian tose con dificultad giro un poco para verlo y un nudo se me hace en la garganta. No puedo creer que lo metí en este lío y si muere no me lo perdonaré jamás.

—¿Lo amas? —pregunta la chica de melena negra— Porque la devoción que siente él por ti es de otro mundo. Debe ser difícil elegir entre él y mi Thomas.

—¿Tu lo amas? —me mira sorprendida—. Porque si lo que tratas de averiguar es si lo que nosotros tenemos es un inconveniente para ti, mi respuesta es no.

—¿No?

—Maximilian fue mi primer amor, no fue perfecto pero me marcó de una manera magnífica que me enseñó que merecía ser amada con pasión —explico—. Y su más grande muestra de amor es estar aquí conmigo cuando sabe que mi corazón y mi vida le pertenecen a Seth.

Asiente.

—Eres una chica afortunada, naciste con estrella y no por ser linda y adinerada. Sino porque sabes como ganarte el amor de todos los que te conocen. Solo espero que puedas ser feliz con tu familia.

La observo unos minutos y asiento.

—Quizá luego de esto puedes invitar a mi Max a una cita. Lo conozco y no le desagradas.

El crujido de la puerta vieja al cerrarse nos deja alertas. Me mira y se disculpa antes de arrojarme agua en el rostro cuando los pasos de Samuel y Benedit se hacen más notorios.

—¿Cuidando a la esclava?

—Así es —sonríe ella. —, me voy por tu obsequio.

Benedit la toma de la cintura y besa su mejilla sonriente. La mujer camina despacio hasta marcharse.

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