Capítulo 5

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Mi hija

Aileen.

Seth sale de la cabaña y siento la tensión en mis hombros haciendo presión. Me da una  mirada fija y camina al interior de mi casa.

Mila camina hacia la cabaña a revisar que las niñas estén bien, giro y noto a papà intentando detenerlo, pero mi mamá lo evita y me da una mirada la cual comprendo a la perfección.

Mi tío habla con Maximilian a pesar de que no se agradan, Derek asiente dándome apoyo moral, camino al interior de mi casa y subo las escaleras, como era de esperarse está de pie en medio del cuarto de mi hija.

Observa todo respirando agitado, camina lento alrededor del enorme armario y observa con concentración cada una de las fotos de mi niña. Desde el momento en que nació, año a año llevo un retrato de su crecimiento.

En la última está con sus dos primos y Orion abrazados. Toma el marco en sus manos, continúa con su inspección, detalla el oso enorme que reposa en una de las esquinas, su cama con velo, su mesa de noche, sus libros, en el pequeño balcón el telescopio y en una pared colgado un traje de piloto de autos de su tamaño.

Se sienta en la cama y me mira en silencio. Doy un paso adentro y cierro la puerta, el jardín se llena de música y las risas de los niños.

—Es mía. —habla bajo— ¿Cuanto más intentabas ocultarlo? ¿Siquiera pensabas decirme?

Sus preguntas están llenas de reproches y decepción.

—No hagas esto. No puedes venir aquí y actuar ofendido, tú nos sacaste de tu vida.

—¡Mi maldito mejor amigo, mi hermano y la mujer que amo, me ocultaron que tengo una hija! —grita furioso—. ¡Cinco años, tiene cinco años y yo no lo sabía!

—¡Si no hubieses desaparecido, si no me hubieras dejado tirada, sola y débil. En este momento estarías con ella como su padre!

Gritó ofendida, el corazón se me llena de resentimiento, como se atreve a sí quiera molestarse, él fue quien causó esto.

Se levanta de la cama y camina hacia mí, me da una mirada seria y llena de enojo.

—Tenía derecho a saberlo ¡Eres una egoísta. Viviendo feliz con mi hija, dejando que el puto de Forbes la trate como si fuese suya, mientras yo en el jodido hoyo solo!

Mi cólera aumenta con cada una de sus palabras, solo está pensando en él, en su dolor y ni siquiera ha preguntado que ha sido de nosotras estos años.

—Eres un puto egoísta de mierda, solo te importas tu y solo tu. Para tu información, te busque cuando tenía ocho meses de embarazo. Te busqué cuando mi bebé cumplió dos años y casi se muere en mis brazos, te busqué cuando cumplió tres años ¡Te busqué, te busqué y jamás te encontré, no tienes derecho a juzgarme, ni molestarme porque yo he dado la vida por mi hija!

—¡Cosa que yo hubiese hecho si estuviera enterado de ella!

—¡Cállate! —subo la voz— Tú no vienes a mi casa a gritarme, quieres saber de MI hija, bien pero cierra la puta boca y escucha.

No soy la misma de antes y no dejaré que ni él ni nadie venga a pisotearme. Respira hondo y vuelve a sentarse en la cama, me mira expectante. Tomo el aire que me falta y me acomodo en el sillón a un lado.

—Me enteré del embarazo, el mismo día que acabaste con Parker, te lo quería decir pero tú me enviaste en un avión exigiendo que me olvidara de ti. Una vez llegué aquí tenía dos opciones, detener el embarazo o seguir con él asumiendo los riesgos.

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