Capítulo 7

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Ainsworth Banks.


Salgo de la disquera y mi chófer no está en ningún lado. Camino recorriendo el garaje mientras marcó su número repetidas veces, esta noche es la boda de Mila y ya debería estar en casa arreglándome.

El auto de Seth aparece frente a mí, baja la ventanilla dándome una sonrisa enorme, trae lentes de sol, dándole un aire jodidamente sensual.

—Sube.

—Tengo mi auto —respondo, aun con el teléfono en la oreja.

—A tu auto se le pincharon varias llantas, curioso ¿Verdad?

—¿De qué hablas?

Se baja rodeando el auto, abre la puerta para mi amable. Me cruzo de brazos frente a él negandome a entrar.

Rueda los ojos dando un suspiro.

—Dañe las cuatro llantas de tu auto. El pobre chófer se fue con él, en la grúa —sube los hombros—. Te llevó y hablamos de nuestra hija.

"Nuestra hija" esas palabras me producen una sensación extraña, pero agradable.

Guardo el celular en mi bolso y finalmente subo. Se acomoda en su asiento y pone el auto en marcha.

—Así que dime, que le gusta a nuestra hija.—Pregunta con la vista al frente.

—A mi hija le gustan las estrellas, los autos, los caballos, adora a Orion y le fascina el helado de vainilla.

—¿Qué le disgusta?

—Las mentiras, que Selene tome su telescopio. Amm odio que le digan Luli, que toquen sus cosas o que entren a su cabaña sin ser invitados.

—¿Muy gruñona? —sonríe.

—Como su padre. —contestó mirando por la ventana.

Ríe bajo.

—¿Es alérgica al chocolate?

—Si. Y también le gusta mucho la ternera con piña.

Sonríe.

—Y es igual de parlanchina a su madre.

—Eso dicen.

—¿Qué sabe Lucienna de mi?

—Que su padre vivía lejos por trabajo. Es corredor de autos profesional. Que la ama y la adora y volverá pronto.

—¿Por qué le hablaste de mí? —lo miro— No entiendo, yo estaba lejos y no me contactaste, pero mi hija se mantuvo siempre conmigo gracias a ti.

—No iba ser yo quien privara a Lu de disfrutar de su papá. Siempre estuviste en su vida igual que Sienna.

—Gracias por hablarle de mi madre y ponerle su nombre —Suelta sincero.

—¿Cuál es tu plan para acercarte a mi hija?

—Nuestra.

Le doy una mirada sorprendida, no puedo creer como se está tomando esto.

—Ella es muy delicada, te daré una copia con los datos y los cuidados requeridos para mantenerla bien. Le teme a la oscuridad, así que duerme con el cielo estrellado.

—Decirle que soy su padre ahora, ¿Puede lastimarla?

—Eso depende de la manera en que se le diga, Lucienna es muy audaz y es más que obvio que sabe que tu no eres un amigo más, no se…—lo miro— odia las mentiras, nosotras tenemos una promesa en la cual jamás no nos vamos a mentir, y si le decimos así de golpe quién eres, se lo puede tomar como una mentira de mi parte.

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